La odisea de Enmanuel Reyes Pla para salir de Cuba: "Estuve preso un mes en Alemania"
Medalla ya segura para España en los JJOO de París, Pla repasa con Relevo como abandonó su país para reunirse con su familia en España. Una vez aquí pidió una oportunidad al equipo nacional.
Enmanuel Reyes Pla (La Habana, 31 años) es uno de los principales baluartes del equipo español de boxeo amateur, como se ha visto ya en los JJOO, donde ya se ha asegurado una medalla. Tras quedarse a las puertas de una metal en Tokio 2020, el 92 kilos de la Selección vive en París su segunda cita olímpica. Ahora pasa por un momento dulce, pero el púgil no olvida lo que tuvo que pasar para poder abandonar su país en busca de un futuro mejor. "Un deportista de alto nivel lo tienen como en una cárcel. Es muy difícil salir de la isla", revela.
El boxeador comenzó a practicar este deporte con cinco años para aprender a defenderse. Pronto destacó y en su adolescencia entró en el equipo nacional. Allí fue quemando etapas, pero siempre fue "el segundo". "Primero en 80 kilos y luego en 91 no era el principal. El tiempo pasaba y podía hacer dos cosas: quedarme allí y hacerme viejo o buscar una salida. El nivel te lo da la competición. Sabía que si tenía la oportunidad podría llegar a lo más alto, pero no es lo mismo entrenar a diario que estar peleando contra gente top. Cuando me había enfrentado a ellos les había ganado", recuerda el boxeador.
Parte de su familia vivía A Coruña desde hacía casi dos décadas, por lo que intentó reunirse con ellos en 2019. Su tío, al tener los papeles en regla, le ayudó en la aventura. "Al ser comunistas, a Rusia si nos permitían volar desde Cuba. Gran parte de la inmigración que venía a Europa desde allí hacía la misma ruta. Pasaban a Bielorrusia, que tenía frontera con Polonia, y después había que ir cruzando países hasta llegar al destino que querías. Cuando yo fui, por esa frontera las cosas se habían puesto feas y no pudo cruzar. Tuve que volver a Moscú", recuerda. En la capital rusa estuvo casi seis meses entre unos intentos y otros. Su tío era el encargado de facilitarle todo. Al no tener papeles, si la policía le paraba podían chantajearle para conseguir dinero. Como no había, Reyes Pla conocía casos en los que habían soltado gente en medio de la nada a -20 grados.
La penúltima intentona del púgil fue por aire. Compró un billete de vuelta con escala en Austria y al llegar a la Unión Europea pidió asilo. Se lo concedieron y se quedó en un campo de refugiados. Una vez allí, intentó cruzar a Alemania en autobús. "Al revisar la policía los documentos, y yo no tenía nada, me detuvieron y estuve preso algo más de un mes. Después me regresaron a Austria. La gente somos así e intenté el camino que me habían dicho que funcionaba. Harto, decidí comprar un vuelo a España. Cuando iba a por el aeropuerto pensaba que la policía me pediría el pasaporte y todo se acabaría. No sucedió. Luego me enteré que al entrar en el espacio Schengen no era necesario. Así pude llegar a España y reunirme con mi familia", relata Reyes Pla
Ya en Galicia, el cubano contactó con integrantes del equipo nacional. Les conocía de algunas estancias de los internacionales en su país. Sabían de su calidad y le dieron la oportunidad a la vez que comenzaron a tramitarle la nacionalidad. Era un refuerzo de lujo. Casi sobre la bocina (obtuvo el permiso a menos de un mes) pudo participar en el preolímpico. La competición se detuvo a la mitad por la pandemia. "Fueron momentos muy duros. No se sabía si habría Juegos o no. Si los había, quizá, iban a tirar de ranking para clasificar y no habría preolímpico. Estaba fuera porque no había podido competir por España todavía, llevaba meses peleando con bandera neutral. Lo pasé mal psicológicamente. Por suerte, hubo torneo clasificatorio y pudo conseguir mi plaza para Tokio 2020", recuerda.
La cita japonesa la tiene grabada en su memoria: "La inauguración, pese a que no había público, fue algo espectacular". En sus primeros Juegos se hizo viral tras asegurar que "había ido a arrancar cabezas", una frase que se sacó de contexto en una previa y que sentó mal en su país. Él siguió el hilo y el azar le hizo encontrarse con Julio César La Cruz en cuartos de final. Se quedó a un paso de una medalla en un combate que ganó, pero los jueces le arrebataron. "Me quedo más con mi sensación. Él me había ganado cinco veces, pero yo casi no competía, sólo entrenaba. En ese momento venía de medirme con los mejores y sabía que él no se esperaba verme así", añade.
La injusticia en las cartulinas y todo lo vivido antes le hizo replantearse su vida tras los Juegos, por lo que decidió hacerse musulmán. "Necesitaba un cambio y comencé a leer mucha información. Siempre había creído en Dios y era cristiano, pero descubrí algo que se adaptaba más a mí. También algunos compañeros de la selección son musulmanes y me aconsejaron que leer. Siempre le digo a la gente que Dios y yo nos entendemos, que no le den más vueltas. Siempre he creído que hay alguien que nos protege y después de leer mucho, decidí convertirme", asegura el púgil poco tiempo después de culminar su segundo ramadán.
En lo deportivo, Reyes Pla necesitó el segundo preolímpico para clasificar a los Juegos. "En el primero no estaba al 100%, pero para el segundo llegué a un gran nivel. Me ha venido casi mejor. El torneo fue en marzo y así puedo llegar rodado y tras peleas de mucho nivel a París", avisaba emocionado el hispanocubano. Hace tres años la medalla se quedó a un paso, en 2024 estaba convencido de que regresarí a España con el metal que más brilla. Su sueño se ha cumplido.