BALONCESTO EN SILLA DE RUEDAS

¿Qué futuro tienen las deportistas afganas tras llegar a España?

Nueve jugadoras del combinado nacional afgano de baloncesto en silla de ruedas han conseguido llegar a nuestro país.

Jugadoras del equipo nacional de baloncesto en silla de ruedas de Afganistán antes de un partido. /Getty Images
Jugadoras del equipo nacional de baloncesto en silla de ruedas de Afganistán antes de un partido. Getty Images
Natalia Torrente

Natalia Torrente

15 de agosto de 2021. Esa fecha cambió su vida para siempre. Los talibanes entraron en Kabul, capital de Afganistán, y tomaron el control del país. Cientos de personas se apresuraban para salir del país. Con lo puesto. Con el cuerpo temblando por el miedo que trae el terror.

Durante los últimos 14 meses, el abuso a los Derechos Humanos de mujeres y niñas ha sido constante. Ni siquiera se ha cumplido la sharia, la ley islámica que les permite trabajar y estudiar. Han sido apartadas absolutamente de la vida pública.

En silla de ruedas, la situación se volvía aún más insostenible. Es lo que le ocurrió a la selección nacional de baloncesto adaptado. Doce deportistas que se tenían que olvidar de su gran pasión solo por haber nacido mujer. Su única posibilidad era salir de Afganistán.

¿Qué será de ellas ahora?

Nilofar, Fatima, Farahnaz, Latifa, Halima y Safi son algunas de las jugadoras del equipo nacional afgano de baloncesto en silla de ruedas. Y, al fin, ya están en España. Tan sólo la capitana del equipo, Nilofar, consiguió salir en uno de los aviones españoles en los que viajaron 2.206 personas hasta el 27 de agosto, cuando España dio por finalizada la evacuación.

Todas ellas cumplen la condición para ser reconocidas como refugiadas. Tanto por la Convención de Ginebra sobre el Estatuto de los Refugiados, como por la ley del derecho de asilo y protección subsidiaria española. Algunas lo han conseguido. Otras están en ello.

Nilofar Bayat, que sufrió una lesión medular a causa de un misil cuando tenía dos años, llegó directa a Bilbao, junto a su marido Ramish, y es la única que, de momento, está jugando en el club Bidaideak Bilbao BSR. Un equipo mixto de baloncesto en silla de ruedas que no se lo pensó dos veces a la hora de incorporarlos. En Afganistán sería algo impensable.

Nilofar Bayat durante un partido de baloncesto en silla de ruedas de la selección afgana.  Getty Images.
Nilofar Bayat durante un partido de baloncesto en silla de ruedas de la selección afgana. Getty Images.

 

Halima Hussaini lleva en España tan sólo 40 días. Vive en un centro para refugiados mientras espera que la ley le acepte la solicitud de asilo. "Tal vez en cuatro o seis meses", responde sobre el tiempo de espera. En Afganistán su vida estaba en peligro. "Soy Hazara y además estaba trabajando en la Cruz Roja", argumenta. Razones suficientes para que su vida estuviera amenazada. 

"Espero que el gobierno español no nos deje solas"

Halima Hussaini Jugadora de la selección afgana de baloncesto en silla de ruedas

Los hazaras son un grupo étnico de lengua persa, mayoritariamente chiíes, considerados herejes por el régimen talibán y el Estado Islámico. Utiliza silla de ruedas porque su pierna fue herida en una explosión. "Los talibanes vinieron a nuestra casa y me amenazaron muchas veces, por eso tuve que dejar Afganistán". Ahora, desde España, se muestra preocupada por su familia, que aún reside en el país afgano. Una situación desesperante que le hace lanzar un llamamiento: " Espero que el Gobierno español no nos deje solas".

Halima Hussaini durante un entrenamiento en Afganistán.  Halima Hussaini
Halima Hussaini durante un entrenamiento en Afganistán. Halima Hussaini

Fatima Hussaini nació con problemas y su vida siempre ha estado ligada a su silla de ruedas. El deporte le salvó la vida. Sin embargo, el pasado año vivió una pesadilla de nuevo. "Cuando entraron los talibanes, fuimos al aeropuerto para salir de Afganistán. Pero hubo una explosión y tuve que huir a Irán, donde he estado tres meses antes de poder venir". Se refiere así al atentado que sembró el pánico en el aeropuerto y que precipitó las evacuaciones internacionales a pesar de que el régimen talibán había dado de plazo hasta el final del mes de agosto.

