Teresa Perales y "el más difícil todavía" con Phelps en el horizonte: "A los amateurs les gano a un brazo"
La nadadora más laureada de los Juegos Paralímpicos buscará en París alcanzar las 28 medallas de Michael Phelps, pero esta vez lo hará nadando con un solo brazo, sobre esto y otras vivencias habla con Relevo.
Teresa Perales (Zaragoza, 1975) no necesita presentación. Es la deportista paralímpica más conocida en España. También fuera de sus fronteras, como prueba, que en su última visita a España, el CEO de Apple solo visitó a dos personas y una fue la zaragozana. Además, en 2021 recibió el reconocimiento del premio Princesa de Asturias de los Deportes.
Sus 27 metales paralímpicos y el reto de igualar los 28 de Michael Phelps harán que todas las atenciones se concentren en el París La Defense Arena durante los Juegos de París. ¿Lo conseguirá?
Es muy difícil no apostar por alguien que se subió al podio en Sídney 2000, su primera participación, y desde entonces no se ha bajado de él. Pero esta vez va a por "el más difícil todavía", como remarca ella en esta entrevista, pues competirá nadando a una sola mano después de que su condición se agravase en 2021. Una neuropatía la sentó en una silla de ruedas con 19 años y encontró en "el medio marino" de la piscina, su nuevo hábitat. En su brazo izquierdo, el que no puede mover, y que no le impidió alzarse con la plata en Tokio 2020 en los 50 metros espalda, lleva escritos todos los Juegos en los que ha participado. También está París 2024. "Y hay espacio para más", bromea a Relevo enseñando que, en efecto, alguna línea más cabe.
Después de toda una vida nadando en categoría S5 ahora pasas a S2 por la lesión en tu brazo izquierdo. Cuéntanos exactamente qué es lo que te sucede en el brazo.
Tres meses antes de los Juegos de Tokio 2020 se me salió el hombro por un espasmo muscular. Conseguí llegar a los Juegos, conseguí hacer la plata con muchísimo esfuerzo. Después de Tokio me operaron, pero mi enfermedad no ha permitido que el hombro volviera otra vez a su sitio y seguía provocando espasmos. Entonces, se volvía a luxar. Vivo en una luxación continua y no puedo mover el brazo para nadar. De hecho, en la vida diaria lo muevo muy poquito. Y por eso es que ahora soy en una categoría S2 y en una S5. O sea, una categoría superbajita para los que tenemos muchísima discapacidad.
Y nado un brazo, que es el más difícil todavía. ¿Aún hay más? Pues sí, efectivamente. Pero bueno, ya he conseguido acostumbrarme. Ya llevo mucho entrenando a un brazo, así que hemos mejorado.
"Vivo en una luxación continua y no puedo mover el brazo para nadar"
Nadadora¿Cómo te has adaptado?
Tú piensa que no solamente nadas a un brazo, pero tienes piernas, no, es que nadas a un brazo, pero las piernas no te responden, el otro brazo no te sirve para estabilizar, no tienes el timón que te hace ir por el lado que tienes que ir o ir centrada. Yo siempre he jugado muy bien con el agua, tengo una suerte y es que floto mucho y que la técnica la pillo bastante rápido. Pero llevar 26 años o 25 años nadando con dos brazos hace que cueste mucho desprogramar la cabeza y el movimiento de los dos brazos, o sea, los gestos. Pero claro, como este no me sigue (señala su brazo izquierdo), he tenido que cambiar la forma en la que meto el brazo y en la que hago la palada para conseguir avanzar. Pero bueno, ya lo he logrado.
¿Y cómo llevas la diferencia de velocidad?
Bueno, eso es una de las cosas que más me costó, la sensación del agua, el cómo se desplazaba, cómo me desplazaba yo y la sensación de cómo corría el agua sobre mi cara. Que no es lo mismo la velocidad que hacía antes de 42 segundos en 50 metros de espalda a 1'12 que es lo que hago ahora en 50 metros de espalda. No tiene nada que ver. Pero bueno, ya también me he acostumbrado a esta velocidad y ahora lo que quiero es que todavía sea más rápido. A ver, a los nadadores compañeros, no, pero para personas que no son deportistas y que son muy amateur, sí, aún consigo ganarles incluso a un brazo.
"A personas que no son deportistas y que son muy amateur aún consigo ganarles a un brazo"
Nadadora¿No ha llegado ese momento de 'mira, déjalo ya, que esto es demasiado'?
