MANCHESTER CITY - ARSENAL

El Guardiola-Arteta más íntimo nace en el cementerio de Karl Marx y se fragua en un "has metido ahí a Lewandowski..."

El Manchester City-Arsenal que decide una buena parte de la Premier League condensa la historia de dos entrenadores.

Pep Guardiola y Mikel Arteta, en uno de sus duelos entre Manchester City y Arsenal. /GETTY
Pep Guardiola y Mikel Arteta, en uno de sus duelos entre Manchester City y Arsenal. GETTY
Lu Martin

Lu Martin

Mánchester. -Todo empezó en la High Street del Barrio de Hampstead, una de las zonas más selectas de Londres, justo al lado del cementerio donde está enterrado Karl Marx y del parque donde juega a fútbol los sábados por la mañana el hijo de Damian Lewis en el "equipo de las salchichas" –sí, se llama así-, y donde residen prestigiosos periodistas, intelectuales y artistas. Allí vivía, y vive de nuevo, Mikel Arteta. Y también Pere Guardiola, el hermano del entrenador del City. Primero fueron encuentros casuales en coquetas cafeterías. Y aquello terminó en su llegada a Mánchester.

Bueno, de hecho ha terminado en el partido que este domingo por la tarde (17:00) enfrentará al City contra al Arsenal con el liderato de la Premier en juego con el Liverpool de por medio. "El título no se decidirá hoy", ha dicho Pep y lo secunda Mikel. "Queda un largo camino para ganar el campeonato". Los dos tiraron de tópico. "Jugamos en casa y con nuestra gente, con el apoyo de nuestra afición. El equipo estará a su altura", dijo el catalán. "Tengo confianza total con la idea en la que trabajamos. Saldremos a por el partido cómo si jugásemos en Londres". Los Mancunian afrontan el duelo con las bajas de Walker y Stones; los de Londres tienen, según su entrenador, opción de recuperar a Martinelli, Bukkayo Saka y Magalhaes. Pero en el fondo, el partido no deja de ser un estado de ánimo por encima de todo.

Vuelve Mikel a la que fue su casa y su universidad porque un día Pep le abrió las puertas para el que fue su aprendizaje definitivo. No lo niega.Seguramente todo empezó gracias a una amistad con Lorenzo Buenaventura que se remonta a hace más de 20 años. En 2001, al aterrizar en el Paris Saint-Germain, Arteta conoció a Gabriel Heinze. El central argentino conocía a Lorenzo porque este trabajaba en el cuerpo técnico de la selección de Marcelo Bielsa. Arteta tuvo un problema en el tobillo y Heinze le presentó a Buenaventura. Desde entonces, siempre que tuvo un problema físico recurrió a él.

Buenaventura es el preparador físico de Pep desde que se hizo cargo del Barcelona y quien le ha acompañado en su carrera por Munich y Mánchester. "Me dijo que era un tipo extraordinario y no se equivocó" dijo Pep, que al poco lo corroboró. "Va a ser un entrenador top". Hoy tiene al Arsenal líder de la Premier.

El detalle con Lewandowski que cautivó a Guardiola en Munich

Mikel se estaba planteando dejar el fútbol y Pep afrontaba su tercer año en el Bayern, camino de Mánchester. Mikel pensaba empezar una carrera como técnico en las inferiores del Arsenal, pero los rumores llenaban Londres sobre la posibilidad de que Pep fichara por los gunners como sustituto de Wenger y eso inquietaba al donostiarra. "Yo estaba en el Bayern y él jugaba en el Arsenal. Me acuerdo de que jugamos contra ellos, él no jugó, pero después del partido hablamos y me dijo 'has metido a Lewandowski aquí para que le hiciera eso y pasara esto…'. Y me di cuenta de que sabía, que vio lo que queríamos hacer. Y hay muy pocos que vean lo que pasa. Habíamos hablado alguna vez, yo ya le conocía, y cuando decidimos ir a Mánchester, fue Loren quien me lo sugirió. Ellos eran amigos desde hace mucho tiempo. Yo sabía que mi hermano era vecino suyo, que solían hablar y al final todo cuadró", explicó Pep en su día.

