Fran Garrigós aclara la polémica que le provocó cientos de amenazas: "Nagayama quería pedirme disculpas"
El primer medallista español en los Juegos de París habla en Relevo y desvela que el COI le cambiará su presea de bronce tras el desgaste 'natural' que ha sufrido en 50 días.
El nombre de Fran Garrigós se convirtió en portada el primer día de competición tras la ceremonia de inauguración de los Juegos de París. El madrileño partía como la primera gran opción de medalla para la delegación española y no falló, sumando un bronce en una jornada emocionante en el Arena Campo de Marte. Han pasado 50 días desde una jornada donde logró resarcirse de dos tropiezos en primera ronda en sus dos primeras experiencias olímpicas, un combate que terminó con polémica y amenazas ante la estrella japonesa y culminar con un bronce que en otras competiciones hubiera desechado.
Garrigós visita Relevo pocas horas antes de dar dos pregones de fiestas en dos días consecutivos. El primero, en su ciudad natal, Móstoles, y el segundo, en su lugar de entrenamiento, Brunete. Ganar una medalla olímpica bien te vale ser el elegido para dar buenas noticias y alegrías a los demás.
Ya han pasado casi 50 días desde tu medalla.
Sí, la verdad es que el tiempo ha pasado muy rápido. Estos días han sido de mucho caos también, de muchas entrevistas, muchos actos... pero, bueno, la verdad es que muy contento de poder haber tenido este ajetreo porque, si no fuera así, querría decir que se había dado mal.
No habían terminado los Juegos Olímpicos y ya te veíamos de vacaciones en Tailandia. Te las habías ganado bien...
Sí, mi novia Ana — también judoka profesional— y yo ya teníamos planificadas las vacaciones. Nos íbamos a ir saliese como saliese en los Juegos y lo teníamos pensado ya desde hace mucho tiempo. El destino ya lo teníamos elegido desde antes de los Juegos de Tokio porque no pudimos ir por la pandemia y la situación no era la mejor para ir en ese momento. Y, bueno, dijimos que después de París iríamos.
¿Cómo se va uno de vacaciones con una medalla al cuello después de tantos años buscándola?
Conseguir una medalla en los Juegos Olímpicos era un sueño que tenía desde pequeño y ha costado porque ha tenido que ser en los terceros Juegos. Días después de conseguirla sí que es verdad que me sabía poco.
Se suele decir que las platas y los bronces se valoran con el paso del tiempo, pero tú seguías con la espinita de que creías que podía haber sido mejor...
Por el perder esa semifinal en la que, conforme pasó el combate, me iba encontrando mejor. Pero, bueno, esto es judo y también se pagan muy caros los errores. En ese combate encontraba muy bien, el rival cada vez estaba más cansado y yo me iba encontrando mejor. Veía que podía estar en esa final pero se escapó, nos olvidamos de ese combate y nos pusimos a luchar por el bronce. Al final, no sabes cuándo vas a estar luchando por una medalla en los Juegos Olímpicos, no sabes si serán los últimos tampoco y entonces hay que aprovechar cada momento al máximo.
Pregonero en Móstoles, pregonero en Brunete, entrevistas... Parece que algo te ha cambiado la vida eso de ser medallista olímpico.
Sí, es una medalla en los Juegos Olímpicos. Puedes quedar muchas veces campeón del mundo, pero donde están todos los ojos es en los Juegos Olímpicos y es donde hay más visibilidad para deportes como el judo, que son poco mediáticos. Aunque creo que tampoco me ha cambiado demasiado la vida, pero sí he tenido más visibilidad. Algunas veces ahora me paran en la calle y me dicen "has sido tú el que has conseguido la medalla en judo". También porque fue la primera y eso tiene muchísima mayor repercusión. Además, por desgracia, hubo unos días que no se consiguieron medallas para España, y bueno, todo el mundo hablaba de esta medalla.
"La federación japonesa me contactó porque Nagayama quería pedirme perdón"
Y también tendrías el móvil a rebosar, que ese primer día todo el mundo te tenía en las quinielas como el candidato a esa primera medalla.
