Junior Firpo habla de todo y recuerda su paso por el Barcelona: "Lo de Mbappé fue un embarque brutal"
El actual futbolista del Leeds rememora sus dos años en el Barcelona, su polémica relación con Koeman, la convivencia con Bielsa o aquel marcaje en Champions a Mbappé.
Cuando llegó a España con sólo seis años, a Junior Firpo (Santo Domingo, 1996) le apuntaron al fútbol para que hiciera amigos. No conocía las reglas, apenas lo había visto por televisión. "Los profesores les decían a mis padres que estaba solo y que en el fútbol haría amigos seguro. Me costó integrarme", cuenta sobre su llegada. Venía de una cultura totalmente diferente y de un país, República Dominicana, en el que se jugaba al béisbol y al baloncesto. "Y claro, los primeros días me iba a casa llorando: no entendía nada. Luego, como soy atlético y competitivo, comencé a destacar", sonríe. ¿Y qué cambió a partir de ahí? "¡Pues que me elegían el primero al hacer equipos!", rememora desde Leeds en una extensa charla con Relevo.
En su etapa formativa, siendo adolescente, Junior Firpo estuvo a un partido de dejar el fútbol: antes de saltar a las categorías inferiores del Betis jugó en el Puerto Malagueño, donde le prometió a su novia -hoy su mujer- que si en verano no le llamaba una cantera se centraría en los estudios. "El último partido de la temporada fue, precisamente, contra el Betis. Al acabar, me dijeron que me querían firmar, que les pasara el número de mi padre. Si ese día no llego a jugar bien…".
A sus 27 años, ya hace muchos que convive con la presión. En el Betis fue un canterano aclamado, en el Barcelona conoció las críticas y en el Leeds saltó a la Premier League. También ha tomado la decisión de ser internacional absoluto con República Dominicana en los próximos Juegos Olímpicos de París 2024, como informó Relevo, tras haber ganado títulos europeos con las inferiores de España: "Una vez, un entrenador me dijo que el partido de un futbolista se rige por sus primeras tres acciones. Si son buenas, tendrá un buen partido: da confianza, empiezas bien… Si las primeras son malas, cuesta mucho levantarlo", explica, que en su primera titularidad con el Barça, casi en el primer balón que tocó, falló y acabó en gol del Granada.
¿Cuándo notaste la presión por primera vez?
El Betis es un sitio de mucha presión, ojo, pero ahí yo no lo viví para mal. Lo he visto en mis propios compañeros. Uno de mis mejores amigos es Francis: estuvo muy cuestionado y criticado y lo pasé muy mal por él y por su familia. Yo eso no lo viví, me sentí muy querido en el Betis. Pero en el Barcelona fue totalmente diferente.
¿Por qué?
Por el primer partido. Ese momento me marcó para mal. Empezar así, con un error en mi primer partido de titular… y encima el entrenador me quitó al descanso. Eso hace que empieces con muy mal pie y con críticas. Por mucho que yo no intentara leerlas, hoy en día te llega todo, más con las redes sociales. Después de ese partido tuve miles de comentarios y de insultos, miles de mensajes privados y de amenazas. Yo pensaba: ¿Para tanto ha sido? Sí, vale, lo siento, he tenido un error, hemos perdido… pero la repercusión era mucho más grande que en el Betis.
Pasaste de ser un futbolista muy querido en el Betis a un objetivo de las críticas en el Barcelona.
Mi padre me avisó: 'Junior, va a ser complicado, en el Betis te ha salido todo muy bien, esto no va a ser así'. En momentos estelares, en el gol que metía al Betis en Europa, ahí estaba Junior. Y un partido bueno contra el Barcelona. Y contra el Real Madrid. Y contra el Milan. Tenía mis días malos, pero en los buenos siempre aparecía.
¿Cómo aprendiste a convivir con esa situación?
No soy muy activo en redes sociales, pero es que era imposible no mirarlo. Cada vez que entraba en Instagram a ver fotos o historias, veía las notificaciones y salía +100. El problema es que los +100 eran negativos. Y yo pensaba: 'Joe macho, otra vez'.
"Cada vez que entraba en Instagram, veía las notificaciones y salía +100. El problema es que los +100 eran negativos"
Futbolista del LeedsVenías de ser campeón de Europa Sub-21 con España, eras un futbolista emergente en la liga española... ¿Qué te empuja a fichar por el Barcelona?
Si te viene el Barcelona, o el Real Madrid, o el Manchester City, o el Liverpool es muy difícil decir que no. Por mucho que sepas que no vas a ser titular: es que estaba Jordi Alba, yo sabía que no iba a serlo. Sabía que no tendría la importancia o el protagonismo del Betis, pero iba a aprender. Esto lo hablaba mucho con Lo Celso cuando estaba en el Betis: yo llegaba a línea de fondo y le ponía el balón, que era la jugada que hacían Jordi Alba y Messi. Pues ahora yo quería hacerlo con Messi.
