El Real Unión de los Emery revive su historia copera
Unai Emery es el propietario del 52% de las acciones del club irundarra de 1ª RFEF que eliminó al Cádiz y espera ahora al Mallorca.
El 10 de febrero de 1929 fue la primera vez que un Emery grabó su nombre en la historia del fútbol. Ese día, el guardameta de Real Unión Club, Antonio Emery, encajó el primer gol de la Liga, que el club vasco acababa de fundar junto a Barcelona, Real Madrid, Athletic Club, Real Sociedad, Arenas Club, Atlético de Madrid, Espanyol, Europa y Real Racing Club. Fue en Sarrià donde encajó el tanto del españolista Pitus Prat el abuelo de Unai, de Unai Emery.
Ahora, el técnico del Aston Villa es el propietario del 52% de las acciones del club de Irún en un proyecto familiar que comenzó a gestarse tras la salida de Emery del Arsenal. "Nosotros somos de Hondarribia, pero el club de toda la vida, de toda la familia siempre ha sido el Real Unión. Mis hermanos no, pero yo sí jugué en el Real Unión. En el equipo de Hondarribia jugaba de portero, pero duré un año porque me aburría. El equipo era muy bueno y no tocaba el balón. Al final me pasé a jugador, y en infantiles jugué en Irún. Siempre lo hemos seguido. Mi padre (Juan) fue portero, mi tío (Román) fue jugador, un tío-abuelo también jugaba (Tanque Emery) y mi abuelo (Antonio) fue el que inició el camino con su generación de entonces, hace más de cien años, cuando se consiguieron los títulos que hacen que el Real Unión sea un histórico del fútbol español", explica Igor Emery, hermano de Unai y presidente del club desde que en junio de 2021 adquirieran el 25% de las acciones de la entidad irundarra y que después aumentaron en una ampliación de capital hasta el 52% actual.
Igor rememora las cuatro Copas del Rey que lucen en las vitrinas del club vasco ganadas en 1913 (aún bajo la denominación Racing Club), 1918, 1924 y 1927. Estas dos últimas, con su abuelo bajo palos. La primera, la de 1924, ante el Real Madrid y que ha dejado un importante legado familiar con fotografías de Antonio Emery junto a Santiago Bernabéu.
"Con toda esa historia que teníamos detrás, en los últimos años Unai y yo hablábamos de poder ayudar de alguna manera al Real Unión, ver cómo podíamos hacerlo. Cuando terminó en el Arsenal tanto él como yo tuvimos un poco más de tiempo para pensar en otras cosas y no estar en la vorágine del día a día. Entonces, nos acercamos un poquito más a conocer cuál era la situación del club, que ya sabíamos que era mala a nivel económico e institucional, pero nos acercamos para saber qué idea tenía el presidente de antes, Ricardo García, qué motivaciones tenía, qué le parecería que nosotros pudiéramos entrar de alguna manera a ayudar… El presidente nos tendió la mano. Eran finales de 2019 y principios de 2020, justo antes de la pandemia. Él ya mostraba síntomas de cansancio, nos contó que era muy difícil para ellos, tenían problemas de impagos, muchas deudas por todos lados y, a nivel deportivo, el objetivo era poner todos los huevos en la cesta del primer equipo para que ascendiera a Segunda y con eso sanear la situación del club, porque era lo único que podía salvar al club a nivel económico", relata.
"Nos transmitió que sí había tenido propuestas de grupos inversores para hacerse cargo del club, pero que nunca nadie que fuera de casa y de fútbol como somos la familia Emery. A raíz de esas conversaciones nos pusimos un poquito más con ello, llegó la pandemia y se enfrió todo, pero lo retomamos después. Tuvimos dudas, porque la situación del club era francamente mala, y no era fácil. En muchos sentidos era un marrón coger el club. Decidimos dar el paso por sentimiento. Sobre todo nuestro abogado, Josu Reta, nos decía 'no lo hagáis'. Pensando sólo con la cabeza no lo hubiéramos hecho. Tiramos de corazón y también del potencial que tiene nuestra comarca y un club como el Real Unión de cara al futuro, no sólo por la historia. Sólo por la historia no lo haces, también por dónde vivimos, que estamos en un lugar estratégico en la frontera con Francia y con un potencial de crecimiento muy grande. Y, entonces, dimos el paso", explica Igor sobre un movimiento histórico para el club y para la familia Emery.
