COLOMBICULTURA

El deporte milenario que lanza al aire un millón de euros y pinta el cielo de colores

Este mes se celebra el Campeonato de España, bajo el nombre de Copa de Su Majestad el Rey, de una disciplina con más licencias que el bádminton, el boxeo o la vela.

Una suelta de colombicultura organizada por la Real Federación Española de Colombicultura./RFEC
Una suelta de colombicultura organizada por la Real Federación Española de Colombicultura. RFEC
José M. Amorós

José M. Amorós

Una furgoneta con grandes altavoces a todo volumen en su techo nos recibe en las primeras calles de Jacarilla (Alicante), una pequeña localidad de la Vega Baja alicantina de poco más de 2.000 habitantes: "Se ruega a todos los vecinos que tengan sus mascotas recogidas y con bozal, y además, se informa a todos que habrá más tráfico de lo habitual en las calles de la localidad todos los martes y sábado desde las siete a las 9 y media de la tarde". Nos adentramos y el bullicio de la llegada se entremezcla con el de más de un millar de personas de diferentes acentos y llegadas de toda España congregadas en el parque Los Pinos, donde grandes carteles nos anuncian que acabamos de llegar al 73º Campeonato de España de palomos deportivos Copa S.M. El Rey.

"Participan 100 palomos, que tienen un valor medio de 10.000 euros... pues, ¡aquí hay un millón de euros!", nos cuenta nada más llegar un experimentado de esta disciplina, que cuenta con un fuerte arraigo en la Comunidad Valenciana, la Región de Murcia y Andalucía, aunque con competidores en todo el país.

Dentro de la estructura del Consejo Superior de Deportes y del Comité Olímpico Español, cuyos logos presiden el cartel oficial de este campeonato, la colombicultura cuenta con 28.042 licencias nacionales [dato de 2023, último publicado], más del triple que las del bádminton, casi el doble que el boxeo, más de cinco veces la suma de los deportistas de invierno, y muchísimos más que disciplinas olímpicas como la vela, el remo o el hockey. Y podrían ser más, teniendo en cuenta que una buena parte de los practicantes no la expiden o forman parte de sociedades de varios miembros bajo solo una de estas autorizaciones oficiales.

La competición consiste en siete sueltas de dos horas y cuarto cada una (con una periodicidad de dos a la semana) donde los 100 palomos machos participantes intentan seguir, por impulso de su celo y buscando su cortejo, a una paloma hembra con una gran pluma blanca en su cola dispuesta por la federación nacional. Cada minuto que cada uno de los machos esté junto a la paloma sumará dos puntos, lo que obliga a un control al segundo por parte de los siete árbitros que persiguen a la 'piña' voladora a través de motos, puntos estratégicos en altura y hasta una avioneta.

¿Y cómo los diferencian para otorgarles los puntos? El grupo de colegiados los distinguen tanto en el aire como parados por las pinturas que decoran sus plumas, en la parte superior de las alas con total libertad artística del autor al inicio de cada temporada [tras su pelechar de cada verano] y en la parte baja de las alas con la marca habitual del dueño, quien pinta del mismo color y de la misma forma a toda su plantilla de palomos. Aun así, los árbitros se enfrentan a controlar a cien aves revoloteando de un sitio para el otro sin parar.

La complicada y estresante labor arbitral cuenta con facilidades y comodidades de 'puertas abiertas', a pesar de ser un deporte al aire libre y con tráfico abierto, gracias a la escolta de varios agentes de la Guardia Civil, la Policía Nacional, la policía autonómica y policía local, además de un centenar de voluntarios de la organización y 20 miembros del comité técnico situados en puntos importantes en kilómetros a la redonda. Un despliegue que facilita que, si la paloma se posa en una propiedad privada, los siete árbitros puedan tener acceso a cualquier lugar para controlar este evento oficial y reconocido por las instituciones deportivas nacionales.

Momento de la suelta en el Campeonato de España de colombicultura en Jacarilla (Alicante) RELEVO/JMAMOROS

Junto al cuerpo de jueces, los dueños, aficionados y curiosos siguen también el vuelo haciendo que, en este Nacional, varios centenares de personas acompañen la comitiva por los caminos cercanos a la localidad, tras una paloma —la de esta prueba, una albaceteña inquieta conocida por sus peripecias en vegetación cerrada— que hace estragos de árbol en árbol para librarse de la persecución de unos machos que buscan no quedar rezagados, lo que les haría perder puestos en la clasificación. Mientras, más cómodamente, otros seguidores permanecen en una pantalla gigante preparada para los más perezosos que prefieren ver la retransmisión [emitida en YouTube, donde algunas sueltas cuentan con más de 7.000 visualizaciones en los directos] sentados en una silla mientras disfrutan de la merienda.

