Danny León y el truco 'raro' que quiere lucir en la final olímpica: "Lo hago dos de cada diez veces"

Danny León se ha convertido en un sinónimo del skate. El madrileño se ha hecho un nombre en su deporte, pero también más allá de las fronteras del parque como el que este viernes acoge la competición olímpica en plena Plaza de la Concordia de París. Con 29 años, es el mayor del equipo español y se ha convertido en un 'hermano mayor' de los que terminarán siendo sus herederos con la tabla.

A diferencia de Tokio, León sí llega con opciones de soñar tras su oro logrado en el World Skate celebrado en Dubai el pasado mes de marzo. Por si fuera poco, quiere sorprender al mundo y a sus 'amigos' los jueces con un truco secreto y complicado que intentará lucir en la gran final. Relevo se sienta en una charla con él sobre la competición olímpica, su futuro y la confianza que del 'ya estoy aquí'.

Cuanto más hablo sobre ello, estoy más nervioso. Yo me digo 'voy a un campeonato más' y tengo esa sensación. Pero hablamos de una medalla en los Juegos Olímpicos, que son cada cuatro años aunque ahora hayan sido tres. Con la cuenta atrás cada vez se le da más importancia y cada vez te pones más nervioso. Estoy bien, patinando muy bien y tengo los deberes hechos.

Los datos de las redes sociales se han multiplicado por cuatro, por lo menos. Si a lo mejor una historia me la ven normalmente 15.000 personas, hace unos días ya me las veían 60.000. Me pasó en Tokio y ahora me pasa más. Muchos más mensajes, mucha más gente pendiente, antes de viajar los vecinos me paraban por el edificio. Se nota la presión social y luego la personal, porque todos queremos ganar y solo hay tres medallas.

Empieza a haber estrategias, ya empezamos a ver cómo pueden llegar a puntuar los jueces... Digamos que el nivel ha subido. Bueno, sin el "digamos" porque el nivel sí ha subido respecto a Tokio. Cada vez es más difícil.

Sí, el mío también ha subido. Yo ahora veo lo que hice en Tokio y pienso que lo que hice no es nada. Y, en aquel momento, pensaba que era la hostia. Ahora pienso que lo puedo hacer mucho mejor y lo voy a hacer mucho mejor. Todos hemos mejorado acorde a la subida de nivel de la prueba.

Yo siempre preparo y pienso trucos. Siempre he preparado la ronda completa y nunca he hecho esa misma ronda, así que he decidido no hacer la ronda e ir por libre. Soy una persona, un skater que tiene un abanico muy amplio de trucos y me cuesta mucho elegir qué trucos hacer. Para eso tengo al seleccionador Alain Goikoetxea, que me centra un poquito más. Por lo general, el resto del equipo tienen unos trucos, eligen hacerlos y en qué sitio. Yo, como soy de la vieja escuela y tengo una mentalidad mucho más abierta, tengo más variedad de trucos y me cuesta elegir cuáles son los que tengo que hacer.

Porque, a lo mejor, uno que es muy fácil para mí puede ser que para un juez sea mucho mejor. Entonces, tengo que saber elegir también ante los jueces que están ese día en el skatepark.

Yo sé quiénes son, cómo patinan, qué han hecho... Es que además nos conocemos entre todos, antes de que el skate entrara en los Juegos Olímpicos todos patinaban y todos hemos sido colegas. Entonces, conozco a los jueces, me llevo muy bien con ellos.

Bueno, ahora no porque no podemos...

Creo que es más por ellos, que no les vean hablando con los skaters. Porque todos nos conocemos entre todos y a lo mejor estaría feo que piensen que alguno ha ganado porque son colegas. Pero es que todos somos colegas. No sé si la prohibición está en papel, pero entiendo que hay que guardar un respeto en el momento de competición. Aquí no hablamos. Ellos están trabajando y nosotros estamos compitiendo, pero después del campeonato todos están amigos. Eso no cambia.

Yo soy de hacer trucos de flip, de dar la vuelta a la tabla. Tengo uno raro, que no lo voy a decir y el que lo quiera ver, que vea la competición. Lo quiero hacer porque sé que es muy valioso y muy arriesgado. Es muy fácil fallarlo. La media que estoy haciendo es de dos de cada diez. Pero es que es un truco de un poco del azar, de si sale o no sale por cómo se lanza. Sería para la final e ir a por la medalla. Ese truco lo tenéis que ver.

El oro en Dubái me ha cambiado. Al final, nos hacemos pequeñitos por ver ganar a los que estás acostumbrado a ver ganar. Pero, de repente, verte ahí te hace pensar que ya estás aquí. Ya soy uno más y ya no eres tan pequeñito. Tengo esa ambición, esas ganas de poder y querer estar ahí. Y veo que es posible.

Soy el hermano mayor, no me hagas más viejo. Les he visto a muchos de ellos criarse desde muy jóvenes, y ahora verles competir conmigo es un orgullo para mí. Les intento guiar, aunque luego me harán caso o no porque son niños. Pero bueno, aquí estoy yo para apretarles.

El de Sudáfrica tiene 50 años y se ha llevado la plaza que hay por África, pero el otro se lo ha ganado de manera heavy. Es el británico Andrew McDonald, que se ha colado en el último campeonato cuando todos decíamos que no iba a llegar por su estilo de skate. Pero el tío ha sacado lo suyo y ha demostrado que se merece esa plaza. Aquí está.

Yo no digo que no. Nunca digas de esta agua no beberé, pero me gustaría más formar mi familia y tener una vida. Quiero dedicarle unos años al deporte y unos años más, pero Danny León es muchas cosas más que solo que aparte del skate. Sí sé que me gustaría estar ligado al skate toda mi vida de algún modo, por ejemplo, como hace el seleccionador Alain Goikoetxea. Es entrenador y no compite, pero sigue patinando. Voy a seguir patinando toda mi vida.