Desde entonces, junio de 2021, él preside la entidad blanquinegra tras dejar a un lado su profesión como periodista, que primero desarrolló en radios y televisiones del País Vasco y después, con la dirección de la comunicación de Unai Emery, a quien acompañó en sus etapas en París y Londres. Los dos hermanos están al frente del proyecto, bajo un mismo prisa desde distintas perspectivas. "Cualquiera no es presidente de un club con tanta historia y que representa tanto para tanta gente. Es un honor, un reto, un orgullo. Tienes una masa social detrás, una historia detrás, un nombre, y es mucha responsabilidad al mismo tiempo. Y luego, el hecho de representar no sólo a una institución, sino a un equipo de trabajo. Tenemos un gran potencial humano, muchas personas que están trabajando para el Real Unión. Eso te da un plus de responsabilidad y en querer bien las cosas también por toda esa gente que está ahí. Al final es un aprendizaje continuo. Del año pasado, que fue el primero, he sacado un montón de cosas que hice bien, de cosas que hice mal. Yo le digo a Unai que esto no es un equipo de fútbol. Tenemos que pensar como club, porque él lo ve con la mirada de entrenador de un equipo de fútbol. Ve todo lo que hay detrás del club, pero cuando está ahora en el Aston Villa, en el Villarreal o en los clubes donde ha estado no se para a analizar nunca el trabajo que hay detrás de todo un club de fútbol y las diferentes áreas que se tocan. Esto es una empresa diferente a otras, pero para que funcione bien tiene que funcionar como empresa. Pero él está pendiente del Real Unión todo el rato. Él está 100% concentrado en su trabajo, pero cuando tiene ese rato libre, cuando termina… El otro día terminó el partido del Aston Villa a las 5 de la tarde y luego, entre que hizo las entrevistas y demás, se puso a ver el final del partido contra el Cádiz y estuvo sufriendo. Siempre está pendiente y preocupado, y él también lo vive con mucha responsabilidad. Al final, la responsabilidad yo la tengo en el día a día, pero él tiene también su responsabilidad porque ha dado ese paso, hemos dado ese paso como familia de estar al frente del club y queremos hacerlo bien. Pero es verdad que él lo ve más desde el punto de vista deportivo y nosotros tenemos la responsabilidad de verlo en su globalidad como club", detalla Igor.
"Unai ve al Real Unión desde el punto de vista deportivo y nosotros, como globalidad, como club"
Presidente del Real UniónLa victoria ante el Cádiz en la primera ronda de la Copa hizo que el Real Unión de Irún, de Primera RFEF, escribiera un nuevo gran capítulo en su historia y en la del fútbol nacional al convertirse en el primer equipo que, militando en la tercera categoría española, más veces ha eliminado a un Primera división, después de haber apeado a Alavés y Valladolid en la temporada 1999/2000, al Athletic Club y Racing de Santander en la 2002/03 y al Real Madrid de Schuster en la 2008/2009. "Le dimos importancia a la Copa desde la Copa Federación, porque no estábamos clasificados. Tuvimos que ganarnos la clasificación para jugar un partido como el del domingo contra el Cádiz llegando a las semifinales de la Copa Federación. El equipo le dio esa importancia, se lo curraron muchísimo, y se lo ganaron. Y en la eliminatoria y en la preparación, todo el mundo se ha volcado, todo el club, para que tuviéramos un ambiente muy bueno en el estadio y sacar el partido adelante. Yo estoy convencido de que ese plus que nos dio toda la gente que vino el otro día nos sirvió para sacar el partido adelante. El Stadium Gal fue una fiesta", destaca Igor.
Al tiempo, resalta la importancia de la Copa para el trabajo diario y la ambición futura de la entidad. "Momentos, partidos, como los del otro día, ponen al club en el mapa de nuevo. Y nos ayudan a nosotros también, porque no es fácil y para un club que socialmente estaba muerto, había perdido mucha fuerza en los últimos años, con un fútbol base también que estaba descuidado, en horas bajas, que haya momentos con el del otro día es muy importante. Uno de los lemas y mensajes del partido contra el Cádiz para la afición fue 'Somos un club de Copa', y se demostró. De hecho, en la tienda del club tenemos las cuatro réplicas de las copas porque es lo que le dan esa fuerza el Real Unión, la historia es la que le da fuerza. Lo que queremos nosotros ahora es darle presente y futuro también".
