Los orígenes del super-Barça: "Nos decían que éramos una banda y que íbamos a bajar"

En 2006, Xavi Llorens salvó al Barça femenino. "Y estoy agradecidísimo", le cuenta a Relevo. Cuando Laporta quiso prescindir de la sección femenina de fútbol y de la de baloncesto, el Barça se encomendó a él: "Si tú no puedes, es que no se puede". Y vaya si pudo. Durante su primer año al frente, sus roles se multiplicaron: "Regaba el césped, cogía el dinero de la caja para pagar a las jugadoras, fichaba, entrenaba, etc...".

Porque antes de los focos y de los títulos -la primera Champions del fútbol femenino español corre a su cuenta-, al Barça femenino le decían que era una "banda", que iba a bajar a Segunda y las jugadoras rechazaban sus 'ofertas'. El Barça de la 2006/07 tenía un presupuesto de 150.000€ y el sueldo más alto rondaba los 12.000€. "En el 2017, cuando yo me fui, las cifras se habían multiplicado por 10. No tenía nada que ver con nada".

Xavi Llorens presume orgulloso de la historia que hay detrás del super-Barça (fue su entrenador durante 11 años), para muchos, un equipo de época, y de cómo ha cambiado el cuento. Un relato que combina muchas luces con muchas sombras y que bien podría ser el de la evolución del fútbol femenino español, llevada a su extremo (el más positivo). "Les exigimos mucho sin apenas nada a cambio. Entendieron que la profesionalización no era cobrar 3.000€ más de junio a junio", nos cuenta Xavi Llorens al otro lado del teléfono. Y desvela un deseo: "Hay Barça femenino para muchos años. Pero lo que quiero es que haya más equipos que peleen y que quieran ser como el Barça". Los orígenes del super-Barça, a ojos de uno de los mayores artífices de su éxito: Xavi Llorens.

"Cuando yo llamaba a la gente para venir al Barça, no querían venir. Ahora, quieren venir todas", dijiste en tu despedida como entrenador del primer equipo blaugrana -el 9 de mayo de 2017-. ¿Qué ha cambiado desde entonces?

El Barça juega bien, gana, es visible y a todos nos gusta que nos vean y que nos reconozcan las cosas bien hechas. Ese es el principal cambio.

¿Tantas fueron las que le dijeron que no al Barça?

Pues sí, unas cuantas. Al final, el Barça era un equipo que tenía todos los números para estar abajo en la clasificación, para jugar en un segundo nivel. Porque, a pesar de tener a referentes o haber fichado a jugadoras como 'Marigol', la cosa no salió bien. Quieras o no, eso devaluó a las futbolistas que ya tenían un nombre y un nivel y ya formaban parte del equipo. Y a las que querían venir las echó para atrás porque sabían lo que se podían encontrar.

Yo llamé a jugadoras del Espanyol, del Athletic Club y nada. Lo que más recuerdo es la primera reunión a la que acudo en julio en la Real Federación Española de Fútbol. Porque antes, a parte de entrenar, tenías que hacer de todo. En aquella reunión, estaban todos los presidentes -salvo dos o tres- y te decían: "Vais a bajar, sois una banda". Yo me vuelvo a Barcelona y les digo lo que me han dicho. Te estoy hablando de clubes como el Levante, el Torrejón, el Espanyol, etc. Vamos, los que mandaban.

Para mí, era un mundo nuevo, no sabía nada del femenino. Sabía que entrenaban después del infantil del Barça y tenía relación con alguna jugadora como Sheila Sanchón porque su hermano era Felipe Sanchón -que jugaba en el filial-. Por lo demás, un mundo nuevo para mí, no tenía ni idea de dónde me metía. Además, los inputs que me llegaban por parte de los clubes y de la RFEF eran muy malos, muy flojos.

A los que te dijeron que ibais a bajar a segunda y que erais "una banda", ¿qué les dirías ahora?

Nada, ¿eh? Es que era una realidad, era así. No era porque fuera Xavi. Al final, me meten a mí porque confían en mí y llevaba muchos años -17- entrenando a chicos. Ellos lo que querían era que en el femenino se empapara de lo que era el Barça a nivel de juego, de comportamientos, lo que siempre se vende como el ADN Barça.

