INTER 3 - LAZIO 1

Lautaro Martínez mete al Inter en Champions tras ganar en casa

El equipo milanista venció a la Lazio en el Giuseppe Meazza mientras que el Nápoles no aprovechó su oportunidad para ser campeón.

Lautaro celebra el gol del empate. /AFP
Lautaro celebra el gol del empate. AFP
Marcos Durán

Marcos Durán

Con toda Nápoles atenta a lo que pasaba en el Giuseppe Meazza, el Inter - Lazio no solo era vital para la lucha por el Scudetto, si no que era vital para la lucha por entrar en Europa y ganar o perder muchos millones de euros, además de prestigio. Si la Lazio ganaba, metía siete puntos con el quinto clasificado. Si lo hacía el Inter, se metía en el Top-4 que da derecho a jugar Liga de Campeones. 'Show must go on'.

Por lo tanto, el Inter salió con todo, presionando, intentando jugar, buscando a Lukaku-Correa arriba y en las bandas a Dimarco-Barella. La presión por llevarse los tres puntos era para los locales y en los primeros minutos el conjunto 'nerazzurro' parecía más el de Europa que el de Serie A, por lo que era una buena noticia. La Lazio de Sarri, por otro lado, estaba más tranquila y disfrutaba de la seguridad de Provedel en la portería. A los romanos les valía el empate (por ende al Nápoles también) y se tomaban el partido con un poco más de calma.

Breve alegría

Esas ganas, ese trabajo, iba a tener recompensa... momentánea. Porque el Inter jugaba bien y tras una buena jugada de D'Ambrosio con Correa y Mkhitaryan terminaba en gol del armenio. Todos celebraban, hasta los napolitanos, pero el VAR decidía que había fuera de juego del argentino. Y dos minutos más tarde, llegó el gol de la Lazio, en el primer despiste del Inter en el encuentro, la Lazio tocó con mucha calidad y Luis Alberto tras una doble pared le dejó el balón ideal a Felipe Anderson, que no falló de cara a la portería de Onana.

Felipe Anderson celebra el gol que abrió el partido.  EFE
Felipe Anderson celebra el gol que abrió el partido. EFE

Otro Inter

Tras el gol de Felipe Anderson, volvió el Inter de la Serie A. Porque cuando Barella se desespera, todo el equipo se apresura. El italiano es el termómetro de este equipo de Inzaghi y su temperamento es bueno y malo dependiendo los momentos. El Inter lo intentaba y una volea del italiano fue lo más peligroso, pero la Lazio sobre el final, a través de una contra y el balón parado, pudo marcar otro gol y poner más distancias en el marcador.

Mismas ganas, menos acierto

La vuelta del Inter al partido no fue buena. Entró Dumfries por D'Ambrosio para atacar más, pero el Inter se precipitaba, quería marcar antes el segundo gol que el primero. El Inter generaba mucho, pero sin opciones clara de gol. Mientras, del otro lado, un equipo serio, un equipo que no se descomponía, un equipo que seleccionaba cuando presionar y cuando esperar.

Inzaghi mueve el banquillo y el Inter acosa a la Lazio

Como siempre en el minuto 60 de partido, Inzaghi cambia jugadores. Correa y Mkhitaryan, fuera; Lautaro y Calhanoglu, dentro. En la recámara todavía estaba Dzeko si la derrota parcial seguía. El Inter tenía que dar un paso adelante y la presencia del argentino podía cambiar el partido, algo que ocurrió y fue clave.

Desde ese momento, los mejores minutos del Inter. También entró Gosens para dejar a Dimarco atrás y sumar más gente arriba. El equipo de Inzaghi llegaba al área con mucha gente, pero Provedel seguía firme en la portería apoyado por la seriedad de sus compañeros.

La dupla Lu-La, clave

Y el ingreso del argentino fue clave, porque se encontró con su compañero Lukaku para hacer una jugada clave de ellos dentro del área, con el belga aguantando y asistiendo para el argentino, que controló y llegó tirándose para batir a Provedel. Un argentino le podía dar la oportunidad de ser campeón al Nápoles, donde otro argentino es un dios.

Lautaro celebra el gol del empate. AFP
Lautaro celebra el gol del empate. AFP

Pero había más, dos minutos después, los hijos del Vesubio gritaban y se escuchaba hasta en Milán. Gosens remataba un centro espectacular de Lukaku y en la caída, se hizo daño en el brazo. Pero sus compañeros le abrazaban igual porque este gol podía ser clave para el futuro y clasificar a la Champions League.

En el descuento, otro regalo de Vecino para Lautaro que el argentino, con un poco de fortuna, se encargó de marcar el tercer tanto del Inter y su vigésimo tanto en toda la temporada. La victoria de los interistas acercaba un poco más a los de Inzaghi a la Champions, complicaba las cosas a la Lazio y le ponía en bandeja el título al Nápoles, que no lo pudo aprovechar.