Bucsa y Sorribes no tienen lo suficiente para pelear por un oro
Las españolas sucumbieron contra las rusas en un partido en el que las rivales demostraron ser claramente superiores (6-1 y 6-2).
Cristina Bucsa y Sara Sorribes todavía sueñan con una medalla, pero no será de oro. Las españolas están haciendo un torneo notable, pero contra Andreeva y Shnaider no tuvieron ni el tenis ni el día para meterse en la final. Lo intentaron con ganas, pues son dos grandes luchadoras, pero una y otra vez se dieron contra un muro que se demostró infranqueable. El resultado, un durísimo 6-1 y 6-2, es coherente con lo que se vio en la pista.
Las rusas tuvieron un día perfecto y en Diana Shnaider se encontraron una rival formidable. Las dos rusas son todavía muy jóvenes y ya han ganado varios torneos en el circuito. Son jugadoras más capaces que las españolas, de ellas se espera algo más grande, poder competir por los torneos más importantes del calendario. Andreeva, con solo 17 años, ya ha sido esta temporada semifinalista en Roland Garros, Shnaider, con 20, ya tiene tres torneos ganados esta temporada.
Ese talento diferencial se notó en la pista. Aunque Bucsa y Sorribes tienen buena mano para jugar en dobles, y se conocen bien, la velocidad de la bola y la capacidad para recuperar de las rusas terminó sacándolas del partido. Las rivales acertaban mucho y eran capaz de aguantar cualquier peloteo que las españolas les pudiesen proponer.
❌ Se quedaron sin final
— Eurosport.es (@Eurosport_ES) August 2, 2024
🇪🇸 𝐂𝐫𝐢𝐬𝐭𝐢𝐧𝐚 𝐁𝐮𝐜𝐬𝐚 y 𝐒𝐚𝐫𝐚 𝐒𝐨𝐫𝐫𝐢𝐛𝐞𝐬 caen ante Andreeva y Shnaider y se jugarán el bronce contra Muchova y Noskova@Paris2024 | #Paris2024 | #Tennis pic.twitter.com/SkXQiJT0b4
El problema de Bucsa y de Sorribes es que no tienen esa capacidad para definir el punto. Su reto es la supervivencia y esperar a que las rivales fallen, un juego muy español que acaba siendo estéril cuando al otro lado de la red hay tenistas que tienen el día y son capaces de no sufrir con esos intercambios.
A eso hay que sumarle el servicio, el problema de no tener mucha potencia en el saque, que es el caso de Sorribes y Bucsa, es que todos tus juegos con el servicio arrancan con duda. Eso da mucha confianza a las rivales, que se dan oportunidades de ganar que contra toras rivales no aparecen. Hay que remar muchísimo, incluso en la tierra batida, cuando en teoría el servicio pierde importancia.
Queda una oportunidad más de medalla, y no es imposible. Es verdad que las checas, Muchova y Noskova aparecerán en el partido por el bronce con la sensación de ser superiores, pero también tienen sus dudas. Las italianas Errani y Paolini pasaron también por encima de ellas en las semifinales y Muchova lleva todo el año con diversos problemas físicos que la han hecho
Hay esperanza, en buena medida porque es una pareja hecha de fe. Son dos jugadoras que han tenido muchas dificultades, que para estar donde están, compitiendo cada semana en la WTA, han tenido que exprimirse al máximo. A ellas nadie les ha regalado nada, han ido subiendo por el circuito hasta asentarse con mucha voluntad, creyendo en sus posibilidades y demostrando que podían sobreponerse a todos aquellos que creen que no tienen el talento suficiente para estar ahí.
Un partido más para cumplir una ilusión para una vida entera. Un partido más, difícil pero no imposible. Bucsa y Sorribes siguen en juego, si lo logran será una de esas medallas que saben a gloria, de las que nadie se atrevió a poner en una quiniela. Es un partido, nada más y nada menos que eso.