Mi misión es concienciar a las chicas de que queremos hacer un Barça femenino con el mismo ADN que el de los chicos. Y eso, quieras o no, es un esfuerzo y es renunciar a muchas cosas, pero sin esperar a nada a cambio... . Y, claro, tú eso se lo dices a una persona y te dirá: "Pues hago lo que me da la gana". Entonces, yo no puedo empezar por exigir según qué cosas porque...

Porque antes de todo eso, en el 2006, Laporta había decidido prescindir de las secciones femeninas de fútbol y de baloncesto. Pero apareces tú.

El basket se queda fuera y a mí me ponen porque tienen confianza en mí. "Si tú renuncias, nos cargamos al femenino", me vienen a decir. "Si tú no puedes, es que no se puede". Para mí, es un retazo. Y eso que hay momentos en los que me dicen: "Lo dejamos". Pero no, yo ya empiezo a estar con ellas y detecto que ellas quieren crecer. Pero, ¿cuál es el objetivo? Para jugar al fútbol, puedes hacerlo en cualquier lado. Al final, nosotros les estábamos pidiendo unos sacrificios sin nada a cambio.

Lo que les queríamos transmitir es que ahora no íbamos a recoger los frutos, pero sí dentro de unos años. Había que sembrar y sembrar que sembrar. ¿Cómo hemos llegado hasta dónde hemos llegado? Pues sembrando, hemos sembrado mucho, hemos llorado mucho y hemos sangrado mucho. Todas. Hemos pasado momentos muy difíciles y muchas se han quedado por el camino -y empieza a enumerar un sinfín de nombres propios-. Y cuando hablo de quedarse por el camino me refiero a no ganar la Champions, que es lo que queríamos todas. Soñábamos con ser el Olympique de Lyon y hemos llegado a serlo y a superarles. El mérito es de todas las que hay ahora, pero hay mucha gente que ha estado picando piedra para que esto fuese lo que es ahora.

¿Cómo era ese Barça?

Pues mira, entrenábamos a las nueve de la noche, la que más cobraba no sé si eran 12.000€ al año y yo tenía un presupuesto de 150.000€ para repartir entre todas las jugadoras. Una de mis exigencias fue que todas cobrasen un mínimo para que pudiesen pagar la gasolina.

Vamos, es que no tiene nada que ver el 2006 con el 2017. Cuando yo me voy, los presupuestos y los sueldos se habían multiplicado por 10. Y ya ni te cuento ahora, que se ha vuelto a multiplicar todo por 10, pero que se lo han ganado a pulso. Y yo no me puedo quejar porque estaba en un Barça, pero imagínate el resto de clubes lo que han tenido que hacer para estar tantos años en la élite. Lo que tiene que hacer Antonio Toledo en el Sporting Huelva tiene que ser... Vamos, tiene que ser de monumento. Estar tantos años en primera, estoy seguro de que le tiene que costar dinero de su bolsillo. De verdad, es de admirar lo que hace la gente del femenino.

Nueve años después, en la 2015/16, el club decide profesionalizar su sección de fútbol femenino. ¿Por qué?

Porque todo lo que habíamos hecho se había quedado pequeño. Por aquel entonces, ya ganábamos ligas, copas, llegábamos a los cuartos de final de la Champions, incluso llegamos a unas semifinales. Entonces, la pregunta era: ¿qué nos falta? Pues nos faltaba eso, ser profesionales: entrenar por las mañanas, cuidar el tiempo que tienes que estar en la ciudad deportiva, el descanso, etc. Ser profesionales no es solo cobrar más es incrementar tu dedicación. Pero, claro, esto tiene un proceso y tú no puedes pretender que te cambie la vida porque de junio a julio te voy a dar 3.000 euros más y vas a ser mejor.

¿Cuánto tiempo llevó ese proceso de asimilación? Porque fueron años 'duros' en los que la liga se os resistió...

Costó que, durante varios años, no ganamos ligas porque nuestro foco era hacerlo bien en Europa. En la Champions funcionábamos bien, pero en liga nos dejábamos puntos tontos. Eso y que el Atleti y el Athletic hicieron las cosas muy, muy bien. Entonces, no ganar la liga te crea dudas. Hemos pasado a ser profesionales y no éramos capaces de ganar la liga... ¿qué estábamos haciendo mal? Pues nada, todo formaba parte de un proceso y todos los cambios necesitan un tiempo y a nosotros nos costó cuatro años. Dos me tocaron a mí, otro se lo comió Fran Sánchez y el último lo vivió y Lluís Cortés.

