Iban Salvador, el drama de un posible descenso y su carácter: "No soy un jugador antideportivo"
El mediapunta del Fuenlabrada suma partidarios y detractores a partes casi iguales. Este sábado se juegan la permanencia... pese a que buscaban el ascenso.

El Fuenlabrada empezó la temporada pensando en el ascenso y la acaba cruzando los dedos para sortear el drama. Los madrileños, recién descendidos de Segunda, se juegan la permanencia este sábado (19:30, horario unificado) en Primera Federación ante Unionistas de Salamanca. Los reciben en casa y están obligados a ganar, porque no dependen de sí mismos: están igualados con el Badajoz, el equipo que marca la salvación, y a un punto de Rayo Majadahonda, San Fernando, Ceuta y Algeciras. El caos en la zona de abajo es total, pero de vencer tendrán muchas opciones de salvarse.
En su agónica pelea, el equipo del sur de Madrid volverá a aferrarse a la magia de Iban Salvador, uno de sus líderes sobre el campo... y uno de los jugadores más polémicos del fútbol de bronce. Hace poco, en Riazor, celebró un golazo desde 50 metros colocándose las manos sobre la boca. Muchos lo interpretaron como un gesto de provocación hacia el Deportivo (pareció imitar la acción de ponerse una mascarilla, en referencia al Dépor-Fuenlabrada marcado por un brote de COVID que acabó con los gallegos descendidos), pero él tiene otra versión. Su carrera ha tenido momentos de todo tipo y habla sobre ellos en Relevo.
¿Cuáles fueron tus primeros pasos en el fútbol?
Empecé a jugar a fútbol sala en el colegio. Un amigo le dijo a su padre que yo era bueno, que destacaba. Él estaba en el L'Hospitalet. Hablaron con el coordinador de cantera del club, me vino a ver a la escuela... y le gusté. Le dijo a mi madre y a su pareja que me quería fichar, pero en ese momento no disponíamos de muchos recursos económicos para poder pagarlo. Al final se llegó a un acuerdo y pude marcharme para allá.
En L'Hospitalet destacaste pronto y te fichó el Valencia al terminar tu etapa juvenil. El club che destacó que tenías una madurez impropia para tu edad.
Eso me dio la experiencia. Siendo juvenil de tercer año jugué todo el año con el primer equipo e hicimos playoff a Segunda. Eso me dio la posibilidad de que firmase Curro Torres para el Valencia. El L'Hospitalet puso las cosas fáciles. Me quedaba contrato, acababa de renovar y quería seguir, pero hablando con el club y con mi representante decidimos que era lo mejor para poder avanzar.
Una curiosidad: he visto en tu Instagram que tienes muchas fotos con Neymar en esa etapa en Barcelona. ¿Por qué?
Tiene explicación. Cuando estaba en mi barrio me apunté a una agencia para hacer anuncios. Tenía 17 años y quería ganarme un poco la vida. Curiosamente, el dueño de esa empresa era un entrenador que se había enfrentado a mí con el Europa. Me dijo que, si encontraba algo para ayudarme, me llamaría de primero. A la semana y media me dio una noticia muy buena: '¡Vas a ser el doble de Neymar!'. Yo le contesté: '¡Pero si soy zurdo!'. No importó. Hice la promoción del Mundial de Brasil y un par más, pero ya empecé a ir con el primer equipo de L'Hospitalet y tuve que dejarlo.
Con el Valencia llegaste a debutar con el primer equipo, precisamente, contra el Barça. ¿No hubo ninguna opción de firmar con los culés o con otro equipo catalán?
Creo que sí existió la posibilidad del filial del Espanyol, pero preferí el Valencia. Curro Torres habló conmigo y me puso las cosas más fáciles para decidirme. Y fue una buena decisión.
¿Cómo recuerdas ese estreno con el Valencia? ¿Qué te dijo Gary Neville?
Fue raro: era la primera vez que me dirigía un entrenador extranjero. Hablaba siempre en inglés y yo no entendía nada (risas). Tenía un traductor, pero Neville dio una charla prepartido emocional y pegando alguna voz de más... y me acuerdo de que el traductor estaba superpasivo. Fue una experiencia muy bonita.
Después diste el salto a Segunda con el Valladolid. En el inicio de tu segunda temporada te saliste (tres goles en 10 partidos), pero en enero te marchaste cedido a León y no triunfaste. ¿Qué pasó?
Bueno... la primera campaña fue dura. Era un chaval joven y estaba solo en Valladolid. Ese enero me fui cedido al UCAM; descendimos, pero jugué bastantes partidos para poder volver y tener un sitio. Con la llegada de Luis César Sampedro empecé a jugar y marcar. Yo no quería marcharme a León en invierno, no lo tenía en la cabeza y estaba a gusto en Pucela, pero fue una decisión de club. Me tenía que ir.
