Con Mazzarri el Nápoles no cambia: victoria sin jugar bien antes de visitar al Real Madrid

La segunda etapa de Walter Mazzarri en el Nápoles comenzaba casi sin sorpresas: Gollini en lugar del lesionado Meret, Raspadori de '9' en el tridente de arriba y todo lo demás igual ante la vuelta al banquillo de Osimhen. ¿Pero ha cambiado algo el Nápoles antes de visitar al Real Madrid? ¿Olvidarán rápido la etapa de Rudi Garcia? ¿Es Mazzarri el entrenador encargado de darle a este equipo una nueva vida tras el Scudetto ganado la temporada pasada?

La elección de dueño del Nápoles, Aurelio De Laurentiis, fue controvertida. Porque Mazzarri es un entrenador que muchos catalogan como 'oxidado'. La realidad es que él se va a agarrar a esta oportunidad como un clavo ardiendo y si tiene de su lado a los jugadores, el equipo puede crecer.

Lo más importante que pasó en el primer tiempo no fue el gol anulado a Rrahmani por un leve fuera de juego y quizá tampoco el gol de Kvaratskhelia, que sigue dando la cara y demostrando que lo de la temporada pasada no fue casualidad. A pesar de ponerse por delante, no hubo mucho festejo en los jugadores del equipo partenopeo porque antes había sucedido algo más complicado: la lesión de Mathias Olivera.

El lateral izquierdo uruguayo se quedó clavado y su rodilla dijo basta. A falta de estudios en profundidad, no tiene muy buena pinta. Y Mazzarri tenía otro gran problema porque su lateral suplente, Mario Rui, estaba lesionado y tuvo que entrar Juan Jesus, que es lateral.

Con Rudi Garcia o con Mazzarri, los errores eran los mismos. Porque la pasividad defensiva tiene sus riesgos y eso lo aprovechó Lookman a la primera que pudo. Incluso aún sin ser el más alto del terreno de juego, el internacional nigeriano se elevó por encima de toda la defensa napolitana y remató de manera espectacular de cabeza para hacer el empate.

Tras mes y medio, volvía Osimhen. Raspadori, que durante varias semanas había sustituido como podía al nigeriano, dejaba lugar para el '9' que se había lesionado en un amistoso con su selección contra Arabia Saudí. A partir de él se tiene que regenerar el Nápoles, a través del mejor jugador de la Serie A. Ya no está enmascarado, pero tiene que volver a convertirse en ese superhéroe que fue.

Lo único rescatable de la segunda mitad fue la mencionada vuelta de Osimhen, porque por lo demás, el Nápoles no pudo nunca juntar pases y crear ocasiones claras de gol. El tanto podía llegar, sí, pero sería en una jugada aislada. Y el fútbol es así de caprichoso, porque con Osimhen en campo, todo es más fácil.

Porque el Nápoles de la mano de Elmas se puso por delante tras un error de la zaga local y la astucia del delantero nigeriano, que se tiró para tocar con la puntera de su pie derecho y habilitar al futbolista macedonio. Los aficionados locales silbaban porque la victoria estaba a tiro y veían que se escapaba.

Finalmente, con sufrimiento, los napolitanos se volvían para el sur del país con tres puntos. Sin jugar bien, sin cambios con respecto al equipo que vimos con Rudi Garcia, pero con una victoria más. Entre semana visitan al Real Madrid en un partido clave pensando en los octavos de final de la Champions League y en el Santiago Bernabéu se tendrá que ver un mejor Nápoles para poder sacar algo positivo.