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La mejor arma de los Redsticks para ganar a Bélgica está en los desayunos

La psicología de Max Caldas para pulir a la Selección masculina de hockey es el alfiler que sujeta el pase a semifinales ante la mejor del mundo.

Max Caldas, durante un momento del partido de hockey de estos Juegos de París. /GETTY
Max Caldas, durante un momento del partido de hockey de estos Juegos de París. GETTY
Alberto Martínez
Andrés G. Armero

Alberto Martínez y Andrés G. Armero

La llegada de Max Caldas al banquillo de los Redsticks supuso una bocanada de aire fresco en el renovado vestuario. Se habían retirado después de Tokio los últimos mitos del hockey español, los Pau Quemada, Quico Cortés, David Alegre o Roc Oliva, y ahora una nueva generación asomaba en el siempre semillero hockey de Terrassa o del Club de Campo, donde aflora este milagro de licencias que siempre alcanza los cuartos de final de los Juegos Olímpicos. Y, en ocasiones, como en Roma 60, Moscú 80, Atlanta 96 o Pekín 08 caza una medalla. Ahora lo tienen más difícil en estos cuartos de final ante Bélgica (domingo, 12:30), el Dream Team del hockey, un país que lleva más de una décadas apostando por un deporte que ha adelantado a Alemania, Países Bajos y Australia a toda velocidad.

Uno de los secretos del técnico argentino que llevó al oro olímpico a Países Bajos es su humanidad. Él mismo se define así: "Hay que ver a los jugadores en sus clubes, con su gente, en su idioma, yendo a entrenar en bicicleta… Hay que trabajar desde la persona como centro de todo". Y esa máxima la ha aplicado con numerosas terapias, grupales e individuales, como los desayunos. Por ejemplo en el Preolímpico de Valencia. Una catarsis.

La selección dormía en unos apartamentos y el seleccionador citaba a algunos jugadores a desayunar para hablar de hockey y de la vida. "Max en lo personal es un gran tío, intenta quitarnos presión, siempre nos va de buen rollo. Quiero que estemos relajados y que no haya tensión. Que haya una persona así ayuda mucho", explica el portero Luis Calzado. "Fue más en el Preolímpico, había desayunos individuales. Todos nos mezclamos, nos hablamos de la vida. Y en lo personal es espectacular", añade Villalonga.

Caldas deja en ocasiones a un lado la parte más científica del hockey e intenta conectar con sus jugadores. Después de su llegada, España se quedó muy cerca de entrar en las semifinales del Mundial de la India de 2022, aunque en el Europeo de 2023 el rendimiento bajó y finalmente fue en el Preolímpico cuando tuvo que ganarse el pase a París. El seleccionador ha renovado el equipo y ha encontrado en respaldo en sus capitanes, en Marc Miralles y Álvaro Iglesias, mientras que se ha convertido en una selección descarada y valiente, para lo bueno y lo malo. Principalmente, le ha inculcado esa mentalidad a sus jugadores.

"Es una persona muy cercana, nos transmite humanidad a la hora de jugar. Estoy muy agradecido. Y estoy muy contento al escuchar sus charlas e historias", añade Villalonga, que destaca que "a veces es un simple café, una videollamada. Siempre está pendiente 24 horas para nosotros y está muy cerca del jugador". Pepe Cunill reconoce la importancia del aspecto mental del grupo: "Tenemos el psicólogo para afrontar reuniones con él. Hemos jugador en la India con 10.000 personas gritando en el Mundial. Trabajamos muy bien con el cuerpo técnico y el psicólogo", explica, mientras que ese tipo de charlas "las hemos potenciado y las seguimos en la villa".