LIV GOLF

Las estrictas normas que deberá cumplir Jon Rahm en el LIV Golf

El circuito saudí obliga a los jugadores a vestir una determinada ropa, no hablar mal de "personas relevantes" o facilitar acuerdos de patrocinio.

Jon Rahm, en un torneo este año. /AFP
Jon Rahm, en un torneo este año. AFP
Óscar Méndez

Óscar Méndez

El LIV Golf está a punto de vivir el momento más importante de su corta historia con el fichaje de Jon Rahm. El de Barrika es la última gran estrella en adherirse a la millonaria liga saudí, que riega de millones a sus jugadores muy por encima de las ganancias que ofrece el PGA Tour, donde no pueden jugar. Pero el acuerdo, conlleva una serie de requisitos.

Cameron Smith, Dustin Johnson, Phil Mickelson, Bryson Dechambeau o Sergio García ya disputaron la pasada temporada del circuito saudí que tuvo 14 pruebas, seis más que el año anterior. Y también estarán el próximo curso en el calendario que ya oficializó la organización hace unas semanas. La obligatoriedad a asistir a cada uno de los torneos del LIV es una de las cláusulas que tuvieron que firmar los jugadores para adherirse al mismo, pero hay muchas más.

Según publicó meses atrás el abogado John Nucci, corresponsal jefe de derecho en Conduct Detrimental, son varias las normas estrictas que deben aceptar los jugadores, Jon Rahm entre ellos, que dan el salto desde el PGA Tour o el DP World Tour, aunque aclara que no todos los contratos son idénticos. Además de la obligatoriedad a asistir a todos los torneos, los golfistas deben adaptar su vestimenta a lo que les indiquen los organizadores.

En este punto, recientemente Adidas anunció que ya no seguiría vistiendo a Dustin Johnson o Sergio García, a los que llevaba alrededor de 15 años patrocinando y que a partir de ahora ya no utilizarán más prendas de su marca. Los jugadores están obligados a llevar la indumentaria de su propio equipo. En el caso del golfista de Barrika, se rumorea que tendrá su propio equipo y todos los jugadores del mismo vestirán de manera idéntica.

Además, no les está permitido conceder entrevistas exclusivas sin la aprobación de los responsables del circuito saudí, que tratan de cuidar mucho la imagen que ofrecen hacia el exterior. Esto es, Rahm no podrá hablar con el medio que el considere sin previa aprobación del LIV. En esta línea, los golfistas tienen prohibido hacer declaraciones difamatorias o perjudiciales contra "personas relevantes", como pueden ser los mandatarios de Arabia Saudí, un país criticado y censurado por violar los derechos humanos.

Los jugadores del LIV deben promocionar en sus propias redes sociales el circuito, algo que también ocurre en otros deportes como el fútbol. La exhibición de las partes positivas del deporte en Arabia Saudí también es una de las cláusulas por las que reciben ingentes cantidades de dinero. Todos los jugadores deben presentar sus patrocinadores a los organizadores para facilitar posibles acuerdos comerciales y, por supuesto, no tienen permitido firmar ningún acuerdo que entre en conflicto con el circuito saudí.

A cambio de todo esto, una lluvia de millones que no conseguirían en el PGA Tour, donde estaba hasta ahora Jon Rahm, número tres del mundo y último ganador del Masters de Augusta. Cambiar al LIV Golf, conlleva una serie de responsabilidades.