¿Aunque estuviera Jordi Alba?
Jordi Alba era el mejor lateral del mundo en el último tercio. Tenía visión y buena toma de decisiones, yo quería aprender de él, a mí me faltaba eso.
Y tú tenías confianza en ti mismo.
Claro, yo quería intentarlo. Recuerdo que la semana siguiente del error contra el Granada teníamos partido contra el Villarreal y reuní el valor de hablar con el entrenador. Le dije que me tenía que poner: estaba Jordi Alba lesionado. Podía poner a Semedo a banda cambiada, pero le dije que no, que como jugador no estaba contento con que me quitara al descanso, que sabía que había cometido un error. Yo quería demostrar que podía hacerlo bien. Y jugué bien. Ese día volví a casa contento.
¿Qué balance haces de esos dos años en Barcelona?
Las dos temporadas en el Barcelona fueron muy diferentes. La primera fue una decepción conmigo mismo. Me arrepiento un montón de no haberlo aprovechado mejor. No lo aproveché bien.
¿Por miedo a fallar o por qué?
No diría que saliese al campo con miedo, pero salía pensando que me cuestionarían. Si lo haces bien: 'Bah, no pasa nada, es el Barcelona contra el Mallorca, son mejores, tienen que ganar'. Y si lo haces mal, a por ti. Mi sensación es que pasara lo que pasara sería uno de los focos de las críticas si había un mal resultado. No jugué como yo jugaba en el Betis… Y aún así jugué más de lo que pensaba.
¿Y el segundo?
En el segundo año tuve una muy buena opción de salir al Inter, pero nació mi segundo hijo con problemas de pulmones y tomé la decisión de quedarme en Barcelona. Los servicios médicos estaban muy bien y no quería hacer una mudanza entre países después de un tiempo tan complicado entrando y saliendo del hospital.
¿Cómo gestionas un problema familiar así en tu vida deportiva?
Yo dormía en el hospital, iba a entrenar y volvía al hospital. Mi hijo Jasson estaba en la UCI y sólo podíamos ir a visitarlo uno entre mi mujer y yo unos 5 o 10 minutos dos o tres veces al día. Lo veía con intubación y no era agradable. Fue un mes y medio entrando y saliendo del hospital. Parecía que se ponía bien, salíamos, de repente en casa le faltaba el aire, parecía que se iba a ahogar y otra semana entera en el hospital. En el equipo lo sabían: por mucho que tuviera problemas con Koeman, hubo días que le dije que quería quedarme con mi mujer y mi hijo y lo entendía.
Mencionas que tuviste algunos problemas con Koeman. La realidad es que te dio muy pocos minutos, ¿qué pasó?
Jugué muy poco. Y sin embargo a mucho mejor nivel que en el primero. Creo que Koeman no me conocía mucho: yo era joven, acababa de explotar, llevaba dos años y medio en la élite. Él fue el primero que me dijo que me quedara, pero eso luego no se convirtió en minutos. Recuerdo una vez que se lesionó Jordi Alba y puso a Dest de lateral izquierdo. Los minutos que me daba eran por la derecha… Tuve pocos.
Algunos aún recuerdan tu defensa a Mbappé en aquella eliminatoria de la Champions contra el PSG.
La de Mbappé fue un embarque brutal. Venía de un primer partido donde marcó un hat-trick y ese día también empezó muy bien [marcó el 1-0]. Me sacaron en el minuto 30 y casi sin calentar, teníamos que intentar igualar la eliminatoria. En los entrenamientos veían que yo en el uno contra uno era muy competitivo. Y me puso contra Mbappé a todo el campo. Salió bien, probablemente mi mejor partido, aunque nos acabaron eliminando.
"La de Mbappé fue un embarque brutal. Me sacaron en el minuto 30, casi sin calentar, y me puso contra Mbappé a todo el campo"
Futbolista del Leeds¿Pediste explicaciones a Koeman por tu poca participación?
Las busqué al principio pero Koeman me dio una respuesta en la que no me estaba siendo sincero: me decía que contaminaba al grupo… Así que dejé de intentarlo. Es muy bonito pertenecer al Barcelona por todo lo que te da, pero yo quería jugar.
¿Ahí es cuando ya empezaste a valorar la salida?
Tuve varios partidos en los que jugué bien, pero no me daba continuidad. Luego, un mes sin jugar. En Copa del Rey remontamos contra el Sevilla en el Camp Nou. Ocampos estaba jugando muy bien… y me sacaron para frenarlo. No entendí eso de: en el momento más jodido, te saco; si el partido va bien o puedo rotar, no te pongo.
El Leeds te convenció para ir a la Premier. ¿Quién lo hizo?
