FÚTBOL

Vinicius, el delantero que cambió su suerte

El progreso de Vinicius en sus cinco temporadas en el Real Madrid nos hizo preguntarnos: ¿Qué ha cambiado? ¿Qué ha mejorado?

Vinicius en el partido de LaLiga contra el Getafe CF./JOSÉ MANUEL ÁLVAREZ / QUALITY SPORT IMAGES / GETTY IMAGES
Vinicius en el partido de LaLiga contra el Getafe CF. JOSÉ MANUEL ÁLVAREZ / QUALITY SPORT IMAGES / GETTY IMAGES
Sara Carmona
David Acosta
Juan Bernaldez

Sara Carmona, David Acosta y Juan Bernaldez

Su efectividad se ha potenciado, con ella sus remates y su puntería. Este hecho no ha pasado desapercibido y la mejor manera que hemos encontrado para contároslo es la representación en 3D que vais a ver a continuación.

En ella observaréis cada uno de sus goles, la información de partido en el que se anotó, en qué temporada ocurrió y cuál era su efectividad en este momento. Spoiler: esta ha ascendido de forma evidente hasta esta temporada, que por el momento se mantiene a la baja con respecto a la anterior.

El trayecto de cada remate que veréis es real. Para este vídeo, nos hemos apoyado en información posicional de StatsBomb y en datos de contexto de Opta Stats Perform.

La evolución de Vinicius en 3D.ELABORACIÓN PROPIA. VÍDEO: JUAN BERNÁLDEZ. FUENTE: STATSBOMB Y OPTA

La voz del análisis

La imagen la tenemos, ¡queremos análisis! Por ello, hemos hablado con nuestro analista de cabecera, Albert Blaya. Su idea está clara: Vinicius siempre tuvo el gol dentro, solo era cuestión de tiempo, tenía que bajar las pulsaciones. Cuando Vinicius llegó al Real Madrid dejó, en sus primeros compases en el Castilla, un gol de falta que apuntaba su gran golpeo de balón. No era un espejismo.

Su carrera avanzaba y no conciliaba la enorme velocidad con la que llegaba al último gesto con la definición final. Parecía incapaz de saber frenar. Eso hizo que le costase encontrar puerta, y se le colocó la etiqueta de efectista y no de efectivo. Pero todo cambió.

De repente, algo hizo clic, y el brasileño empezó a marcar, a encontrar puerta con facilidad. Su repertorio empezó a cambiar y la opinión de la afición también. Llegaron recursos escondidos: picaditas, disparos buscando el segundo palo, definiciones con la pierna izquierda, etc. ¡Ojo! No ha perdido velocidad, no es que ahora frene cuando se acerca al portero, sino que a esa velocidad punta le suma una precisión impulsada por la confianza de quien ha roto el techo de cristal.

Como en varias ocasiones ha publicado LaLiga en su proyecto Beyond Stats, Vinicius es esta temporada y ha sido en la anterior uno de los mejores jugadores de la competición doméstica española en conducciones de alto impacto y en acciones a máxima velocidad.

Pero aún hay más. Añadimos un ingrediente a la conducción y el disparo: su habilidad para romper líneas defensivas. Una de sus señas es su capacidad de hacer daño a la espalda de la defensa rival. Como resultado de ello, genera una gran cantidad de situaciones de 1x1 ante el portero. Cada vez más y mejor.

Sí, su presente es brillante, pero como culmina Blaya, puede mejorar en dos aspectos que marcarán su siguiente dimensión: el disparo desde fuera del área y desde el perfil diestro, un espacio que apenas pisa.

Infografía de la evolución de Vinicius. ELABORACIÓN PROPIA. DISEÑO: DAVID ACOSTA
Infografía de la evolución de Vinicius. ELABORACIÓN PROPIA. DISEÑO: DAVID ACOSTA

La dimensión psicológica

Son más las voces que pueden ayudarnos a contextualizar este crecimiento personal y futbolístico. Sergio Santos, periodista de Relevo, hace especial hincapié en que la mejoría también es psicológica.

Como contextualiza temporalmente el periodista, Vinicius llegó al Real Madrid con 18 años y la pesada mochila de los 45 millones que costó. A todo eso hay que unirle la falta de confianza inicial de Lopetegui, el runrún por las ocasiones falladas y la inoportuna lesión en Champions contra el Ajax en la 2018-19, cuando por fin encontraba buenas sensaciones.

Después llegó Hazard como fichaje galáctico en su posición, falta de continuidad con Zidane... Nada de eso frenó al brasileño, con una personalidad impropia de su edad. Trabajó en silencio, mejoró la definición con trabajo extra al final de cada entrenamiento y el resultado está a la vista: instalado entre los mejores del planeta.

Ahora mismo, son sus propios compañeros los que se sorprenden del nivel que ha alcanzado. Dentro del vestuario sostienen que está, como mínimo, a la altura de los mejores. La prueba está en cada partido, donde los entrenadores rivales retuercen sus sistemas para impedir que tenga situaciones de uno contra uno y siempre haya al menos dos defensores pendientes de él.

Tras este conjunto de datos, análisis y contexto llegamos a una conclusión que ya no nos sorprende: estamos ante uno de los mejores jugadores del mundo.