Un Fermín desatado lidera a España a por la medalla en París

España es equipo de semifinales en estos Juegos Olímpicos de París. A todos los efectos, los de Santi Denia, están a un paso de tocar metal y a dos partidos de certificar un oro olímpico. Ante Japón, que complicó demasiado la papeleta del combinado nacional, cerró una goleada que no refleja del todo lo visto en el césped de Lyon. Un Fermín que se visitó de líder, sumado al primer tanto del capitán Abel Ruiz, sellaron un 0-3 con el que España ya mira de reojo el partido de semifinales contra Marruecos.

El inicio de esta partido iba a ser un pequeño adelanto de lo que les esperaba a los chicos de Santi Denia. Sin haber llegado al primer minuto del encuentro, Eric García ya vio como el colegiado del encuentro le mostraba la cartulina amarilla tras excederse a la hora de intentar frena a Mito, que había roto al defensa buscando el espacio. Desde este momento, el catalán se vio condicionado a la hora de hacer lo que mejor sabe, pero eso no le limitó en exceso para cumplir todo el tiempo que estuvo en el verde.

Otro del Barça, esta vez Fermín, fue el encargado de 'vengar' a su compañero. El de El Campillo se encargó de dejar en su sitio al nipón Mito, mediante a un sombrero que enloqueció a todo el estadio. Fermín volvería a hacer lo propio con los aficionados, pero esta vez en forma de gol. El centrocampista recibió el balón de espaldas a la portería allá por el 11' de juego. A la media vuelta y con la zurda no se lo pensó y mandó el balón directo al palo largo. Rumbo directo a la red y segunda celebración de gol para el mediocentro en estos Juegos Olímpicos.

El protagonismo de esta Selección pasaría por las botas del propio Fermín el resto del partido. El tanto, que es la expresión más visible del gran partido del futbolista, fue solo el principio de un gran encuentro disputado por el onubense. En el centro del campo fue indetectable entre líneas para el dolor de cabeza de los nipones. Los mejores minutos de España se originaron de sus botas.

Santi Denia respiró tranquilo poco más de 20 minutos en la primera mitad, el resto del tiempo tuvo el corazón en un puño. Japón cambió la cara en esta primera mitad. Dejó su pasividad y comenzó a complicar la papeleta a la Selección. Si antes de la primera media hora, el hombre milagro para el equipo fue Fermín López, hasta el final de este primer tiempo sería Pau Cubarsí el encargado de mantener el sueño de las semifinales con vida.

El central del FC Barcelona tuvo un protagonismo claro en defensa. Él, junto a Pubill, frustraron los planes del combinado nipón en más de una ocasión. En especial, la progresión futbolística de Pau Cubarsí se hace cada vez más notoria y a falta de escasos minutos para el final de la primera parte se demostró. El zaguero hizo uso de su cuerpo para tapar a delanteros como Miyamoto. Denia no quiso perder tanta presencia en el aspecto defensivo y por eso llamó a Abel Ruiz, Fermín y Baena para charlar cerca del área técnica, con el objetivo de corregir directrices tácticas.

Si a favor de España, sería Fermín el encargado de dar la media vuelta para mandar el balón al fondo de la red, Hosoya haría lo propio para Japón en el minuto 40'. Hosoya se encargó de definir entre las piernas de Cubarsí, después de pivotar sobre su cuerpo, y Arnau Tenas se encontró ese balón sin tiempo para poder intentar sacar una mano. La celebración japonesa no tardó en acabarse. Cuando España estaba lista para volver a poner el balón en juego desde el centro del campo, el árbitro, Dahane Beida, se llevó la mano al oído para charlar con los encargados de la sala VOR.

Tras casi cinco minutos de tensión, la decisión fue comunicada a viva voz a todo el Parc Olympique Lyonnais. El gol no subiría al marcador debido a una posición antirreglamentaria de Hosoya antes de darse la vuelta para ver puerta. Pese a no aparecer las habituales líneas en la retransmisión, sí que se podía apreciar que el inicio del pie del futbolista nipón superaba a la primera referencia del cuerpo de Pau Cubarsí.

Se repetiría el mismo guion en la segunda mitad. España arrancó los últimos 45' mucho mejor que como terminó antes de irse al túnel de vestuarios. La Selección, por vía de Fermín en la mayoría de los casos, y de Baena en tantos otros, recuperó su incisión en ataque. Eso sí, el centrocampista del Barça perdió presencia entre líneas para hacer uso de su instinto llegador. Tanto Fermín como Baena se probaron desde lejos con el objetivo de encontrar el gol de la tranquilidad para Santi Denia.

Pasada la hora de partido, Japón volvió a asustar como ya lo hizo en todo el partido. Por fuera volvieron locos a Pubill y Gómez y por dentro no pararon de filtrar pases a la espalda de los centrales. Pese a su insistencia, para suerte de la Selección, tanto la defensa como Arnau Tenas no se salieron del partido y no cedieron ante el aluvión de ofensivas niponas.

La charla técnica de Santi Denia allá por el primer tiempo y su insistencia desde el inicio de la segunda mitad volvieron a tener premio y además en forma del gol de la tranquilidad. No podía ser otro y tuvo que ser él. Fermín empalmó en el 73' un saque de esquina puesto a directo hacia su pie. Lo hizo con el exterior de la bota, tras una jugada ensayada donde el futbolista del Barça llegaba en segunda línea libre de marca. La pizarra de Santi Denia surtió efecto y España celebró el segundo gol del partido, tercero en la cuenta personal de Fermín López.

Japón no cesó en su afán por asegurarse una plaza en las semifinales. Un error de Eric García en el área casi supone el primero para los nipones, pero Arnau Tenas tocó con la yema de los dedos el esférico para repelerlo. Para el disfrute del espectador, el partido cogió un ritmo mucho más vertical en hacia el final del mismo. Además de ese casi gol de Japón, llegó el tercero de España, esta vez desde las botas de Abel Ruiz, el capitán de la Selección. El ahora delantero del Girona remachó un balón muerto tras un saque de esquina mal despejado por parte de los nipones.

Así acabó un partido de resultado engañoso, pues Japón mereció mucho más en estos 95 minutos en el estadio del Olympique de Lyon. Sea como fuere, España pone la directa a las semifinales de los Juegos Olímpicos de París, donde se verá las caras con la selección de Marruecos. Ahora sí, la opción de medalla es muy real y el oro está a solo dos partidos.