"Tras el atentado, tuve que huir a Irán, donde he estado tres meses antes de poder venir a España"

Fatima Hussaini Jugadora de la selección afgana de baloncesto en silla de ruedas

Se muestra agradecida por la acogida de la sociedad española mientras vive en un albergue con otros migrantes, y espera "volver a jugar al baloncesto pronto".

Fatima Hussaini tras ganar un campeonato local en Afganistán. Fatima Hussaini
Fatima Hussaini tras ganar un campeonato local en Afganistán. Fatima Hussaini

Khatera Safi se mueve en silla de ruedas por una enfermedad. En Afganistán, "trabajaba en la oficina del fiscal general de violencia contra las mujeres", y jugaba al baloncesto. "Tras la llegada de los talibanes, la oficina cerró y no pudimos continuar con nuestro trabajo ni con el deporte", asegura. Lleva en España un año y todavía recuerda emocionada el día que llegó: "Mi primer día fue genial. Me sentí liberada de la cárcel en la que estaba".

"Trabajaba en la oficina del fiscal general de violencia contra las mujeres"

Khatera Safi Jugadora de la selección afgana de baloncesto en silla de ruedas

Acaba de recibir su asilo, pero todavía no tiene trabajo. Vive en un centro de refugiados en Getafe. Sin embargo, ella también vive preocupada por su familia y espera que "el Gobierno español escuche" su voz.

Khatera Safi durante un entrenamiento de la selección afgana de baloncesto en silla de ruedas. Khatera Safi
Khatera Safi durante un entrenamiento de la selección afgana de baloncesto en silla de ruedas. Khatera Safi

Farahnaz Bahaduri quedó en silla de ruedas por un misil que entró en su casa. Derribó las paredes, que cayeron por encima de su cintura, inutilizando para siempre sus piernas. Con la llegada del régimen talibán, "nos amenazaron de muerte y nuestra vida corrió un gran peligro". Salió de Afganistán hace ocho meses, pero pasó siete meses más en Irán hasta que pudo aterrizar en España hace apenas mes y medio.

"Los talibanes nos amenazaron de muerte. Ahora estoy contenta de poder vivir en paz"

Jugadora de la selección afgana de baloncesto en silla de ruedas

"Nuestros primeros días en España fueron un poco difíciles porque mi madre y yo nunca habíamos emigrado a un nuevo país con una nueva cultura. Ahora soy muy feliz y este es mi segundo hogar", asegura. Está a la espera de la condición de refugiada que le permita trabajar y jugar en un equipo de baloncesto adaptado. "Estoy muy contenta de estar aquí y de poder vivir en paz", dice.

Farahnaz Bahaduri durante un entrenamiento en Afganistán.   Farahnaz Bahaduri
Farahnaz Bahaduri durante un entrenamiento en Afganistán. Farahnaz Bahaduri

Latifa Sakhizadeh, también en silla de ruedas, llegó a España en marzo de este año. Actualmente se encuentra en búsqueda de vivienda, pues su estancia en un centro de refugiados ha terminado. Reconoce que la situación ha afectado a su salud mental: "Mi mente no está bien, porque tengo miedo, es muy peligroso".

"Espero que el mundo no se olvide de las mujeres en Afganistán".

Latifa Sakhizadeh Jugadora de la selección afgana de baloncesto en silla de ruedas

Como las demás, muestra una enorme preocupación por el futuro de sus familias en Afganistán tras su huida. El baloncesto pasa a un segundo plano; sólo espera que "el mundo no se olvide de las mujeres en Afganistán".

Latifa Sakhizadeh con la bandera de Afganistán tras disputar un partido.  Twitter @APampliega
Latifa Sakhizadeh con la bandera de Afganistán tras disputar un partido. Twitter @APampliega

La llegada de todas ellas a España ha sido posible por el trabajo de numerosas asociaciones y la implicación personal de dos periodistas, Antonio Pampliega y Paloma del Río, que han estado en contacto permanente con ellas y se han encargado de numerosas gestiones para lograr su salida de Afganistán. Ahora es el momento de que puedan reconstruir su futuro aquí. Trabajar y jugar al baloncesto. No piden más.