El número 1 del mundo español menos conocido "viaja jugando a las cartas" y gana más en premios que Alcaraz: "No hay nadie fumando puros ni tomando whisky"
El madrileño Adrián Mateos es una de las grandes estrellas del póker.

A los 18 años, Adrián Mateos (San Martín de la Vega, Madrid, 1994) tomó la decisión vital de abandonar España y mudarse a Londres para perseguir su sueño de transformar su hobby en su trabajo. Llevaba tiempo rumiándolo y en ese largo proceso lo más duro fue explicárselo a sus padres: "Al principio no les hacía gracia que jugara al póker. Teníamos un trato de que yo iba a la universidad y aprobaba, y ellos me permitían ir al casino y jugar, con ciertos límites. Cuando empecé a ganar de forma constante, llegó un punto en el que los estudios ya me daban igual".
"Antes de tener la conversación, me llevé un torneo en octubre de 2012 en Madrid por 30.000 euros. Y al enero siguiente, otro por 100.000 euros. Ya tenía una banca decente para irme y, además, en ambas ocasiones mis padres vinieron al casino y me vieron jugar y ganar. Eso ayudó a decírselo", cuenta a Relevo Adrián Mateos, que dejó la carrera de Economía y se fue a vivir a una casa en la capital de Inglaterra con otros apasionados del póker, a los que entonces apenas conocía, para "jugar a las cartitas" y convertirse en profesional.
12 años después, en 2024, se consagró como mejor jugador de póker del mundo y ganó en esos doce meses alrededor de 13 millones de dólares, más de lo que se embolsó, por ejemplo, Carlos Alcaraz. Y es que el 'Presi' -así le apodan- es el número uno del mundo español menos reconocido en su país, aunque eso a él no le hace perder el sueño y entiende que tiene que ver con el desconocimiento generalizado que hay en relación con la disciplina que practica, que, eso sí, poco a poco se va popularizando: "Ya no es tan raro que en España haya gente que se gane la vida con esto. Igual hay más de mil personas que son profesionales del póker".
De todos ellos, @Amadi17, como también se le conoce por su usuario, es el más exitoso. Su historia empezó durante unas vacaciones del colegio: "Descubrí el póker con 16 años. En verano me acostaba tarde y lo vi en la televisión tres o cuatro días seguidos. Busqué información y me enteré de que era un juego de cartas, que es algo que siempre me había encantado; y con el que se podía ganar dinero, lo cual también me llamaba mucho la atención, a pesar de que no tenía ni un duro. Y me dije 'quiero aprender a jugar a esto'".
👨🏫 Adrián Mateos sigue con la masterclass en el episodio 8 de "En la Mente de un Pro".@Amadi_17 tiene más de 150 ciegas con 3.000 jugadores aún en pie.
— Winamax Póker (@Winamax_Espana) March 17, 2025
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Entonces, Mateos empezó a disputar pequeñas partidas con sus amigos y a formarse: "Me compré todos los libros que encontré, leí un montón sobre póker en foros y me vi todos los vídeos que pude. Me enamoró". El caso es que cuando cumplió los 18 ya estaba extremadamente preparado, y eso, unido a su innegable talento para ese juego, hizo que enseguida que acudió al casino comenzó a "ganar sin parar". Empezó con apenas 500 euros, los que había ahorrado de los regalos de cumpleaños de su abuela; a día de hoy, a sus 30 años, acumula millones de euros en su banca. Y se marca el objetivo a largo plazo de convertirse en "el mayor ganador de la historia del póker".
Entre medias, hay muchísimas horas de juego, formación y avión. "Yo viajo entre 160 y 180 días al año para ir a las competiciones en vivo, que son las más prestigiosas y donde más dinero hay en juego. Entre viaje y viaje paro en Londres, donde sigo viviendo. Ahí estoy unas 60 horas a la semana dedicándome al póker". En su casa combina el estudio técnico con la práctica, que son las partidas online: "Al final, compito casi todos los días".
"Estudio estadística, matemáticas… sin querer ponerme muy técnico, el tema es que el póker, que es un juego de información incompleta donde tratas de dar la mejor solución a los problemas que te aparecen de forma constante, es muy complejo. Todos los jugadores, incluso los mejores del mundo, cometemos muchísimos errores y tratamos de intentar cometer los mínimos posibles. Al máximo nivel se trabaja con programas informáticos, llamados solvers, que saben más de técnicas que los humanos; intentamos imitar las estrategias, copiarlas y razonar por qué las utilizan. Y luego, aparte, yo también estudio con otros profesionales que considero de un nivel parecido", revela el 'Presi', embajador de Winamax, quien considera que "el azar tiene muy poca relevancia": "A corto plazo en este juego puede ganar cualquiera, pero a la larga siempre lo hacen los mejores, los que más horas le dedican a aprender y a mejorar".
Como el tenis curtió a Adrián Mateos
"Es un deporte mental. Entonces, también está el cerebro, el análisis de las personas y la psicología; aprender a no tener gestos no verbales que la gente pueda leer y aprender tú a leer al resto. Todo influye. Luego, hay que lidiar con los vaivenes emocionales y la frustración, la gestión del tilt que se le llama. Hay mucha presión, sobre todo si te estás jugando mucho dinero en una mano o es un gran torneo", añade el madrileño, al que el tenis le ayudó a ser el mejor del mundo.
🎙️ EL CONFESIONARIO@Amadi_17 le cuenta a @estiwinho las sensaciones de todo lo sucedido en las Tritón Poker Series de Jeju. pic.twitter.com/7yeRFpzqob
— Winamax Póker (@Winamax_Espana) March 9, 2025
"Jugué durante 13 años a un nivel bastante competitivo, entrenaba cinco o seis días por semana. En el tenis eres tú solo contra el rival y tu cabeza, y cuando pierdes es porque has sido peor. No hay excusas. Y me vino muy bien de cara a manejar la presión y la parte mental del juego, a competir al más alto nivel y a asimilar que la única manera de ganar es entrenar más y jugar mejor que los oponentes", reflexiona Mateos, que ahora recoge los frutos de más de una década dedicada al póker, estudiando, jugando y haciendo pedagogía.
"Creo que falta educación sobre este tema. Con Winamax, la empresa para la que trabajo, hacemos un montón de contenido gratuito en redes sociales para que la gente vea cómo son los torneos a nivel profesional desde el primer minuto hasta que me eliminan. Y para que se den cuenta de que no es como las películas, no hay nadie fumando puros ni tomando whisky mientras jugamos. Al revés, es todo muy profesional y serio", detalla Mateos, inmensamente feliz de dedicarse, con tanto éxito, a lo que más le gusta, el póker. De ahí que en su bio de Twitter defina su vida como "viajar por el mundo jugando a las cartas".