Rodri, Foden y las últimas innovaciones tácticas del Pep-City
El técnico mantiene su constante evolución en el juego en su obsesión por crear superioridades en todas las zonas del campo.

Difícil, muy complicado, que a estas alturas de sus trayectorias y, sobre todo, después de sus dos recientes enfrentamientos en las dos últimas Champions, Carlo Ancelotti y Pep Guardiola se puedan sorprender tácticamente en esta su tercera eliminatoria consecutiva. Ni en el Bernabéu en la ida, ni el Etihad, la vuelta. Ninguna variante posicional ni de jugadores de cualquiera de los dos equipos debería ser desconocida para su rival. Lo contrario, se debería considerar con extrañeza. Son dos técnicos que manejan varios sistemas, pero la ocupación de los espacios de sus equipos no suele ser muy diferente en un dibujo que otro.
Ni siquiera la ausencia de dos titulares habituales en la zaga blue, Walker y Aké, puede provocar una maniobra confusa de Pep en su línea defensiva. Todas las soluciones, o casi, que pueda adoptar para este partido, ya las ha manejado en lo que va de temporada, y en anteriores. Si hay una línea con la que a Guardiola le gusta jugar, es ésta, con su constante movimiento de piezas entre laterales y centrales que alcanza también al doble mediocentro.
¿En qué se diferencia tácticamente este City del de las dos temporadas anteriores? En pequeños detalles posicionales y, evidentemente, en los diferentes momentos de forma por los que atraviesan determinados jugadores y que afectan el rendimiento colectivo.
La obsesión por crear superioridad: central de medio centro
Es una obviedad que este City, en el césped, es más de Rodri que nunca y, por ejemplo, es más de Foden que de Haaland. Mientras, De Bruyne comienza a tomar el mando después de su cadena de lesiones y Bernardo Silva continúa siendo el jugador que siempre está ahí para jugar de todo lo que le pidan: derecha, izquierda, mediocentro, mediapunta... El City, como equipo de Pep que es, lo que busca por encima de cualquier otra situación es cómo generar superioridad en el medio. Primero para que la propia salida del balón de su equipo sea lo más limpia posible y, segundo, crear cuantas más líneas de pase mejor, para que al contrario le cueste cada vez más interceptar esos balones que empiezan a rodar desde la defensa.
Conocido es que Pep fue el primero que comenzó a incorporar al lateral derecho a la altura del medio centro. Con Lahm lo hacía en el Bayern. Y después lo hizo con el izquierdo, Cancelo en el City. Este año lo ha seguido repitiendo, pero ha innovado con dos variantes más. Una, que ha llevado a la práctica, menos, con Bernardo Silva partiendo desde la banda derecha muy abierto y a la hora de elaborar el juego lo trae dentro, a la zona del mediocentro, para generar superioridad con Rodri. La otra innovación que ha creado para obtener esa bendita superioridad, ha sido saltar a un central a la altura de Rodri. Sobre todo si está Stones en el once. Así crea un cuadrado en el medio con los dos pivotes y los dos interiores que tiene más avanzados. Normalmente, Bernardo Silva y De Bruyne. Y ahora también Foden cuando juega por dentro, ocupando la zona que antes era propiedad de Gundogan.

Otra de las pequeñas variaciones tácticas es que el lateral derecho que se convierte en pareja de baile de Rodri no regresa a su posición defensiva original si el contrario no le exige que lo haga. Si no interpreta inferioridad en la última línea, ese lateral (Walker, Lewis) ya no vuelve a la banda cuando el equipo no tiene el balón y se repliega. Se queda en el centro, para hacer la cobertura a Rodri en sus aventuras ofensivas. Por ejemplo, en el penúltimo partido contra el Aston Villa (4-1), Lewis, teórico lateral diestro, apenas regresó a su posición inicial. El rival, con Zaniolo, nunca le inquietaba por esa zona y jugó más tiempo en la zona de creación, que en la zona de iniciación. La disposición táctica era un claro 1-3-2-2-3, alejado del 1-4-2-3-1 o el 1-4-3-3 más habitual. Evidentemente, el Madrid con Vinicius en la izquierda va a obligar al lateral elegido, se supone que Stones, a bajar a su zona y defender entonces con una defensa de cuatro.
Cuando el dominio del partido es aplastante, que no será el caso del Bernabéu, Guardiola intenta con sus dos hombres de las bandas obligar a los contrarios que se abran mucho en zona defensiva. Te exige por fuera para romperte por dentro. En la presión alta está haciendo casi marcaje al hombre. Se posiciona en un 1-4-1-4-1 para apretar lo más arriba posible con la mayor cantidad de hombres. Haaland orienta la presión y los cuatro de atrás saltan como si no fuera a haber otra jugada en el partido. Rodri hace la cobertura a todos.
A balón parado, también ha introducido un pequeño matiz. Continúa defendiendo en zona, pero ahora acumula ocho jugadores. Antes colocaba cinco, tres estaban atentos a los bloqueos y dos quedaban al rechace. Ahora, sin bloqueos. Dos líneas de cuatro. Cuando el lanzamiento es a pie cambiado protegen sobre todo el área pequeña, pero cuando es a pierna natural, defiende más abierto, formando una diagonal. La posesión continúa siendo la máxima obsesión. También, ocupar el campo contrario hasta con los centrales adelantados más allá de la divisoria. La salida del balón es siempre con tres hombres y el resto se posiciona ya por delante. Es verdad que con la presencia de Haaland se concede la licencia de jugar más directo con el noruego, pero lo justo. El espíritu de Guardiola, en este sentido, se mantiene intacto. Cuando él disfruta como entrenador es cuando tiene el balón y ataca. Es como si pensara que defender es de cobardes. Su mejor manera de defender continúa siendo tener el balón y que los jugadores estén siempre cerca para apoyar en caso de pérdida.