Una fuerza copera que el presidente txuribeltz (txuri, blanco; beltz, negro, en euskera) quiere que cale en el equipo para mejorar su situación en liga, donde son colistas del Grupo II de Primera RFEF con diez puntos tras once jornadas disputadas. Una exigencia compartida con Unai, que también la transmitió desde Birmingham tras el choque. "Nos felicitó al equipo, al club, y exigente como es él: 'Pero hay que, pero hay que…' 'Tenemos que levantarnos en la liga, ¿eh?' Como es él y como es el fútbol. El lunes ya estábamos centrado en el partido de este domingo contra el Intercity. Es ahí donde nos jugamos las habichuelas", asegura Igor, que, entre un encuentro y otro, ayer asistió al sorteo de la siguiente ronda de Copa en Las Rozas y vio cómo el RCD Mallorca será su siguiente rival en la competición fetiche del club.
"No me importa el rival. Prefiero que el equipo salga con la sensación de que puede ganar, como al Cádiz"
Presidente del Real Unión"Todos los aficionados del Real Unión tienen en la memoria que su equipo es el único de Segunda B o Tercera que ha eliminado a seis Primeras y el único ascenso en los últimos veinte años a Segunda. Eso está en la memoria de todos, y que este año hayamos vivido el partido contra el Cádiz y que tengamos la oportunidad de vivir otro especial… A ver lo que sucede. No me importa tanto el rival, prefiero destacar el cómo hemos logrado llegar hasta ahí, lo que quiero es que el equipo salga con la sensación de que le puede ganar, como contra el Cádiz. Tenemos la sensación de que podemos ganarle a cualquiera y que eso nos sirva, sobre todo, para la liga y que tengamos la confianza de que somos un equipo competitivo a todos los niveles. Queremos vivir una fiesta como la del otro día", afirma Igor.
Eso sí, en el club la ilusión camina de la mano de la cautela. Saben lo que es rozar un sueño con las manos y quedarse a las puertas, por ejemplo, de un ascenso a Segunda. Fue en la temporada 2004/2005, cuando el propio Unai Emery ascendió al Lorca en el Stadium Gal ante el club familiar. La vida, el fútbol y sus ironías.
"En la misma temporada Unai pasó de ser jugador a ser entrenador del Lorca. Era jugador y, en Navidades, echaron al entrenador. El director deportivo, Pedro Reverte, le propuso ser el entrenador. "A ver si se atrevía", le dijo. Unai le dijo que adelante y a la vuelta de Navidades cogió al equipo, más abajo de media tabla, y fueron remontando posiciones hasta entrar en el play-off de ascenso, entraban los cuatro primeros de Segunda B. Y se jugó el ascenso contra el Real Unión. La ida fue en Lorca, que quedaron 1-2, y la vuelta era en Irún. Llegaban fastidiados, pero conforme fue avanzando la semana le fueron dando la vuelta a la situación y pensaron que podían hacerlo. Cuando llegaron, vieron que la gente de la Unión había preparado incluso el autobús maqueado para la celebración del ascenso, y eso les motivó aún más. En el partido, se pusieron 0-2, el Real Unión metió el 1-2 justo antes del final del partido, se fueron a la prórroga, el Real Unión se quedó con uno menos y en el minuto 96 Juan Carlos Ramos, un diez que tenían en el equipo, desde la altura de los banquillos, le dio un zambombazo al balón y metió el 1-3 que supuso el ascenso. Yo estaba al lado del banquillo del Real Unión haciendo inalámbrico para Radio Intereconomía, y pasó Unai delante mío corriendo y saltando para celebrar con todo el equipo. Se pegó una carrera cuando metió el gol… Yo me quedé callado, no supe qué decir. Y se lo comento mucho a la gente del club, del Real Unión. Les digo: "Si el Lorca no hubiera conseguido el ascenso ese día, con Unai, posiblemente hoy no estaríamos aquí en el Real Unión como estamos", reflexiona Igor sobre el devenir de su hermano en los banquillos y, en paralelo en la actualidad, del club blanquinegro en el que trabajan para darle color.
"Si el Lorca no hubiera ascendido en Irún, con Unai, posiblemente hoy no estaríamos aquí"
Presidente del Real Unión"Estamos trabajando en la ampliación del estadio y el cambio de asientos en el Stadium Gal para llegar a un aforo de 3.500 espectadores. Estamos en medio del proceso de digitalización del club a nivel administrativo, de bases de datos, no tenemos nada de lo que se ha trabajado antes en el club. Queremos ir contribuyendo poco a poco, paso a paso, y también con gente joven, preparada, a que crezca el club y profesionalizarlo en muchos aspectos, porque tenía una estructura a todos los niveles muy endeble y queremos reforzarlo", explica Igor, al tiempo que define la hoja de ruta deportiva del Real Unión y su base, que actualmente cuenta con trescientos veinte jugadores entre el primer equipo, el filial, dos juveniles, dos cadetes, dos infantiles y la escuela del club, que trabaja también en un proyecto de fútbol femenino.
