La mirada intimidante que lleva a España a su primer oro olímpico
Martina Terré voló bajo los palos con 15 paradas que ya son historia del deporte español.
"Utilizo la mirada para intimidar a las rivales", le gusta decir siempre a Martina Terré cuando se le pregunta por su secreto. La portera de la selección española femenina de waterpolo se propuso llevar a España a la gloria olímpica que mereció desde hace mucho, pero que siempre se quedó a las puertas. Por primera vez y a la tercera final, no estaba Estados Unidos en frente y era una oportunidad de oro que no se podía desaprovechar. Con solo 21 años, decidió convertirse en un muro infranqueable para las rivales australianas.
Terré, debutante en unos Juegos Olímpicos, avisó pronto que la tarde iba a ser suya. Después de ser decisiva en los penaltis de semifinales, salió con un parcial de 10 paradas de los primeros 12 lanzamientos de las oceánicas. La mirada intimidaba y la portería se hacía pequeña para las rivales.
Ante más de 17.000 espectadores que llenaban La Defense Arena, con su éxito mantenía la ventaja de las españolas ante la desesperación rival. Incluso, en el peor momento de las jugadoras dirigidas por Miki Oca, volvió a resurgir la guardiana de la piscina para calmar las aguas con un 6-7 en el electrónico que ponía nervioso a cualquiera.
Los brazos aussies temblaban y de eso se aprovechaba una defensa española que trabajaba como nunca. La parte decisiva de la final llegó con un porcentaje del 67% de paradas o, lo que es lo mismo, dos paradas de cada tres lanzamientos. Un número estratosférico que hacía gritar "Martina, Martina" a los miles de españoles en la grada. Al final, 15 paradas en 24 lanzamientos para la barcelonesa que han entrado en la historia del deporte español.
Su compañera Pili Peña enfatizaba la importancia de su compañera para la consecución del oro: "Ha sido superimportante, muy decisiva en todos los partidos, ha hecho un campeonato superregular, se ha salido, ha sido una pared y eso también a nosotras nos da fuerza para meter goles porque ella nos da esa confianza atrás".
España sigue llenando un palmarés mágico desde que Londres 2012 irrumpieran con una medalla de plata que significaba el inicio de un camino de éxitos: Campeonas del mundo en 2013 y otras cuatro medallas en Mundiales junto a otras seis medallas europeas que terminaron uniéndose a otra medalla de plata olímpica en Tokio. Doce años después de la primera alegría olímpica llega, en París, la gran conquista.