En cualquier caso, habías demostrado que eras un jugador más que válido para Segunda... y al año siguiente volviste a Segunda B con un filial, el Celta B, pese a tener ya 22 años. ¿Por qué?
Primero, por el técnico, Rubén Albés, que ya me había entrenado en el filial del Valladolid. Había jugado poco en Segunda como para seguir en la rueda y no tenía ningún problema en bajar de categoría. Rescindí en Valladolid y lo tuve fácil: Rubén ya me había llamado. Quería rendir bien para volver pronto a Segunda.
Y así lo hiciste con el Fuenla, donde has encontrado la estabilidad que te faltaba.
Sí, llevo ya cuatro temporadas y estoy muy a gusto. Siempre lo recuerdo con mi mujer: antes había estado de un lado para otro, cambiando de ciudad cada año. El año más duro fue el pasado, entre la lesión y el descenso a Primera Federación. Esta temporada, desde el inicio, no se han dado las cosas como todos teníamos pensado. El fútbol es así, piensas que vas a luchar por una cosa y después te encuentras en otra batalla. Tenemos ganas de sacar la situación adelante y salvarnos.
Siempre ha llamado mucho la atención tu carácter. Sobre el campo eres un volcán.
Esa es mi forma de defender al club y al escudo que llevo. No sé si será la correcta, pero es la mía. Lo doy todo, con mis aciertos y errores. Cuando sales fuera de casa sabes perfectamente que la afición va a ver mal todo lo que haga el rival. Puede llegar a motivar el saber que la tienen tomada contigo, pero me centro en jugar.
Hay mucha gente que dice que Iban Salvador es un jugador antideportivo. ¿Tú te consideras un jugador antideportivo?
No. Busco lo mejor para mi equipo, ya sea una falta en la frontal, un córner o una tarjeta amarilla para un contrario. Lo de ser antideportivo ya son palabras mayores.
Tu celebración en Riazor dio mucho que hablar. ¿Confirmas que hiciste el gesto de ponerte una mascarilla?
No, no. La gente ha opinado por decisión propia. Eres la primera persona que me pregunta después de eso y me gustaría aclararlo, aunque no tendría por qué. Mi hijo, el día anterior, tuvo paperas. Hablé con él por teléfono, estaba lejos y pasándolo mal, y le dije que lo iba a festejar así. Si la gente me quiere creer, bien; si no, allá ellos. Hay informes médicos que lo acreditan. No le tenía especiales ganas al Dépor. Me daba igual. El caso del 2020 está cerrado, no hay que darle más vueltas. Hicimos lo que debíamos: seguir las órdenes que nos dieron. La gente pensará que estábamos a gusto, pero estuvimos encerrados durante 20 días en una habitación sin poder ver a nadie.
Iban Salvador (@isalva10), un pirómano en Riazor. Celebró su golazo simulando que se colocaba una mascarilla provocando a la afición. “Solo fútbol, de la el @Fuenla en la previa…
— Íñigo Caínzos Achirica (@icainzos93) April 8, 2023
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Después de este último partido, tu entrenador, Alfredo Sánchez, aseguró que habría que echarte "una reprimenda" si habías celebrado el gol por burlarte del Dépor. ¿Llegó a hablar contigo?
Sí, me lo preguntó en el bus. Me dijo que si lo había hecho por eso estaba mal, pero yo le expliqué la situación, que sólo conocían el doctor y mi compañero de habitación, y todo quedó ahí.
Este sábado tenéis una final por el descenso contra Unionistas. A principio de temporada optabais a mucho más. ¿Cómo se está viviendo esta situación?
Está siendo complicada. Pensábamos en luchar por otro objetivo, pero nos vemos sólidos. Empezamos muy bien y no sabíamos lo que nos esperaba. Si bajas los brazos en esta categoría, te metes ahí abajo y, cuando te quieres dar cuenta, te la estás jugando. Lo bueno es que dependemos de nosotros mismos.
¿Qué ha fallado?
Nos han condenado errores muy puntuales a nivel individual, empezando por el portero y acabando por el delantero. No lo hemos sabido corregir durante todo el año. Ahora, con el cambio de entrenador, hemos ido a mejor.
Te hemos visto en muchas posiciones esta campaña. ¿En cuál te sientes más cómodo?
Lo que me gusta es ser mediapunta, recibir entre líneas y encarar a la defensa para poder asistir, pero también me encuentro cómodo de extremo derecho, a pierna cambiada. El perfil de mediapunta ya se está perdiendo. Desde esa posición puedo meterme por dentro.
Por último... aunque antes tenéis un objetivo que cumplir, me imagino que tu siguiente gran reto como jugador será volver a Segunda, ¿no?
Eso es. Nos gustaría subir otra vez e intentar estar ahí el máximo tiempo posible. Este año queríamos jugar el playoff y no ha podido ser, pero, como sé que nos vamos a salvar, lo intentaremos el año que viene.