Una hoja de ruta en la que la geografía juega un papel importante, como apuntaba Igor desde sus primeras palabras al otro lado del teléfono. "Nosotros estamos justo en la muga, la frontera con Francia. De hecho, yo vivo en Hendaya, que es Francia, pero el club está en la misma comarca formada por Hendaya, que son 18.000 habitantes, Hondarribia, que es nuestro pueblo, donde hemos nacido, que son otros 18.000 habitantes, e Irún, que son 60.000. La comarca ya de por sí geográficamente nos ofrece mar y montaña, también muchas empresas de la industria del transporte, es muy rica. San Sebastián esta a 20 minutos. Tenemos un margen de poder ser una referencia después de la Real Sociedad, y de poder crecer mirando para Iparralde, para el País Vasco francés, y hacia Francia. Es lo que estamos intentando hacer, porque yo creo en ello, y creemos en ello los que estamos en el consejo de administración y lo transmitimos al club. Que podemos crecer ya no mirando tanto hacia Guipúzcoa, sino hacia Francia. Eso lo queremos explotar. Objetivamente, el fútbol francés tiene un perfil de jugador que son muy interesantes, es un mercado que nos puede venir bien, tanto a nivel de primer equipo como de fútbol base para tener una captación importante de jugadores que nos haga crecer en aspectos, en perfiles que no tenemos tanto en Guipúzcoa. Jugadores muy físicos, fuertes, fisicamente muy poderosos, nosotros no tenemos de ese perfil. Tenemos jugadores que técnica y tácticamente van por delante de ellos, pero en un fútbol como el actual que predomina cada vez más lo físico es difícil de encontrar. En Francia sí que los hay, muchos son de origen africano y cuántos franceses acaban en la Premier, que es un fútbol que defensivamente es superior. Todos esos jugadores son un perfil diferente a lo que nosotros tenemos en España. Siempre se ha conocido al club como club fronterizo, pero nosotros queremos ir más allá y en vez de pensar que hay un muro ahí, que hay una frontera, no, pensar que hay una puerta de entrada en los dos sentidos, nosotros para ir allí pero ellos también para venir donde estamos nosotros".
Real Unión, Emery y Premier. Un círculo familiar y futbolístico que habla de pasado y de un futuro que Igor vislumbra en color y con una palabra que también gira incansable en ese bucle: trabajo, trabajo y trabajo. "Tenemos que estabilizar el club a todos los niveles y construir las bases para que como consecuencia de hacer bien las cosas en un momento dado se dé el ascenso a Segunda división. Tenemos que mirar hacia arriba, pero que no nos pille ese ascenso en bragas. El club es blanquinegro y nosotros decimos que tenemos que darle color al club, a ese blanco y negro que son nuestros colores y con los que hay tantas fotos de mi abuelo, muchas menos de mi padre. Supongo que estarían contentos de ver que ellos han formado parte de ese Real Unión tan grande y que ahora estamos contribuyendo de otra manera a recordar todo aquello y a intentar otra vez que sea grande. Darle color es darle presente y darle futuro. Presente, mejorando lo que tenemos actualmente, pero también pensando en las nuevas generaciones, en la escuela, en que haya muchos más niños, en que el club pase de ser arcaico a más fresco, más joven", cuenta el pequeño de los Emery, que ríe al pensar en Unai, el segundo de los cuatro hermanos, como entrenador del Real Unión en algún momento de la historia que siguen escribiendo en el club. "Sería bonito, la verdad. Con el nivel que tiene, que pudiera estar entrenando al Real Unión en un momento dado, sería la leche. Él ve lo que hacemos con ojos de entrenador, y es muy crítico, y yo le digo: "¿Cómo conseguiríamos ascender? Pues contigo de entrenador. Pero tú no vas a venir a ser entrenador aquí de momento. No sé cómo encontrar un entrenador que nos haga ascender como lo harías tú", confiesa Igor.
"Soy afortunado de que gracias a mi carrera profesional nuestra familia ha podido colaborar en este proyecto muy especial que gestionan exclusivamente mi hermano Igor, Josu Reta y los profesionales que tenemos allí. Queremos tratar de devolver al Real Unión parte de lo que el club ha dado a la familia Emery, sobre todo, la pasión por el fútbol", asegura el propio Unai Emery a través de su hermano, presidente y eslabón en esta cadena futbolística con sede en Irún, a apenas seis kilómetros de su Hondarribia natal, cuyo Ayuntamiento le entregará este próximo sábado 19 de noviembre la insignia de oro y brillantes de la ciudad. Unai Emery es profeta en su tierra.