Riquelme crece, Lino responde y su competencia es 'gloria bendita' para el 'Cholo'
Riquelme-Lino. Lino-Riquelme. La temporada pasada ninguno de los dos estaba en el Atlético y ahora luchan enconadamente por hacerse un hueco en el once titular. Competencia directa. La dirección deportiva, con el visto bueno de Simeone, decidió que ambos jugadores se ganaran los galones fuera del Metropolitano. A Riquelme le mandaron para hacer el campamento a Girona; a Lino, a Valencia. Durante toda la temporada los técnicos del club escrutaron todos sus partidos. Uno por uno. Sin saberlo, o quizás sí, luchaban desde la distancia por una única plaza en la primera plantilla rojiblanca de esta temporada.
Casualmente los dos comenzaron a jugar de manera regular en una posición parecida. Se ganaron el puesto. En la banda izquierda. No como extremos natos, pero sí con esa zona como punto de partido. A Míchel le gustaba de Riquelme que partiendo desde fuera ofrecía amplitud al equipo y al mismo tiempo, con sus conducciones hacia dentro, superaba rivales con cierta facilidad forzando unos contra uno. "Genera mucho desequilibrio" comentó el técnico madrileño cuando le preguntaron por qué le había dado la titularidad en esa posición.
En Valencia, Gattuso primero y Baraja después, también confiaron en la profundidad que Lino ofrecía al equipo. Posiblemente, fue de más o menos en su rendimiento, pero mostró su capacidad para el juego exterior sin renunciar a llegar a posiciones de remate. La idea original del Atlético es que en la nómina solo había sitio para uno y el otro podía volver a s ser cedido. Todavía estaba Carrasco en la plantilla y se fichaba a Javi Galán que venía de lucirse en el Celta. La marcha del belga comenzó a gestarse y a Simeone se le encendió una lucecita. Lino y Riquelme se quedaban los dos y podían jugar en esa posición que quedaba desierta. Se trataba de reconvertir a dos delanteros diestros en dos carrileros zurdos. Ahora tenían que atacar y defender. No lo habían hecho nunca, pero algo debió ver en ellos el argentino para pensar que merecía la pena probar.
La primera oportunidad fue para el brasileño y se ganó el puesto hasta que se lesionó contra el Celta. Cinco titularidades consecutivas y un gol. Turno para Riquelme. Contra el Celtic, tercera titularidad consecutiva, dos goles y la sensación de que en cada encuentro sus prestaciones se multiplicaban. En fase ofensiva, como pensaba Míchel, tiene una facilidad pasmosa para el regate y superar rivales, mientras intenta adaptarse a la faceta defensiva y los movimientos propios de un lateral, como le había pasado a Lino al principio.
Ante el Celtic, con Griezmann sublime, Riquelme completó una hora espléndida. Puro desequilibrio ofensivo. Buscando siempre el balón, ofreciéndose, con descaro... El Metropolitano le despidió como se merecía. Curiosamente, su recambio fue Lino, ya recuperado de la lesión. Su competidor directo. El brasileño, nada más entrar en el terreno de juego, como si quisiera recuperar el tiempo perdido, marcó un golazo que le volvía a meter de lleno en la pelea por la titularidad. Ahora resulta que Simeone se ha encontrado con dos 'carrileros' de largo recorrido. 'Gloria bendita'. Su nuevo reto debería ser que los dos puedan cohabitar en el mismo once. Por sus condiciones no se antojan incompatibles. Ni mucho menos. ¿Cómo? Riquelme puede jugar perfectamente de interior o incluso de escudero de Koke. Lino parece sentirse más cómodo con la banda como referencia.