MILAN 2 - LECCE 0

Un San Siro lleno festeja la vuelta a semifinales de Champions y los goles de Rafael Leao

El conjunto de Pioli jugó un partido discreto pero su gran estrella se encargó darle los tres puntos al equipo 'rossonero'.

Rafael Leao celebra uno de sus goles. /EFE
Rafael Leao celebra uno de sus goles. EFE
Marcos Durán

Marcos Durán

Cómo cambia una victoria el ánimo de un grupo de jugadores, de un club, de una afición. Y más si esa victoria sirve para volver a jugar unas semifinales de Champions League después de tantos años. El Milan volvía por la puerta grande a estar entre los cuatro mejores equipos de Europa pero tenía que refrendar esa situación en el campeonato doméstico.

Su rival, el Lecce, no se lo iba a poner fácil. Porque saltó al mítico estadio milanés con ganas de dar pelea. Pioli alternaba titulares (Maignan, Tomori, Theo, Tonali, Brahim, Leao) con algunos suplentes como Thiaw, Messias o Rebic. El Lecce de Baroni, que va a pelear por no descender hasta el final, jugaba con todo lo que tenía.

La dinámica del partido fue la la misma que ofreció el Milan en casi toda la temporada en Serie A. Al conjunto de Pioli le cuesta mucho crear juego, ser conciso, regular. Pero claro, tiene jugadores que cuando aceleran, hace la diferencia. Sobre todo dos: Brahim Díaz y Rafael Leao.

El español es el enlace entre el centro del campo y el ataque, mientras que el portugués completó su gran semana después del partidazo jugado en el Diego Armando Maradona para abrir el partido en San Siro con un gran cabezazo tras un córner que Tonali se encargó de ejecutar en jugada de estrategia. El portugués aparece en el momento crucial de la temporada y sus goles acercan al Milan a conseguir sus objetivos y a él lo pone más cerca de una renovación con el club 'rossonero'.

Piola agita el equipo

La primera parte terminó extraña, con los equipos discutiendo más que jugando al fútbol. Pioli tranquilizó a sus jugadores en el descanso y dejó que disfruten 15 minutos antes de comenzar con los cambios, que servían para darle aire al cuadro 'rossonero'.

Kjaer, Bennacer y Saelemaekers entraban en el lugar de Thiaw, Tonali y Messias, que realizaron un partido bastante discreto. El entrenador del Milan buscaba un poco más de peligro de la mano del belga y el argelino, pero ni Brahim ni Leao entraban en juego y sus compañeros lo notaban.

San Siro, que se había llenado nuevamente para alentar a los suyos, se fue apagando poco a poco. Comenzó encendido, cantando, gritando, pero el ritmo pausado de su equipo durmió a los hinchas durante toda la segunda parte. El brasileño Strefezza, que ingresó en los visitantes, fue el único que le puso picante al encuentro aunque Maignan se encargó de rebajar la euforia con una buena parada.

Leao al rescate

Pero como avisábamos, cuando todos se dormían, solo Leao levantaba al equipo. Primero con un poco de fortuna entró en el área, picó el balón por encima de Falcone y se fue alto. El portugués se lamentaba, pero un minuto después no iba a fallar.

Leao celebra su segundo gol.  EFE
Leao celebra su segundo gol. EFE

En la siguiente jugada, San Siro se rendía a su gran estrella. El portugués encaraba en su posición natural y, tras una gran bicicleta, soltaba un zurdazo cruzado raso ante el que nada podía hacer el guardameta del Lecce. 2-0, partido finiquitado, San Siro contento y el portugués se convertía en el segundo de su nacionalidad en marcar mínimo diez tantos en dos temporadas seguidas de Serie A tras realizarlo un tal Cristiano Ronaldo. Pioli le daba descanso y todo el estadio se levantaba para aplaudir.

Siete partidos para soñar con la Champions

Por supuesto, el gran objetivo de los 'rossonero' es ir a Europa tras ganar la Champions League. Son tres partidos los que faltan, pero es lo más complicado. Vía Serie A, al Milan le quedan siete finales y la siguiente es ante un rival directo, la Roma en el Olímpico. Después Cremonese y Lazio en casa, Spezia fuera, Sampdoria en casa, Juventus en Turín y cerrar el campeonato contra un equipo que se estará jugando el descenso, el Hellas Verona, en San Siro.