UFC

Así es Climent Club, el gimnasio que ha forjado a Ilia Topuria, "derrama sangre" y nació de una carpintería

Ilia Topuria nunca había practicado artes marciales mixtas hasta que entró al Climent Club. Dos hermanos argentinos lo crearon en el 2012 y ahora son la referencia nacional con dos luchadores en UFC.

Agustín y Jorge Climent, entrenadores de Ilia Topuria, en su gimnasio./EFE
Agustín y Jorge Climent, entrenadores de Ilia Topuria, en su gimnasio. EFE
Álvaro Carrera

Álvaro Carrera

Alicante.- Lo primero que ves al entrar al Climent Club es gente, mucha gente. El fenómeno Ilia Topuria es una realidad y en Alicante todo el mundo quiere entrenar donde se ha forjado el campeón del peso pluma de la UFC. El gimnasio cuenta ahora mismo con aproximadamente 300 alumnos. Alrededor de 40 son competidores, entre amateur y profesional, y el resto son personas que practican el deporte por hobby. "Claro que hemos notado el aumento, pero no podemos todavía ser conscientes de él. El gran boom llegó hace tan sólo dos semanas", asegura Jorge Climent, mentor de Ilia Topuria junto a su hermano Agustín.

Aunque no se pueda cuantificar de momento, hay cosas muy claras. El Climent Club se ha convertido en tal referencia que incluso es habitual ya encontrarse curiosos mirando los entrenamientos si la puerta del gimnasio está abierta. Otro factor a tener en cuenta es la cantera. Hay luchadores como Leo Climent (18 años), hijo de Agustín, que están llamados a hacer grandes cosas en el medio plazo, pero lo mejor viene detrás. Alrededor de medio centenar de niños, entre cinco y doce años, se dan cita todos los días a las 17:30 horas. Boxeo, kickboxing, jiu-jitsu brasileño… no importa la especialidad, acuden y disfrutan con un deporte que no hace tanto estaba mal visto.

"Como ha cambiado todo", aseguran con una sonrisa los hermanos Climent. Jorge (48 años) y Agustín (43) llegaron a España en el año 2002. Nacidos en Buenos Aires, pero de abuelos alicantinos, decidieron emigrar en busca de un futuro mejor cuando la situación económica provocada por el Corralito en Argentina se tornó insostenible. Ambos eran luchadores en deportes de suelo y soñaban con llegar a la UFC, pero por facilidades con los visados optaron por buscar sus raíces y no se fueron a Estados Unidos o Brasil, donde habrían tenido mayores oportunidades.

A principios de siglo, en España las MMA eran algo semiclandestino y con mucho estigma. De hecho, tuvieron que trabajar de lo que salía para subsistir hasta que en el año 2008 pudieron abrir el gimnasio. Su apertura llegó 'gracias' a una indemnización que Jorge recibió por un accidente que tuvo yendo en moto. Ese hecho, sumado a que son hermanos y a que en ese gimnasio se "derrama sangre" hace que el rojo sea el color que predomina en todos los lugares. Además, hay un motivo extra: "La sangre está presente en nuestro logo porque queríamos simbolizar que aquí no existe racismo. Seas como seas todos tenemos la sangre del mismo color", explica Agustín Climent.

Esos primeros años desde la apertura fueron difíciles. Ambos hermanos tenían que compaginar las clases en el gimnasio con otro trabajo nocturno como personal de seguridad. El gimnasio, que se encuentra en el barrio de Garbinet, era una antigua carpintería que los propios Climent acondicionaron para convertirlo en lo que es hoy. Al entrar hay un pequeño recibidor y la planta baja cuenta con un largo tatami en forma de L para dejar hueco a una jaula. Allí, los hermanos Climent hicieron veladas en sus inicios. "Teníamos miedo incluso a que la policía viniese a cerrarnos el local cuando las hacíamos", recuerda Jorge. Ellos fueron pioneros y en aquel momento la disciplina (había nacido en Estados Unidos en 1993) no estaba reglada por ninguna federación nacional.

En la planta alta, además de otro inmenso tatami, se encuentran los sacos de boxeo y una pequeña zona de cardio y musculación. El recinto en el que Ilia Topuria pasó horas y horas desde el año 2012 se está empezando a quedar pequeño por el boom que él ha provocado. "Uno de los motivos que provocó que Ilia hiciese el centro de alto rendimiento en su casa fue que aquí vamos justos y para esos niveles necesitas tu espacio. Buscar un lugar más grande sería una opción, pero hay que valorar muchas cosas y cualquier traslado cuesta dinero", concluye Jorge Climent.

Esos dos pioneros argentinos que llegaron a Alicante buscando un sueño lo pudieron cumplir con su mejor discípulo y, ahora, recogen los frutos de casi 20 años de trabajo en la calle Burgos de Alicante. Topuria está de moda y el Climent Club, también.