"Sí, es verdad, coincidíamos, nos encontrábamos, y él me preguntaba, porque había rumores sobre si podía fichar por el Arsenal para sustituir a Wenger", admite el actual copropietario del Girona. "Loren me dijo que era un tipo espectacular, que era buenísimo… Yo al principio era un poco reticente en el sentido que dudaba de ver cómo podía encajar con Dome, Carles… los que eran mi grupo. Al final no es tener gente por tener gente", explicó Pep en su día.

De hecho, como razona Domenec Torrent, "Pep entendió que iba a encontrar la figura que había tenido en el Bayern con Hermann Gerland (alias el Tigre), que se conocía cada rincón de la Bundesliga: los campos, los rivales, los jugadores, los árbitros. En el City estaba Brian Kidd, un veterano, pero Mikel aportaba frescura". También aportó ganas de aprender, compromiso, buen rollo, incluso presencia en los partidos. "Acababa de dejar el futbol así que algunas veces si nos faltaba alguien en el rondo o en algún partidillo, se metía él, estaba para jugar", se recuerda en el staff. "Era muy trabajador y predispuesto. Y una esponjita. Aprendió mucho y rápido" admiten el la CFA.

«Iba a tener la oportunidad de aprender al lado del mejor»

"Yo no tenía duda de que era lo que quería: aprender y ayudar. Lo que me gusta a mí es el campo, entrenar. Al final en el City, a lado del equipo de Pep, iba a tener esa oportunidad y de hacerlo al lado del mejor del mundo" dijo en su día Mikel. "Ciertamente, participaba mucho en el trabajo, era muy comprometido, se implicaba y escuchaba", le recuerdan ahora en la ciudad deportiva, donde ponen de ejemplo su trabajo con Sané. De hecho, el jugador alemán siempre se lo reconoció y le guarda gran consideración y afecto. "Mikel me ayudó mucho", ha dicho en no pocas ocasiones el ahora delantero del Bayern Munich.

"Solía quedarse conmigo al final de los entrenamientos. Es un gran tipo y además, todo lo que me decía tenía razón. Me dio muchísimos consejos que me ayudaron a mejorar para encarar los espacios, usar mejor mi velocidad, entender mejor el juego, tener más confianza en mí mismo. Siempre me decía: vuelve a lo básico, a los principios. Y siempre tenía razón. Recuerdo muchas de las cosas que él me decía", admite Sané.

El día que una charla de Mikel Arteta tumbó a los 'gunners'

Pep detectó pronto que Mikel sabía el percal que tocaba. El partido en el Etihad de la temporada 2016-17, jugado el 18 de diciembre del 2016, Guardiola sorprendió a todos cuando por la mañana del partido, antes de la charla, avisó: "Hoy la das tú, Mikel, sabes más que yo de lo que va a hacer el francés". El primer sorprendido fue el donostiarra. De hecho, la mayoría habían sido compañeros suyos, pero no la había visto venir. Arteta recuerda que la confianza de Pep aquel día le hizo ilusión, pero que en cierta medida la responsabilidad le generó buena dosis de ansiedad: "Que en un partido tan grande en el que nos jugábamos mucho, Pep te diga: 'tira y haz lo que te salga, que té les conoces mucho" ¡yo qué sé!' Obviamente yo soy prudente y me había preparado un poco el trabajo, porque ya contaba con que Pep me pediría opinión así que le expuse mi idea, me dio el ok, y se lo expuse… No sé cómo se lo tomaron los jugadores", recordó el donostiarra en una entrevista concedida en el 2018.

Aquel día, antes de la charla, Pep avisó a los jugadores. "Nos dijo que el entrenador ese día era Mikel porque conocía mejor que nadie al Arsenal y nos explicó lo que teníamos que hacer. Ganamos", recuerda uno de los jugadores que presenciaron aquel momento. El City venció el partido, 2-1, con goles de Sané y Sterling. "La verdad es que aquella noche dormí tranquilo, fue un alivio", admitió entonces Mikel.

Guardiola y Arteta, juntos en el banquillo del City.  GETTY
Guardiola y Arteta, juntos en el banquillo del City. GETTY

Su adiós del City no sentó demasiado bien en las oficinas

El tiempo todo lo cura pero la verdad es que ahora, visto en perspectiva, su adiós del City fue un poco traumático, porque se fue a media temporada, el año del Covid, cosa que molestó un poco en las oficinas del CFA a alguno de sus compañeros de faena y cundió la sensación de que les dejaba tirados en el peor. Con él se fue Nico Jover, que era el responsable de la estrategia. "No perdimos mucho, no le metíamos un gol al arco iris a pelota parada y nos las metían todas en contra", bromean ahora en el staff de Guardiola que Carlos Vicens, su sustituto, ha dado con la tecla, y además, hubo una movida con un analista que había subido de la academia y que pretendía irse con él y el club lo frenó al descubrir que pretendía llevarse alguna información delicada.