Durante la competición, yo siempre intento estar lo más tranquilo posible. Tengo el móvil conmigo, escucho música, hablo con la gente que está por allí e intento disfrutar de ese momento. Sin pensar todavía en el combate hasta antes de salir. Cuando conseguí la medalla me llegaron un montón de mensajes que no podía abrir. De hecho, cuando terminé, recogí la medalla, pasé por zona mixta para hablar con los medios... fui a coger el móvil y justo se quedó sin batería. Ya hasta que no terminamos en Casa de España a las 2 de la mañana no puedo ver todos los mensajes que tenía. Luego vi que me había felicitado Nadal, Alcaraz, Gasol... es algo muy bonito ver que te felicitan deportistas que son ídolos. Y al ser la primera...
Para el que no lo siguiera o no lo sepa, las categorías de judo se completan en un mismo día. Dices que te gusta estar con el móvil durante la competición, pero ese día estaría ardiendo de mensajes, notificaciones de Instagram...
Sí, yo de normal siempre tengo el móvil. Algunas cosas a lo mejor sí que las ves. Las típicas notificaciones no contesto, pero sí que algunas las veía. Después del combate con el japonés Nagayama sí que vi algunos comentarios, pero tampoco le di mayor importancia. Yo estaba enfocado en la competición y eso es una parte que no podía desconcentrarme.
Es que ese combate con el japonés te puso en el ojo del huracán y ya contamos que te llegaron amenazas desde el país nipón por lo que pasó en la resolución. Llegó a negarte el saludo tras ganarle en cuartos de final. Con el móvil en la mano y en un momento de tanta tensión, ¿cómo viviste aquello?
Bueno, sobre lo que pasó cada uno tiene su opinión. Japón es la cuna del judo, ellos prácticamente solo valoran el oro y todos los seguidores japoneses querían que ganase Nagayama. Y todos los mensajes que llegaban, pues los leía algunos de vez en cuando durante el día. La gente que estaba conmigo y, sobre todo, Ana no querían que los mirase. No les di importancia porque cada uno tiene su opinión y es válida.
¿Qué pasó realmente ahí? Todo terminó en una foto juntos...
Yo lo estaba estrangulando y dieron mate, pero ahí, con todo el ambiente como estaba, no se escuchó. En la segunda vez que vino a darme mate yo lo suelto y él se queda dormido. Eso es Ippon. Pero después de todos los mensajes que me estaban llegando, yo quería dar mi explicación y mi opinión de lo que pasó en ese combate. Justo en ese momento es cuando la federación japonesa se pone en contacto conmigo porque Nagayama quería pedirme disculpas por haberme negado ese saludo. Como los dos edificios de España y Japón estaban prácticamente al lado, quedamos allí, nos hicimos una foto en plan de que todo se había solucionado y tema zanjado.
En esos comentarios se decía que no querían verte por Japón. Si vas a Japón, que te acompañe Nagayama por si alguno no se ha enterado que la polémica se solucionó...
No, los comentarios cambiaron. Mucha gente pidiendo perdón por las palabras que habían tenido contra mí, que era bienvenido a Japón... todo lo demás que había pasado y me habían escrito antes cambió una vez que Nagayama también sacó esa publicación.
"Tuve una temporada que, cuando perdía una semifinal, dejaba pasar el bronce"
Quino, a la salida del combate por el bronce, desveló que tenía miedo de que lo dejaras perder. No era la primera vez que lo 'tirabas', nos contaba...
Sí, tuve una temporada que cuando perdía semifinal o tenía que luchar por la medalla de bronce, he dejado pasar muchos bronces (sonríe). Pero estábamos en los Juegos, habíamos luchado mucho por estar ahí y era un momento que no nos podíamos perder esa medalla de bronce. Por lo tanto, intentamos resetear lo máximo posible, olvidarnos de ese combate de semifinales y centrarnos en la lucha contra el georgiano Giorgi Sardalashvili. Y salió bien y pudimos llevarnos esta medalla a casa.