No, al revés, esto ha sido un revulsivo, todo lo contrario. Ha sido como "no, ahora más que nunca quiero seguir". Si es que este es mi medio, es donde me siento más libre, no estoy atada a una silla, que esta está muy guay, se levanta, te tumba… menos masajito te hace de todo -se ríe-. Pero yo en el agua es donde mejor me encuentro y además tengo la suerte de estar en un centro -el CAR de Madrid- en el que tengo los medios, tengo a mis compañeros, tengo a mi entrenador, tengo a mi equipo y eso al final es un soporte emocional y físico muy importante.
No me lo planteé ni un segundo dejarlo porque era como tirar la toalla y yo no he tirado la toalla nunca y no lo voy a hacer ahora. O sea, el día que me retire será porque de verdad estoy convencida de que me apetece. Pero mientras tenga la oportunidad de seguir… Es que me lo paso muy bien, disfruto mucho de la competición y del entrenamiento.
"No me lo planteé ni un segundo dejarlo"
NadadoraEso es, siempre has dicho que no te retirarás estando arriba.
No, no, nunca he pensado en retirarme lo más arriba, al revés. Admiro al que se retire arriba, pero a mí no me da vergüenza retirarme sin ganar medallas. Hay que respetar a cada uno el tiempo que tenemos para decidir que nos retiramos, decidir cuáles son nuestras expectativas, qué es lo que buscamos en cada competición y, pues, a lo mejor un día busco ganar seis medallas, otro día buscaré una y a lo mejor llegará un día en el que no busque ninguna y solo quiera entrar a la final y tendré derecho a pelear por entrar a la final si he tenido mínimas para poder participar.
"A mí no me da vergüenza retirarme sin ganar medallas"
NadadoraAdemás, ha sido llegar a esta nueva categoría, empezar de cero y lograr récords.
Sí, en mi categoría nueva he batido récords del mundo, récords de Europa y sí que se veo una evolución. Pasé una época en el año en la que, lógicamente, como todas las temporadas, parece que estás muy estancado, y es una montaña rusa, porque al final no puedes estar siempre al mil por mil, ¿sabes? Siempre hay momentos en los que estás arriba, momentos en los que estás abajo técnicamente… pero lo mejor es que justo en este verano hemos afinado muchísimo, parece que hemos dado con la clave y es lo que me está permitiendo acercarme a la medalla, al menos en el 50 metros espalda.
Además, en S2 competirás con nadadoras que no tienen tu misma discapacidad.
Claro. En el deporte paralímpico en realidad es superdifícil encontrar dos perfiles que sean exactamente iguales. No es lo mismo una amputación, que una discapacidad por parálisis cerebral, que una discapacidad por una enfermedad neurológica, no tiene nada que ver, ¿sabes? Y al final, pues yo compito con dos nadadoras que caminan y que son las que no mueven los brazos bien, otra que no mueve las piernas, pero se puede poner de rodillas y mueve los brazos muy bien… Tanto como yo solo hay una que es una italiana, y un poquito menos que yo.
Vayamos al motivo principal por el que todo el mundo estará muy pendiente de lo que te ocurra en la piscina de La Defense: las 27 medallas paralímpicas que tienes, a tan solo una de igualar las 28 medallas olímpicas de Michael Phelps. Lo primero, ¿cuál es tu favorita de todas esas 27?
¡La de Tokio, claro! Si me lo hubieras preguntado antes de Tokio, tenía unas cuantas para elegir, de hecho tenía más dificultad para elegir: la primera que le regalé a mi hijo, la primera vez que hice récord del mundo, mi primera medalla de oro... Pero hoy, de las que ya han pasado, esa, pero la mejor va a ser la que está por venir. Pero de las que ya han pasado, la de Tokio, por toda la historia que tenía detrás, porque sobreponerte a una lesión de tres meses antes de los Juegos, y estar un mes y medio con un brazo en cabestrillo y aun así llegar y ganar una medalla fue demasiado épico.
No hace mucho coincidiste con Michael Phelps y en aquel encuentro hablasteis de su récord y de cómo pensabas igualarlo. ¿Cómo fue exactamente?
Le expliqué que desde Sídney tenía una medalla menos que él, que él me desempató en Río, y le di las gracias porque había sido una de mis motivaciones para llegar hasta los Juegos de París para intentar conseguir, por lo menos, igualarle, superarle es muy difícil. Recuerdo que Phelps me decía "madre mía, siete Juegos, pero es una locura"y yo le dije "haber ganado menos y me lo habrías puesto más fácil".