Estuvo algún tiempo sin poder trabajar, finalmente se fue al Mónaco y terminó en el Wolfsburgo de ayudante. Pero seguramente quien más le entendió fue Txiki Begiristain, que sabía que dos años antes había rechazado una oferta del Newcastle y una del Everton. 

No en vano, Mikel dejó una huella imborrable en el equipo de Liverpool, donde jugó seis años antes de fichar por el Arsenal. Lo mismo le ocurrió en el PSG, al que llegó con 16 años por reclamo de Luis Fernández. Allí coincidió con Pochettino, que le acogió como un hermano menor cuando Mikel, valiente como pocos, decidió dejar La Masia, donde creció con Reina y Valdés. Criado en el Antiguoko con Xabi Alonso vio que en el Barça no tenía futuro: "Estaba Pep en el primer equipo, acababa de subir Xavi y le seguía Iniesta. Vi que mi camino estaba muy complicado así que decidí irme a Francia". Y de allí a Glasgow, al Rangers, dos temporadas. Luego a la Real Sociedad, medio año, por eso de jugar en casa. "Estoy muy orgulloso de mi carrera", ha dicho siempre, aunque le queda una espina.

Casado con Lorena Bernal, que vivió el primer año del vasco en California por un pacto –"esa se la debía", solía explicar Mikel de cenas en el Tapeo, el restaurante de Juan Mata en el corazón de Manchester- la ausencia de su esposa y de sus tres hijos, Gabi, Dani y Oli, el primero nacido en San Sebastián y los dos pequeños en Mallorca, le convirtieron en pareja de hecho –"son como novios, siempre están juntos", bromeaban en el staff- de su amigo y compañero de faena Lorenzo Buenaventura, con el que no ha dejado de hablar y hoy se reencontrará en el Etihad. "Tampoco ha perdido contacto con Pep", explicaban ayer en la CFA. "Se escriben por el teléfono y más o menos se van llamando, con la dificultad que tiene un calendario tan exigente como este, pero sí, de vez en cuando Pep suele decir: "Ayer hablé con Mikel". Se tienen aprecio.

 

Las estadísticas de un duelo entre profesor y alumno

Desde que llegó a la Premier, Guardiola se ha enfrentado al Arsenal 15 veces, contra Wegner, Unai Emery y Arteta. Ha ganado 13 partidos, ha empatado uno y ha perdido el de esta temporada en Londres, 1-0 con un autogol de Ake, que desvió un tiro de Martinelli con su cara en el minuto 86 de un partido que los azules pudieron ganar tranquilamente... pero lo perdieron.

37 goles le había marcado hasta entonces el equipo del catalán a los gunners firmados por Silva, Sané, Sterling, De Bruyne –el que más, 7 y lleva 98, a dos de los 100 con el City- Gundogan, Ferrán, Gabriel Jesús, Rodrí, Stones y Haaland... ¡faltaría! Resulta que las dos últimas campañas, ya con Arteta en el banquillo, los rojiblancos se llevaron siete (5-0 y 1-2 en la 21-22 y 1-3 y 4-1 la temporada pasada) y sucede que hace ocho partidos consecutivos en Manchester que gana el City desde que en el 2016 empataron a dos goles, el primer año de Guardiola.

La última victoria del Arsenal es de la temporada de enero del 2015, (0-2), con Pellegrini. al tiempo resulta que los de Guardiola encadenan un registro histórico: llevan 57 partidos marcando como local en todas las competiciones. Si el Arsenal hoy gana sería la primera vez en 16 años que los de Londres ganan los dos partidos en una misma temporada; si gana Pep igualaría un récord personal: 17 victorias contra el Arsenal, las mismas que lleva sumadas contra el Burnley, el equipo al que más veces ha ganado desde que llegó a la isla..

Hoy el alumno visita la que fue su universidad y comparece como líder. Ya lo dijo Pep. "Mikel será un entrenador top. ¿Será que Guardiola siempre tiene razón? Pues igual sí, le pese a quien le pese".