¿Cómo fue esa conversación con un Quino temoroso? También era su primera medalla olímpica como entrenador...
Bueno, sobre todo, lo que me dijo antes de salir es que no podíamos perder ese bronce. Pero yo no quise pensar en la medalla, quise solo centrarme en lo que dependía de mí y en ese combate. Buscar esa estrategia que tenía planteada contra Sardalashvili y hacer mi combate. Yo sabía que si hacía mi combate, podía llevármelo. Para ganar un combate hay muchos más factores, pero, sobre todo, depende de intentar dar lo mejor y estar lo más concentrado posible.
Además, este bronce tiene todavía más mérito por lo que había pasado en los dos Juegos anteriores. Antes comentabas que ha tenido que ser a la tercera y tras caer dos veces en primera ronda. Eso debe pesar en la cabeza...
Ha sido duro después de esos dos Juegos. Es verdad que Río 2016 era bastante joven, pero en Tokio sí que esperaba mucho más de esos Juegos que perder en primera ronda. Son obstáculos que pone la vida que tienes que superar y enfrentarte a ellos. Creo que eso es muy importante.
¿Qué has cambiado para que esta vez sí lo hayas logrado? Esta vez, como hemos hablado, era incluso más difícil porque tu nombre se ponía como primer medallista.
Sobre todo, lo que he cambiado es olvidarme del resultado antes de competir. Salir, disfrutar y hacer lo que depende de mí. Esa es una de las lecciones que aprendimos y creo que la más importante de lo que pasó en Tokio. Me tenía que olvidar de esa presión mediática de posibles medallas. A Tokio llegué con el bronce mundial un mes antes de los Juegos Olímpicos y creo que ahí nos pudo la presión. Hay que aprender de los fallos y corregirlos para las siguientes ocasiones.
¿Hubo trabajo psicológico detrás?
Pues yo la verdad es que llevo trabajando doce años con el psicólogo Pablo del Río y la verdad es que nos ha ayudado a olvidarnos de esas cosas negativas. Al final, las cosas negativas son porque estás pensando ya en el futuro y de mala forma, por lo que tienes que centrarte solo en el presente, en el ahora y haz lo que depende de ti.
Terminar por lograrlo hizo que mucha gente vea en ti un referente. Ariane Toro o David García, que cayeron en primera ronda al día siguiente de tu medalla, ya ponían tu ejemplo de que a la próxima pueden dar la vuelta a la situación de París.
Creo que esta medalla puede ayudar mucho al judo español, sobre todo a esa gente joven que también sueña con una medalla en los Juegos Olímpicos. Con esfuerzo y trabajo todo es posible siempre en la vida.
También porque has roto la maldición de 24 años. La última medalla del judo español había sido de Isabel Fernández en Sídney 2000. ¿Has podido hablar con ella?
Sí, de hecho estuvimos cenando en la Casa de España justo después de medalla. Con ella. Me dio la enhorabuena por ser el siguiente medallista del judo español. Que ya era hora de conseguir una nueva medalla para nuestro deporte. Y, bueno, esperábamos que hubiese caído alguna más en París, pero creo que el equipo es joven todavía y da para mucho.
Tienes 29 años, llegarías a Los Ángeles con 33... ¿seguimos, no?
Bueno, hasta antes de París pensaba que tenía dudas si seguía o si no. Ahora, después de conseguir esta medalla de bronce, me da muchas más ganas de continuar hasta Los Ángeles. Podemos pensar a largo plazo en Los Ángeles, aunque vamos a ir pensando de año en año, porque ya tengo una edad y hay que ver poco a poco lesiones, dolores y demás. Pero esperemos estar y el objetivo está en Los Ángeles.
Niko Sherazadishvili, tu amigo y compañero de entrenamiento, señalaba en Relevo que sacrificaba ser el primer campeón olímpico español porque quería que lo fueras tú por competir el primer día. Finalmente, tú conseguiste medalla y él volvió a sufrir un duro golpe quedándose a las puertas como ya le ocurrió en Tokio.