"Phelps me decía 'madre mía, siete Juegos, pero es una locura"y yo le dije "haber ganado menos y me lo habrías puesto más fácil'"
NadadoraEn París 2024 ves factible igualarle… ¿También superarle?
Bueno, yo nunca descarto superar, porque para soñar es gratis, es fácil, es divertido y, como siempre digo, los sueños son nuestros mayores tesoros. Lo cierto es que, tal y como han ido los entrenamientos, en 50 espalda sí que tengo posibilidades, aparentemente… A ver, no puedo controlar lo que hacen mis rivales, puedo ver lo que han hecho a lo largo de la temporada, cómo está el ranking, y viendo el ranking tengo posibilidades de medalla. Si luego mejoran mucho en el ranking, obviamente, pues, la cosa se complica. Y en el 100 espalda es en el que se me está complicando mucho porque siento mucha fatiga muscular cuando hago la vuelta. El primer 50 la hago bien, pero el último 50, a lo que quedan 25 metros, ya estoy muerta. Entonces, eso me está costando mucho porque tengo mucha fatiga muscular, ya de por sí. Y cuando tengo excesiva fatiga muscular, si me paso de la raya, llego a destruir músculo. Entonces, tengo que tener mucho cuidado con cómo entreno, con cómo compito, y, tampoco podemos forzar cienes a tope todos los días. Un 50 sí, que si un 50 lo hago bien.
Hace poco dijiste que el verdadero reto era alcanzar las 100 medallas…
A ver, si puedo ganar 101 no me voy a retirar. Imagínate que voy a un campeonato y justo voy a nadar una y no, esta no me toca ganarla, ¿no? -bromea-. Quería llegar a la número 100 entre Europeos, Mundiales y Juegos y tengo 91. O sea que ya sólo me quedan 9. Ya está más cerca, ya está más cerca para llegar a la 100.
¿Cómo se mantiene el hambre después de tantos años compitiendo y a tanto nivel?
Yo mantengo el hambre porque me gusta la sensación. Pero no es que me guste solamente la sensación de ganar por mí, eso es algo demasiado egoísta. Sí que es verdad que la medalla me la llevo yo a casa, pero la alegría que se lleva un montón de gente… es que eso muy bonito.
¿Y eso no es meter más presión en la ecuación?
A ver, desde el sofá se ve todo muy simple. Pero detrás de cada medalla o detrás de cada vez que saltamos a la piscina, al tartán, a la pista, en cualquiera de las disciplinas, son muchas horas, muchos días, muchos años de nuestra vida entrenando para ese momento. Y es lo bonito y a la vez lo triste o lo malo del deporte, ¿no? Que solo ganan tres y los otros no ganan. Pero yo, en mi caso, siento que ya voy, en realidad, ganando porque he superado muchas cosas y tengo ya una medalla puesta. Y voy con esa tranquilidad de pensar "mira, yo solo quería sentirme orgullosa" y la verdad es que me siento superorgullosa del trabajo que he hecho. ¿Que luego termina con la guinda del pastel, que es la medalla? Fantástico. ¿Que no? Me escocerá, por supuesto. Al principio me dolerá, pero luego lo transformaré en que es que era muy difícil llegar hasta aquí, era muy difícil clasificarme, era muy difícil volver otra vez a nadar. Ha sido la tercera vez que he tenido que aprender a nadar en mi vida. Y mira, pues lo he hecho y nado muy bien, aunque sea con un brazo.
"Es la tercera vez que aprendo a nadar"
NadadoraO sea, que llevas bien la presión.
La gente dice, la más laureada... Me da igual lo de la más laureada o no, yo siempre pienso que no soy ni más ni menos que nadie. Es más, me encanta decir eso a la gente: A mí, trátame supernormal, porque yo soy muy básica, muy normal, muy simple, muy sencilla, muy cariñosa. A mí dame un beso, un abrazo y ya me has dado el regalo del día. ¿Sabes? Es mucho más bonito que ir por la calle y oyes que dicen "mira, Teresa Perales, esta es la nadadora". No, no, párate, habla un rato conmigo, que a mí me encanta.
A ver si ahora te vamos a subir el vídeo a Instagram y todo el mundo te va a ir abrazando.
¡Pues encantada, encantada de la vida! Tengo un amigo que siempre dice que tengo suerte porque cada día me regalan miles de besos y de abrazos. Me regalan muchísimos.
