EVERTON 0 - MANCHESTER CITY 3

El City golea, Ilkay Gundogan enamora y Haaland afina la puntería antes de recibir al Real Madrid

El equipo de Guardiola ganó en Goodison Park tras dos minutos mágicos de Gundogan. Haaland jugó 75 minutos antes de ser sustituido.

Haaland celebra su gol ante el Everton. /EP
Haaland celebra su gol ante el Everton. EP
Marcos Durán

Marcos Durán

En Goodison Park era un día de calculadoras. Para bien y para mal. El equipo visitante, el Manchester City, llegaba con las cuentas claras: ganando tres de los cuatro próximos partidos, serán campeones de Inglaterra. Ni más ni menos. Por parte de los locales las cuentas eran para otra cosa, el descenso está cerca y necesita sumar como sea para alejarse de Leeds y Leicester, equipos que están ahora mismo en zona de Championship.

Los papeles, en el día de hoy, estaban claros. Sean Dyche no iba a planificar nada extraño, jugar contra el City de Guardiola hace que te sientas dominado y los de Liverpool planteaban dos bloques bajos y salir rápido, aprovechando los espacios que pudiesen dejar atrás Walker, Dias, Laporte y Akanji.

El entrenador catalán, por su parte, rotó a tres de sus cuatro hombres de ataque. Porque el City se está jugando la Premier pero en tres días recibirá al Real Madrid en la vuelta de las semifinales de Champions League y tiene que dividir esfuerzos. Por lo tanto, Grealish, De Bruyne y Bernardo Silva se quedaron en el banquillo mientras Foden, Álvarez y Mahrez eran titulares. El que no rotaba era Erling Haaland, que juega más que nadie.

Gundogan no rota, golea y llega a 300 partidos

Uno que no rota es el alemán Gundogan. El capitán del Manchester City llegó a la cifra de 300 encuentros jugados en todas las competiciones con el club de Mánchester en medio de rumores de una posible salida. Su contrato finaliza el próximo 30 de junio y el FC Barcelona está muy interesado en sus servicios. El centrocampista celebró este encuentro con un gol para abrir el partido, una asistencia y un golazo de libre directo.

Goodison Park creía... pero apareció Gundogan

Guardiola sabía que el partido no iba a ser fácil. Porque si tu rival se está jugando la vida, se está jugando no descender, va a dejar todo en el campo. El primer disparo a la portería de Pickford de los visitantes fue en el minuto 36 a través de un disparo desde el borde del área de Rodri.

Los aficionados 'toffees' creían, porque estaban aguantando al Manchester City. Haaland no había tocado la pelota, Gundogan no conectaba. Pero en dos minutos, 'boom', todo lo que había construido el Everton, se fue por la borda. Porque Gundogan con un gol de otro planeta y Haaland de cabeza tras un gran centro del alemán, dejó el partido casi listo. La ilusión del equipo local se desvanecía en 120 segundos y Guardiola sonreía por primera vez.

El partido se iba al descanso con dominio del City y el partido volvía a disputarse con dominio del City y el tercer gol del equipo, otra vez obra de Gundogan, tras ejecutar de manera magistral un libre directo desde el borde del área, ante el que nada pudo hacer Pickford.

Pensar en el Real Madrid... sin cambios

Tras el tercer gol, llegó la calma. El Manchester City bajaba el ritmo del partido, aunque el Everton intentaba marcar un gol que le sirviese para mejorar su diferencia general de goles, clave en la lucha por el descenso.

Guardiola, a pesar de la ventaja, no quitaba a nadie. Ni a Rodri, ni a Gundogan ni a Haaland. Pasaban los minutos y los aficionados del City sufrían en cada caída de un jugador de su equipo y se preguntaban por qué no había cambios.

El City celebra el gol de Gundogan.  EP
El City celebra el gol de Gundogan. EP

Entonces, faltando quince minutos, Guardiola movió el banquillo y quitó a Haaland y Gundogan, los autores de los goles. En su lugar entraron Grealish y Bernardo Silva, para sumar minutos de cara al partido del Etihad del próximo miércoles.

El partido se iba terminando, Phillips entraba por Rodri, el tercero de los titulares que más importancia tiene en el esquema de Guardiola y el City ya pensaba en el Real Madrid. Los ingleses tienen la oportunidad de volver a jugar una final de Champions League y todas las expectativas están puestas en ellos.