Fue un palo muy duro. Aunque un quinto puesto es un magnífico resultado en los Juegos Olímpicos, es cierto que esperábamos mucho más porque también era una opción de medalla. Cuando ganó el primer combate de la repesca con el japonés por Ippon, yo pensaba que se iba a llevar esa medalla de bronce. Pero cada vez el judo y el deporte en general es más complicado, hay mucha más competencia y hay que seguir entrenando. Si no ha sido aquí, en Los Ángeles yo creo que tendrá su medalla. Ojalá podamos conseguir los dos esa medalla de oro allí.
Pasaste la última salida de la Villa Olímpica previa a la competición con tu familia y Relevo os estuvo acompañando. ¿Cómo fue el reencuentro?
Ellos estaban muy nerviosos. Prácticamente, de los días que estuve en París, les vi ese ratito que estuvisteis con nosotros. Solo hablaba un poco con Ana y me olvidaba del resto. Solo quería pensar en la competición, en lo que quería cada día: bajar el peso, estar descansado y ya está... No quería pensar en nada más. Además, porque yo sabía que estaban nerviosos porque ellos saben que estos Juegos Olímpicos eran muy importantes para mí.
Nada más bajar del tatami, le doy un abrazo a mi entrenador y toda mi familia había bajado para darme un abrazo. Fue algo muy bonito que pudieran estar ahí mis padres, que no están en muchas competiciones. En los anteriores Juegos Olímpicos no pudieron estar por el COVID, en Río tampoco pudieron estar... y en este fue un día para recordar por tener ahí a mis padres, a una de mis hermanas, a amigos y a Ana.
Cuando pasan los Juegos también viene el momento de aprovechar el foco para ser reivindicativo. Ahora, como medallista del judo 24 años después, puedes hacer de portavoz y pedir lo que se necesita para que esta medalla sean muchas más en Los Ángeles.
Sobre todo, que los protagonistas sean los deportistas. Las federaciones funcionan porque hay deportistas y todos los recursos tienen que ser para ellos. Ahora mismo, gracias al programa Team España, están saliendo mejor las cosas y tenemos más ayudas para destinarlas a viajes de preparación u otros gastos que a lo mejor antes no podíamos. Hay que invertir en deporte porque es bueno para toda la sociedad.
¿Pudiste disfrutar de las vacaciones? Con ese torrente de emociones, no sé yo si querías desconectar...
Pues la verdad es que me costó. Por ejemplo, el primer día de la medalla no dormí, no pegué ojo. Y así estuve más de una semana. Dormí tres horas porque prácticamente no me lo creía y me costaba ser consciente de lo que supone esta medalla. Al final, ya empecé a dormir porque ya estaba muy cansado... (ríe).
¿Qué hacías toda la noche?
En la cama viendo las redes sociales. Me intentaba dormir, dejaba el móvil y no podía de las emociones. Pensaba en los combates, me los volvía a ver... Pensaba en la competición, en todo lo que había pasado. Viví un día increíble y no era capaz de dormir. Mi novia se despertaba y me pregunta "¿Pero qué hora es?". "Las 4:00, venga, duerme". Y así hasta las 7:00h., que ya la despertaba para decirle de desayunar porque tenía hambre de estar toda la noche sin dormir.
Hemos hablado mucho de la medalla y no hemos contado que, como le ha pasado a la mayoría de bronces de París 2024, también está bastante dañada. Parece que tiene 50 años y no 50 días...
La medalla está un poco defectuosa (ríe). Solo del roce... sí que han salido un poco mal. Esperemos a ver si la cambian y me dan una nueva porque ha perdido el color. Y fue prácticamente al día siguiente de dármela. Después de que la gente la tocase, del sudor, de pasar de mano en mano... pues se ha quedado así. Tampoco ha tenido demasiado uso los primeros días y la he intentado dejar en casa.
Podemos decir que la has cuidado y aun así tiene ese aspecto.
Sí, yo la he cuidado. La he cuidado y, aun así, está así. Yo creo que se ha quejado bastante gente y esperemos que las cambien.