'Copa y toque', campeón de España 2024. RFEC
'Copa y toque', campeón de España 2024. RFEC

Palomos de élite

No es nada fácil llegar a formar parte de la lista de 100 palomos deportivos que compiten por el trofeo de campeón de España, sobre todo, en las regiones con más participación como la valenciana. El camino comienza en cada uno de los clubes de pueblos —o incluso, de barrios— donde se reparten los accesos a representar a su municipio en los torneos comarcales. De ahí unos pocos se clasifican para los intercomarcales, donde se unen los mejores de varias comarcas, y de ahí hasta el campeonato provincial, donde se reúnen los 100 mejores de las diferentes provincias y se terminarán por otorgar las plazas del Nacional. El reparto de clasificados entre comunidades, al más puro estilo Champions League de fútbol, se reparte según volumen de participación y nivel en las regiones, desde las 28 de la Comunidad Valenciana hasta solo una en Galicia o Melilla.

En la lista de los elegidos se encuentra otra de las grandes curiosidades que llama la atención a los que presencian por primera vez una competición de colombicultura: el nombre de los preciados ejemplares participantes y que los jueces cantan a viva voz en cada uno de los movimientos de puntuación. Desde el líder 'Diamante' a 'tocayos' de jugadores del Real Madrid como 'Mbappé', 'Bellingham' o 'Camavinga', o los más bonitos como '5ª Sinfonía', 'Aires de Murcia' o uno bautizado como 'Obra de arte'. De todos, el que termine llevándose la victoria el próximo 31 de mayo será una 'mina de oro' para su propietario, tanto por una posible venta del ganador por una cifra que supere los 30.000 euros o, incluso, como ocurre con otros deportes de animales como la hípica, también abrirá un negocio para toda su raza, que se convertirá en deseada para la cría.

PROPIEDADES... ¿Y ROBOS?

Todos los palomos deportivos están anillados en sus patas con una anilla tobillera autorizada por la federación nacional o las diferentes federaciones autonómicas que cuentan con un código alfanumérico único e irrepetible que va junto a una chapa con la misma lista de números que estará en posesión de su dueño. Para evitar la participación de palomos deportivos robados, los propietarios deberán presentar a su animal junto a la chapa previo a los campeonatos oficiales.

Poco se parece esta disciplina ahora a la que los árabes trajeron a la Península Ibérica en el siglo VIII por mera diversión, y no solo por la profesionalización y la organización de sus competiciones. En la actualidad, todos los palomos competidores portan en su cola un pequeño chip GPS amarrado a su cola para controlar su localización en todo momento y, por si fuera poco, toda la información durante la competición se transmite por walkie talkies a través de una emisora común. Con esta tecnología como punta de lanza, alrededor de la colombicultura se ha creado un gran negocio sobre medicamentos veterinarios, la pintura con la que hace diferenciar a las aves o, también, todo tipo de merchandising de camisetas, llaveros o cuadros pintados a mano.

Artistas pintan a palomos participantes durante una de las sueltas del Campeonato de España. RELEVO/JM AMOROS
Artistas pintan a palomos participantes durante una de las sueltas del Campeonato de España. RELEVO/JM AMOROS

Como deportistas de alto rendimiento, los palomos deportivos son cuidados con mimo y hasta el mínimo detalle para que rindan en las mejores condiciones. Algunos colombaires, como se conoce a los dueños, disponen de salas construidas con las mejores condiciones climáticas y de pulcritud para sus 'estrellas' con limpiezas diarias de los chiqueros y un cuidado exquisito de la alimentación y la suplementación. Pero, a pesar de lo que pueda parecer, no es un deporte excesivamente caro si se trata de manera más corriente, ya que, por ejemplo, comenzar el camino hacia el campeonato nacional participando a nivel comarcal cuesta apenas 200 euros. Más negocio y grandes números hay en competiciones privadas que se celebran de manera paralela a las oficiales, donde se llegan a repartir premios de cinco cifras de manera habitual con inscripciones por encima de los 500 euros.

Aunque la colombicultura ha sido tradicionalmente un deporte para hombres adultos, en los últimos años ha habido un notable incremento de jóvenes practicantes y también de mujeres. Por ejemplo, se ha pasado de las apenas 1.700 licencias femeninas en 2007 hasta las más de 4.500 en la actualidad, que es cierto que siguen estando por debajo del 25% del total. La Real Federación Española de Colombicultura lleva años impulsando campus y concentraciones con gran acogida entre menores en busca de promocionar su futuro.