Rodri, el dueño del juego en todas las zonas del campo
Crece, crece y crece. Sin límites. Su influencia en el rendimiento colectivo es absoluta. En ataque, ya lleva, en todas las competiciones, ocho tantos y 12 pases de gol. Ya ha superado los 7 de la temporada 21-22, que había sido la de mayor capacidad realizadora. Nunca había dominado todas las zonas como ahora. Salta de la iniciación a la creación para acabar en la de definición. Su equipo con él en el campo nunca pierde. Los tres partidos de Premier en los que ha caído, Rodri no jugaba por sanción. Se ha acostumbrado a jugar con un compañero cerca. Ya sea el lateral o el central que le asigne el entrenador. Cada vez abarca más campo. Su calidad de pase ha crecido hasta el punto de que casi siempre mejora la jugada. Llega y remata. No se lo piensa. Busca situaciones donde puedan caer los rechaces, como en la final de la temporada pasada. El equilibrio entre la defensa y el ataque es él. Es muy difícil quitarle el balón. Sabe cuando tiene que acelerar la acción jugando hacia delante, cuando pausar y dar un pase a los centrales. Domina las zonas intermedias. Llega en ataque posicional y en las acciones a balón parado comienza a ser referencia del destino del lanzamiento.
Foden, cada vez más Silva, cada vez más genio
El Silva de Stockport. Nadie en el City ha asimilado más conceptos y movimientos del jugador canario que este futbolista del que Guardiola dijo en 2019 que era el jugador más talentoso que había visto en su carrera de entrenador. Tenía entonces 19 años. Ahora, con 23 ha explotado definitivamente. Juego y goles (21 tantos y 10 asistencias). Polivalencia al servicio del equipo. Zurdo que comenzó el curso jugando por la derecha a pierna cambiado (20 partidos), pero que desde diciembre, está mostrando su mejor versión cuando juega por dentro (15), por detrás de Haaland o Julián Álvarez, de media punta. En la banda izquierda solo lleva siete, pero podría ser su posición de arranque, solo de partida, en el Bernabéu.

En los dos últimos partidos de la selección inglesa, Southgate fue muy criticado por hacerle jugar por fuera. Pep le está dando cada vez más libertad de acción y hasta cuando juega en la banda, se mete constantemente por dentro para tener más contacto con el balón. Sabe perfilarse para recibir y en las acciones individuales es cuando recuerda a David Silva. En sus giros para ambos lados, en sus controles orientados, en el juego entre líneas y sus movimientos en los espacios reducidos. Posiblemente, con el tiempo, físicamente será aún más potente que el de Arguineguín e incluso más efectivo ante la portería rival, pero con el balón en los pies, recuerda su figura. Los tres años jugando y entrenándose a su lado, le han servido de mucho.
Correr sin mirar atrás... en las transiciones
¿Cómo se le hace daño al City? La mejor forma de hacerlo dudar es quitándole el balón, pero como eso es casi imposible, incluido el Real Madrid y el Bernabéu, las oportunidades del contrario llegan cuando los 'citizen' se equivocan, que lo hacen, y se les puede cazar en transición. Correr, correr y correr sin mirar para atrás en cada pase fallido y aprovechar su posicionamiento adelantado. El Crystal Palace, en el partido del sábado, lo hizo perfectamente en cada despiste y Stefan Ortega tuvo que salvar varios uno contra uno. Cuando el City se gusta y comienza a ganar espacio, los centrales se ponen a la altura de Rodri... es el momento justo para sorprenderles, sobre todo teniendo en cuenta que el Madrid tiene buenos lanzadores como Kroos o Bellingham, que además puede llegar.