Durante todo ese proceso, por tus manos pasaron muchas de las mejores jugadoras de España. ¿Con quién te quedas?

Destacaría a muchísimas, siempre me voy a dejar a alguna. Pero a Sonia Bermúdez y a Jenni Hermoso les tengo un cariño especial por ser referentes o por momentos puntuales que hemos vivido juntos. Me dejaría a Escribano, Nicolau, Ruth García, Corredera, Unzué, Torrecilla... Claro, luego lo leerán y me dirán que no me he acordado de ellas (risas). También Montse Tomé, que deja el levante para venirse al Barça, Silvia Doblado, etc. Hay muchísimas jugadoras.

De las actuales, hay un nombre que últimamente destaca sobre el resto: Caroline Graham Hansen. La noruega aterriza en Barcelona en el 2019, ¿por aquel entonces todas las jugadoras querían fichar por vosotros o todavía os seguía costando?

No, ya empezaban a querer fichar por el Barça. Del 2017 al 2021, dejo de entrenar, pero sigo en el club, en el departamento de scouting. Sobre todo, me encargo de la parcela de todas estas: las Salma Paralluelo, las Vicky López, las Ari Arias, etc. Es decir, mi misión es buscar a las futuras joyas. La verdad es que el futuro es tremendo, hay muchísimas. Y hay algo que me alegra mucho y es ver a gente como Montse Tomé, Sonia Bermúdez o Laura del Río en la RFEF y ver que están ayudando a que esto tire para adelante. Me llena de orgullo porque sé que estamos en buenas manos.

¿Cómo descubre el Barça a Hansen?

A las jugadoras buenas es muy fácil verlas. Pero no solo para nosotros, para cualquier persona a la que le gusta el fútbol. Después, el problema es llegar económicamente y, sobre todo, que les guste el proyecto. Por mucho Barça que sea y por mucho dinero que tenga, si soy una banda, no va a querer venir nadie. Pero si yo soy un Barça que gana ligas, que cuando juegas contra ellas las rivales te admiran, pues quieres venirte. Pues claro, las top quieren venir al Barça. Y han sonado muchísimas más de las que han venido, y si no han venido... es porque no caben todas (risas).

En su día, llegó hasta a sonar el nombre de Megan Rapinoe...

Todas las que sean referentes y que hagan crecer el nombre del Barça y de su equipo femenino, pues bienvenidas. Dime qué jugadora que no es top no te gustaría ver en el Barça, aunque solo sea por marketing. Jugadoras como Miedema o Ada Hegerberg, o la que sea, claro que te gustaría, ¿no?. Pero si compras un cromo, a veces hay que darle la baja a otro y eso es complicado. Porque una cosa es el rendimiento deportivo y otra la relación, el sentimentalismo, que puedes tener con las personas.

Tras el cuarto título seguido del Barça, uno de los comentarios más generalizados fue que a la Liga F se le estaba poniendo cara de Asobal. ¿Preocupa?

El debate está en la calle, claro. Que si el fútbol femenino parece la liga de balonmano... ya te digo yo que ganar cuesta muchísimo, ya sea en un deporte o en otro. Pero es cierto que necesitamos que haya un crecimiento nacional importante. No se trata de no ganar, si no de que la gente se enganche. No puedes pretender que tan solo haya uno, dos o tres clubes importantes. No solo que crezcan cuatro o cinco, que la primera división sea mucho más fuerte y que la segunda, también. Que la gana el Barça B, que son chicas muy jóvenes, ¡chapó! Pero si lo trasladamos a los chicos, ¿tú te imaginas a un filial ganando la liga con tanta diferencia? Es muy bueno para ellas, pero no para el conjunto. Mucha gente puede rajar de mí, pero no es normal.

¿A cuántos peldaños crees que está el Real Madrid del Barça? ¿A qué distancia?