El primero fue Víctor Orta, el Director Deportivo. Estuvo muy encima. Se interesa por ti, por tu familia, es el primero en escribirte si te lesionas, te ayuda en muchas cosas del día a día… También estaba Bielsa y su cuerpo técnico, que era de habla hispana y yo iba a poder comunicarme mucho mejor, aunque también hablo inglés. Lo habían hecho muy bien la temporada anterior, rozando los puestos europeos.
Y también era llegar al fútbol inglés.
Claro, además era la Premier: yo deseaba jugar allí, es la mejor liga del mundo. El vestuario del Leeds es uno de los mejores en los que he estado. Mira, el otro día: miércoles, ocho de la tarde, -3 grados, la gran mayoría tendría que trabajar al día siguiente… y Elland Road estaba lleno. Y acabamos de descender, eh.
¿Hay algún rival con el que hayas alucinado?
De Bruyne. El primer año, pfff. Creo que es el peor partido de mi vida: no la olimos, nos metieron siete, nos reventaron por todos lados. Y De Bruyne fue increíble.
¿Qué recuerdo guardas de Bielsa?
Era un poco loco, como dice su apodo, pero para bien. Era muy obsesivo con el detalle. Hasta que no dieras un pase bien no valía. Y podías repetirlo 50 veces. Da igual que metieras el gol en la portería, pero como para él no se moviera bien el balón con la rotación correcta que él pensaba, no estaba bien hecho.
Su impacto en el club fue brutal.
Fue una de las despedidas de entrenadores más duras que he vivido. Todos los jugadores que habían estado varios años con él estaban llorando en el vestuario. Era como cuando sabes que algo se va a hundir, pero prefieres que se hunda con él a que se salve con otro, era esa sensación. Nos salvamos de milagro en el último partido, la afición cantaba su nombre. Fue una decisión muy dura para el club.
Y lo que os exprimía físicamente... ¿Es 'Loco' en eso también?
Con Bielsa, si no estás al 150% de físico, no te da. Si no te lesionas, alcanzas un nivel físico que no vas a tener en tu vida. Si aguantas esa carga de entrenamiento, más preparado no se puede estar. Es muy difícil rendir cuando no estás preparado. No puedes jugar con molestias o al 80%. Yo jugaba y me lesionaba… Me da rabia: si hubiera tenido continuidad, estoy seguro de que hubiera ido bien.
'Murderball', el entrenamiento más 'Loco' de Bielsa
Así lo explica Junior Firpo: «El 'murderball' es fútbol sin reglas: sin pasarse, pero sin reglas. Vuelta al FIFA Street. Once contra once, hombre a hombre puro, a seguir tu marca. Va a tiempo de juego. Dividía el partido en 3-4 minutos seguidos, sin parar, sin cortes. El staff rodeaba el campo para que cuando saliera el balón, te lo devolviesen al momento. Fatiga máxima. Juegas a 200 pulsaciones. Hacíamos 8-10 partes, casi como un partido. ¡Y eso era un entrenamiento! En el 'murderball' he llegado a hacer datos mucho más altos que en partidos».
¿A qué crees que se deben las lesiones?
A gestionar una lesión se aprende… a base de hostias. Yo soy muy competitivo, en los últimos tiempos me ha perjudicado. He tenido problemas de lesiones y no he sabido gestionar la vuelta. Cada vez que vuelvo me dicen: manéjate, tranquilo, no fuerces. Pero claro, me ponen a jugar partidos reducidos en los entrenamientos, yo quiero ganar, voy al 100% y me hago daño. En Inglaterra el ritmo es altísimo. El partido no te deja jugar con miedo porque te tiran desmarques a la espalda todo el rato y no puedes pensar en esprintar al 80%. O vas al 100% o te meten gol.
El año pasado jugaste 24 partidos. El anterior, 27. Esta temporada te volviste a lesionar. ¿Te frustra esta situación?
Me preocupa no poder jugar, es decir, estar lesionado. Si te ponen o no te ponen es decisión del entrenador, pero el objetivo siempre es estar disponible. Si consigues eso, lo demás son cualidades futbolísticas y creo que las tengo. El único problema es que las lesiones no me lo permiten. El miedo a lesionarte desaparece en cuanto entras al campo. Desde los 15 años lo tenía muy claro: yo iba a ser futbolista. Antes de esa edad juegas al fútbol pero por diversión. Se lo decía a los profesores, a mis padres y a mi pareja, que ya estábamos juntos entonces y que hoy es mi mujer.
¿Qué decían?
Mi padre era aficionado del ciclismo y a mi madre le daba igual el fútbol, ni siquiera me iba a ver a los partidos. Es mi mujer quien me ha marcado mucho. Llevamos 12 años juntos, es la que mejor me conoce y sabe cuándo estoy bien y cuándo no. Ahora, con mis hijos, acudo a ellos para abstraerme del fútbol. Todavía no entienden del todo que su padre es futbolista. Al estadio, ellos lo llaman 'el campo de gol'.