El mini Clásico que sacó de quicio a Lorenzo Sanz: "No está bien lo que hizo Van Gaal"
El Johan Cruyff acoge este sábado un nuevo duelo de filiales. Hace 25 años, con Puyol o Xavi en sus filas, los culés vapulearon a los blancos y el presidente del Real Madrid explotó contra el neerlandés.

Barça Atlètic y Castilla disputan este sábado (21:00) la ida de la semifinal por el ascenso a Segunda. El club azulgrana espera un llenazo en el Johan Cruyff y a varios invitados de excepción; entre ellos, a la fabulosa generación del 98 que arrolló al Real Madrid en el último playoff entre ambos hace 25 años. "Nos han llamado para ir al palco. Yo no podré asistir por trabajo, pero seguro que muchos se dejan ver", cuenta a Relevo el exfutbolista Jofre Mateu. Él, ahora comentarista para LaLiga, fue uno de los grandes protagonistas de aquel doble partido entre filiales que hizo estallar a Lorenzo Sanz y que tuvo prácticamente de todo. Han pasado más de dos décadas y nadie se olvida.
"Lo primero que hay que decir es que el formato de ascenso era distinto. Se jugaba una liguilla en grupos de cuatro equipos y sólo ascendía el primero", recuerda el exblaugrana Jordi Ferrón, titular en los dos encuentros. La llamada le coge en Japón, donde forma a varios equipos femeninos, y le retrotrae a uno de los momentos más bonitos de su carrera. "El primer partido, el que ganamos 5-0 en el Mini, es de lo mejor que hemos vivido en el Barça".
Aquella 'manita' a los blancos fue una sorpresa en toda regla. A falta de dos jornadas, el Madrid llegaba como líder de un grupo con Cádiz y Cultural Leonesa como rivales, como equipo con más pedigrí y con el ascenso en la mano: le llegaba con ganar uno de los dos partidos para subir. El Barça, menos regular y con una plantilla plagada de jóvenes sin experiencia, debía vencer ambos. "No diría que íbamos con miedo, pero sí con respeto. El Castilla tenía muy buenos jugadores y nosotros no habíamos sacado resultados", dice Ferrón. Mateu lo corrobora: "La palabra no es miedo, pero el 5-0 no se correspondió para nada con lo que respiramos durante la semana".