Eres una de las deportistas más conocidas, por encima de muchísimos deportistas olímpicos. ¿Cómo hemos llegado a este punto?
Estoy superagradecida. Creo que me empezaron a conocer más cuando igualé a Phelps, porque hasta que lo igualé tenía 16 medallas y me conocían en Aragón y poco más. De hecho, no sé si en todo Aragón, yo creo que en Zaragoza. Y a partir de entonces también tuve más reconocimientos institucionales y me colocaron en el nivel de los olímpicos y me conoció muchísimo más la gente, el público en general, y luego en particular las instituciones.
Y ahora no es solamente por la faceta deportiva. Hace poco me encontré a una persona que me reconocía porque me había escuchado en una conferencia y ni se acordaba de que yo era deportista. Eso también me hace mucha ilusión.
"Hace poco me encontré a una persona que me reconocía porque me había escuchado en una conferencia y ni se acordaba de que yo era deportista"
NadadoraHay una anécdota sobre cómo tituló un medio una noticia sobre ti: frente a Phelps, 'el tiburón de Baltimore', tú eras 'la sirenita del Ebro'. ¿Te resultó ofensivo?
Pues mira, en aquel momento lo pensé mucho, pero la verdad es que nunca me molestó, pero por una sencilla razón, porque me puso en el candelero. Porque era la primera vez que a un deportista olímpico y a un paralímpico nos ponían en el mismo titular. Entonces me regaló la oportunidad de que la gente me conociera a mí, pero sobre todo que abriera la puerta al mundo paralímpico en los medios de comunicación.
Pero, si tuviéramos que redefinir a Teresa Perales, ¿con qué animal lo haríamos?
Yo siempre me he identificado más con una tortuga marina, que ya sé que no parece muy rápida, pero son bastante rápidas en el agua. Cuando las ves fuera del agua van lentas, que sería como yo en la tierra, que sobre todo si voy en una silla, tengo que ir arrastrándome, pero luego llego al agua y floto y nado superbien. Entonces, la tortuguita marina me gusta mucho.
"Yo siempre me he identificado más con una tortuga marina"
NadadoraCreo que hay un detalle muy especial en la medalla de París 2024 que te motiva todavía más para tu propósito…
Hay dos detalles fundamentales… Bueno, hay un tercero que es que se la quiero regalar a mi hijo. Pero hay otros dos detalles fundamentales. Uno es que el centro de la medalla lleva un trocito de la Torre Eiffel y mi marido y yo nos comprometimos allí, me pidió matrimonio allí y se cumplen, nada más y nada menos, 20 años de aquello. El otro es que justo el día que nado la prueba en la que tengo posibilidades de ganar medalla es el mismo día en que gané la plata en Tokio.
Mucha casualidad…¿No tienes la sensación de que vas poco a poco despidiéndote?
Yo quiero llegar a los Juegos creyendo que hay otros después. Todo dependerá de cómo esté mi brazo derecho, de cómo aguante mi cuerpo, de cómo esté mi brazo derecho, que al final lo hago todo con él, tiene que aguantar todo. Tengo muy claro que al Mundial del año que viene, que es en Singapur, quiero ir y luego poco a poco iremos viendo.
No sé a qué te aferras cuando te llevas un golpe como lo que te ha pasado en el brazo. De dónde sacas esa resiliencia.
Siempre me he aferrado a que estoy viva y doy gracias por estar viva y por seguir teniendo la oportunidad de hacer un montón de cosas, ¿sabes? Al final, si te quedas solamente en lo que has perdido, no llegas a disfrutar de nada y yo ya aprendí una vez lo que era echar de menos algo tan importante como era caminar con las piernas. Ahora echo de menos mover el brazo, pero si solo pienso en eso me pierdo todo lo que puedo hacer con el otro y prefiero pensar en todo lo que puedo hacer y hasta dónde puedo llegar moviendo el brazo derecho.
¿Y tienes miedo de empeorar?
No lo pienso, es mejor dejar que la vida siga su curso. Al final todos podemos salir y tener un accidente, te pueden dar un macetazo, te pueden atropellar, es que hay tantas cosas… El problema es que el ser humano por naturaleza piensa que la vida está garantizada y no lo está. Cuando de verdad entiendes que lo mejor es ser agradecido y disfrutar de las oportunidades y no dejar los días pasar porque sí, vives mucho mejor.