Ariane, la heredera del judo en la familia Toro Soler
A sus 19 años acaba de ganar la plata en el europeo Sub-23. Hija de judocas olímpicos, busca clasificarse para los Juegos Olímpicos de París 2024.

Todo deportista tiene un referente. Pero muy pocos pueden decir que tienen a su ídolo en casa. Cuando en Atlanta 1996 Yolanda Soler se colgó el bronce en judo, ella pasó a convertirse en esa deportista que todo judoca quería ser. Por eso, no resulta extraño pensar que Ariane Toro Soler (Bilbao, 2003) quiera igualar la gesta de su madre… y de su padre, José Tomás Toro, quien también fue judoca olímpico y quienes hoy preparan a su hija para luchar por su sueño: los Juegos Olímpicos. De momento, el camino va hacia buen puerto. Ariane Toro acaba de ganar la medalla de plata en el Campeonato de Europa Sub-23. Pero el recorrido es largo y complejo. Más aún si se hereda también no solo la calidad deportiva, sino los problemas de luxación en un hombro que apartó a uno de sus progenitores del tatami. Esta es la historia de la pequeña de la familia Toro Soler, una de las joyas del judo español.
Con sus padres como entrenadores, no es de extrañar que esta joven de 19 años afincada en Pamplona también hiciera del tatami su escenario particular. "Desde muy pequeña mis padres me llevaban al tatami por lo que el judo siempre me gustó", reconoce la judoca. Sin embargo, la gimnasia también llamaba su atención, hasta el punto haber logrado alguna que otra medalla en campeonatos navarros. "Empecé con los dos deportes, judo y gimnasia. Incluso me quisieron fichar en su día para un equipo de fútbol. Pero combiné los otros dos hasta que tuve que dejar uno con 13 años porque tenía que dedicar más a los estudios. No tenía tanto tiempo. Ahí tuve claro que quería hacer judo", confiesa Toro.
Lo cierto es que la decisión se vio recompensada con un amplio palmarés internacional: medallas y títulos como el de campeona de España en categorías inferiores, triunfos en varios open de la Copa Europea juvenil y júnior. Así como el quinto puesto mundial juvenil en 2019 y júnior 2021, o la reciente medalla de plata lograda en Sarajevo en la categoría de -52 kilos del Europeo Sub-23. Eso sí, para ello tuvo que pasar por el quirófano por culpa de la genética.
"A los 14 años tuve que operarme del hombro. De pequeña empecé con molestias, pero mi madre no le quería dar importancia. No podía imaginarse que tuviera lo mismo que ella", confiesa Ariane Toro. Y es que Yolanda Soler se subió al podio en Atlanta arrastrando una lesión de hombro desde 1991. "Mi madre ha estado en campeonatos con los dos hombros vendados, casi sin poder salir a competir y ha sufrido mucho en su carrera deportiva por su hombro derecho", reconoce a Relevo la joven. Una lucha y trabajo de superación que a ella también la ha impulsado a continuar y seguir.
Objetivo: París 2024
"Veía que mi madre era tercera olímpica y que mi padre también había ido a unos Juegos. Lo más grande que hay en el deporte y los dos han conseguido ir. Eso es una motivación extra", asegura la judoca que no pierde de vista el foco: cumplir su sueño y disputar unos Juegos Olímpicos. Y, por qué no, los de París 2024.
"Hay que luchar mucho. No es nada fácil, pero siempre hay alguien que lo consigue. ¿Por qué no voy a ser yo? Voy a luchar por ello. Es cierto que para París queda poco tiempo, pero mi padre, por ejemplo, se clasificó casi en los últimos momentos y fue. Nunca se pierde la esperanza", mantiene Toro. Y si no, como bien dice, "que sean los siguientes": Los Ángeles 2028. "Pero lucharé por París", sentencia. Y es que si de algo se saca en claro de esta joven judoca es que la constancia y la determinación son dos de sus características. Ambas, precisamente, le permiten compaginar el deporte y los estudios.
Un doble grado, además de la carrera deportiva
El día a día de Ariane Toro contempla deporte, estudios, descanso… Y algo de ocio. "Organizándose bien se puede hacer todo", explica. Y así debe ser, pues además de ser judoca, estudia el doble grado de Administración y dirección de empresas y Derecho. "Se hace difícil, pero bueno. Voy partiendo los años, es decir, no me cojo todas las asignaturas de un curso para así compaginarlo", indica. Por ello, su día a día se compone de "entrenar por la mañana; luego estudiar. Comer y descansar un poco. Volver a estudiar y, de nuevo, ir a entrenar". Eso sí, el apoyo de su familia lo tiene en casa… Y en el tatami.
Una familia de judocas
"Mis padres son mis entrenadores y lo llevo muy bien. Sabemos separarlo luego a la hora de ir a casa. Es verdad que en casa hay muchas ocasiones en las que hablamos de judo, pero al final tengo la confianza en el tatami y en casa. Eso ayuda bastante", manifiesta.

Sin embargo, no solo sus padres son una pieza clave en su formación. También lo es su hermano Julen. "Él es quinto de España sénior y entrenamos juntos. Ahora tiene una lesión en los antebrazos, pero se está recuperando. Él también está intentando luchar primero por una medalla nacional y luego, por clasificarse a unos Juegos Olímpicos", cuenta la joven.
"Si se entrenan y se hacen las cosas bien, se da todo en los entrenamientos, puede que no se consiga lo que queremos, pero estaremos más cerca", le dijeron sus padres y bajo esa premisa, Ariane Toro lucha cada día por su sueño: el sueño olímpico.