El once de los culés estaba plagado de futbolistas que terminaron llegando a la élite: Arnau, Ferrón, Óscar Álvarez, Puyol, Bernaus, Mario Rosas, Gabri, Xavi, Luis García, Ismael López y Jofre. Dos fueron campeones del mundo y varios más saborearon las mieles de Primera, pero eran, por aquel entonces, futbolistas de rostro imberbe y recién ascendidos desde el Barça C o el juvenil. El Castilla tenía un equipo más hecho: salieron de inicio Valbuena, Raúl Pareja, Valcarce, Pepelu, Roberto Rojas, Cambiasso, Nacho Ramos, Alberto Rivera, Rodri, Mista e Ismael Irurzun. Gozalvo y Miguel Ángel Portugal eran los entrenadores.
A pesar de que el Madrid llegaba como favorito, el desenlace fue un baño: 5-0 en la primera parte con goles de Puyol, Ismael, Gabri, Rosas y Jofre. "Fue horroroso. Nos dieron un repaso…", admite Roberto Rojas, defensa del Castilla y ahora técnico en busca de equipo después de su etapa en el Guangzhou Evergrande. "No recuerdo que tuvieran muchas más ocasiones. Su porcentaje de acierto fue muy grande. Cuando te llegan dos veces y te meten dos goles, se hace complicado. Vimos que eso estaba perdido y todos nos pusimos a pensar ya en la vuelta: ganar en el Bernabéu y ascender".
A pesar del varapalo y de la exhibición azulgrana, los blancos mantenían la sartén por el mango. Una victoria en casa les hubiera conducido a Segunda, pero cayeron con merecimiento ante más de 30.000 espectadores (0-2) y fue el Barça el que se llevó el premio. "Nos dieron a elegir entre jugar en el Bernabéu o en la antigua Ciudad Deportiva. Yo decía que el Bernabéu beneficiaba más al juego del Barça, pero el grupo eligió el Bernabéu. En el campo número 1 siempre metíamos mucha presión, estábamos acostumbrados a jugar ahí. El escenario nos imponía. Ellos dominaron el partido, Xavi lo manejó a su antojo y no supimos frenarle. Ahí estuvo la clave", analiza Rojas.
"Nos dieron a elegir entre el Bernabéu y la Ciudad Deportiva; yo decía que el Bernabéu beneficiaba más al Barça..."
Exjugador del Real MadridIsmael Irurzun, delantero del Madrid que después jugó en Málaga u Osasuna, comparte la visión de su excompañero. "En la ida nos dieron un repaso terrible (risas). No sabíamos ni por dónde nos venía el aire. No pudimos pararles. Eran jugadores de mucha calidad técnica, jugaban a mucha velocidad", detalla. "Hicimos lo más difícil, que era ganar en Cádiz, y después lo vimos demasiado factible. El año anterior habíamos vencido los dos partidos contra el Barça en Segunda, pero fueron mejores y mucho más efectivos".
La expulsión de Van Gaal
En los días previos al 5-0 en el Mini se había despertado una expectación pocas veces vista en la Ciudad Condal. "Muchos nunca habíamos jugado con el estadio lleno", rememora Mateu. Para la vuelta, hasta Louis van Gaal, entrenador del primer equipo, cogió un vuelo desde Francia (donde estaba siguiendo el Mundial) para presenciar el encuentro en el palco del Bernabéu. Acabó expulsado por celebrar de forma airada los dos goles culés. Lorenzo Sanz estalló y le echó.

"Es un maleducado. Le he dicho: '¡Váyase a berrear a su casa!'. Es problema de educación, ha aprendido de los que tiene alrededor", llegó a asegurar el expresidente del Real Madrid tras el partido. Rojas coincide en censurar el comportamiento del preparador neerlandés: "No está bien ir al palco de un rival y celebrarlo como lo celebró él. Tienes que tener un decoro con el contrario, y máxime cuando tú estás ganando. Van Gaal no estuvo acertado". "Él intentaba fijarse bastante en la gente de la base. Siempre ha tirado de abajo. Después, a unos cuantos nos llamó para hacer la pretemporada. Le gustaba sentirse lo más cercano posible al filial", afirma Ferrón.
Lo que ocurrió después es historia: subió el Barça y sus promesas continuaron desarrollándose hasta acabar convirtiéndose en leyendas absolutas. Por aquel entonces, a Xavi y a Puyol ya se les intuía algo especial. "A mí me tocó marcar a Xavi. Bueno, seguirlo, más que marcarlo (risas). Portugal tenía una fijación con controlar la salida de balón de Xavi. Jugaba a un toque, no le hacía falta quedarse con la pelota, se giraba superrápido. A Puyol me tenía que enfrentar en los uno contra uno. Era un tío que te aguantaba muy bien y con una arrancada rápida y potente, bastante musculado. Y destaco otro factor: estaba siempre concentrado", elogia Ismael.
Para los madridistas, aquella eliminatoria que debía llevarles a la gloria se convirtió en un recuerdo ingrato y casi tabú. "Nos jodió tanto que, cuando nos vemos, intentamos no hablar de eso", reconoce Rojas. Los culés vivieron días de gloria y muchos volverán a juntarse este sábado en el palco del Johan Cruyff, 25 años más tarde y con aquella proeza todavía en la cabeza: "Ver a Xavi o a 'Puyi' no me evoca al Mundial o a las Champions: me lleva a aquella exhibición en el Mini y a lo que disfrutamos juntos".