No sé si decirte peldaños, pero sí que está a años de lo que hicimos en el Barça. Pero esto no quiere decir que tengan que pasar tanto tiempo para que logren lo mismo. Yo creo que ahora el Real Madrid está dando un paso de gigante tremendo, pero está a una cierta distancia todavía del Barça. ¿Que cada vez esta más cerca? Sí, pero a mí no me preocupa que cada vez esté mas cerca. A mí me preocupa que los que vienen detrás estén más lejos. Y mira que se ha mejorado mucho, y es un equipazo y que está muy bien trabajado, pero es que hay mucha diferencia aún. Y te hablo de mucha diferencia entre los de arriba y los de la mitad de la tabla, ya no te voy a la zona baja.

Trabajaste como ojeador del club, si te diesen un cheque en blanco, ¿a qué jugadora ficharías?

No te voy a decir ningún nombre. Yo soy del Barça, tengo a las mejores, me quedo con las mías y con alguna que viene por debajo. No sabéis bien lo buenas que son, solo estáis viendo a las que despuntan porque son más mediáticas, pero daros una vueltecita por los campeonatos nacionales y veréis a muchas chicas que vienen pisando muy fuerte. Pero hay que tener paciencia y que se acaben de asentar. Alexia no ha llegado de un día para otro, se lo ha currado que no veas, se lo ha ganado a pulso, hay muchísimo trabajo detrás.

Como cuando la entrenabas y se 'enfadaba' contigo porque la cambiabas en el 60', ¿no?

Son cosas de la plantilla, de la competición. Alexia podría jugar de lateral izquierdo, en el centro del campo o de delantera. La plantilla era muy buena y tenía que darle minutos a las jugadoras que no tenían tantos y si Alexia era titular, pues en el minuto 60,70 yo la cambiaba porque había otra chica que se llamaba Bárbara Latorre, por decirte un nombre, que también se lo merecía. Te hablo de ellas, pero si te hablo de la delantera... pues podría ser Jenni Hermoso, Sonia Bermúdez, Olga García. En el centro del campo: Torrecilla, Unzué, Irene, etc. Era un plantilla para sacarle el máximo provecho. Alexia era de las que en aquel momento, jovencita, con 60,70 minutos nos daba lo suficiente para lo que necesitábamos. ¿Que ella quería jugar los 90 minutos? Y yo quería entrenar al Liverpool de chicos, ¿ me entiendes? (se ríe) Es un decir, ¿eh?

En la 2016/17, tu último curso, Alexia habló con el director deportivo para decirle que lo mejor para el Barça era que se fuese. ¿En algún momento temisteis que fuese a suceder?

Alexia no se podía ir del Barça. Si se iba era porque ella tenía otro proyecto o lo que fuera. No era un problema de ella, era del conjunto, que se había hecho una apuesta y no salía bien. Fueron dos años conmigo y luego dos años más, que hemos dado un paso muy importante, que somos profesionales y lo más importante que es ganar la liga, no lo conseguimos. ¿Qué hacemos mal? Pues si a nosotros los entrenadores nos crea dudas, a una persona como Alexia, que es tan responsable, que es tan seria, pues imagínate.

Ella piensa que qué está haciendo mal para no ganar. Se responsabiliza en un parte muy grande, como que es culpa suya, cuando hay una plantilla de 25 jugadoras. Tú imagínate si tuviésemos 25 alexias, nos volveríamos locos de responsabilidades (se ríe). Pero no, es una responsabilidad de un grupo y los responsables somos los que acertamos o no. ¿Pero las jugadoras? Si algo hacen mal es culpa nuestra. Lo de Alexia es digno de admirar por muchas facetas de la vida.

Entonces, a Alexia no fue de las que te costó convencer para ficha por el Barça, ¿no?

No, no, qué va. Una vez que bajas a segunda y vuelves a subir al año... Antes había mucho boca, no había representantes ni nada. Y, al final, si en el Barça se hacen las cosas bien, nos dan esto, lo otro y además hay un proyecto, pues la gente dice: "Pues es que estarán haciendo las cosas bien". Si tú vas vendiendo que vas a ganar ligas y Champions, pues la gente piensa que estás bebido. Pero si al cabo del tiempo ven que todo se hace realidad, es que estábamos en lo cierto.

Cuando en el 2017 dejo el equipo lo digo: "Vamos a ganar una Champions. Yo no estaré, pero yo lo veré". Y lo clavamos. Este equipo va a seguir así porque se está currando muy bien. Hay Barça femenino para muchos años. Pero lo que quiero es que haya mas equipos que peleen y que quieran ser como el Barça.