FÚTBOL

Javier Pastore y el calvario de las lesiones: "Pensé que debía dejar el fútbol cuando mi hijo me pedía jugar y yo no podía moverme del sofá"

El argentino confiesa en Relevo el drama que vive desde hace años a causa de los dolores de cadera, que le alejan del fútbol pero le acercan a una nueva vida.

Javier Pastore, en el banquillo durante su etapa en el Elche. /GETTY
Javier Pastore, en el banquillo durante su etapa en el Elche. GETTY
Lorena González

Lorena González

Javier Pastore, 'el Flaco', 'el maleducado del fútbol' como le apodó Maradona porque hacía lo que quería con la pelota, nos espera en una cafetería a las afueras de Madrid. Ahí reside desde hace unos meses. Aquí ha encontrado la paz y, sobre todo, el alivio a los dolores de cadera que le han impedido jugar al fútbol en los últimos tiempos, y sobre todo, poder moverse sin que fuera un suplicio. Tras someterse a una intervención sin éxito, el pasado mes de febrero le colocaban una prótesis que por ahora ha mejorado su calidad de vida. Para disfrutarla, como dice haber hecho siempre, junto a sus grandes amigos Messi, Neymar, Ibrahimovic o Mbappé.

Enfundado en un chándal, tratando de pasar desapercibido, lleva alejado del fútbol desde julio del 2023, tras su últimos pasos por Elche y Qatar. Todavía se le acercan unos compatriotas para pedirle una foto y se emociona al hablar de sus hijos, a los que les debe tiempo. El tiempo que les dedica mientras quema el último cartucho. Quería ver cómo se sentía antes de anunciar oficialmente su retirada. La tiene asumida, pero ya no sufre. Charlamos, sonríe, y sube la mirada al recordar las mejores experiencias en clubes como el PSG, algunas con Ancelotti, y en la Selección, a la que supo campeona mientras caminaba por Qatar.

¿Qué recuerdos tienes del niño Pastore?

Que amaba jugar al fútbol, le pedía a mi mamá ir tres horas antes al club para entrenar y ver a los más grandes. Era mi lugar preferido y deseaba jugar a la pelota, aprender a hacer cosas nuevas, competir… Mantuve esas ganas siempre.

¿También en la élite?

El disfrute lo tuve en toda mi carrera. El día de partido era el más feliz de mi vida, no importaba contra quién. Ponerme los botines era empezar a disfrutar, siempre con las ganas de divertirme. Va cambiando porque la responsabilidad es distinta pero siempre jugué al fútbol para divertirme.

¿Y ahora cómo haces para seguir disfrutando sin fútbol?

Porque quité algo para poner otras cosas, puse mucho a mis hijos, mi mujer, todo el tiempo que perdí con el fútbol, lo suplanté con pasar tiempo con ellos. Eso es lo que me ha dado mucha felicidad este año y medio y no he sentido tanta la falta de jugar a fútbol, los últimos cuatro años fueron de mucho dolor y eso me hace no extrañarlo tanto supongo. Ahora que no sufro ese dolor, tengo ganas de juntarme con amigos.

Pastore y Messi, en un partido con Argentina.  EFE
Pastore y Messi, en un partido con Argentina. EFE

¿El fútbol te abandonó a ti o tú a él?

Fue un poco de las dos partes, el cuerpo no me aguantó más. La lesión de cadera fue muy dura, me limitaba para jugar al fútbol. Los dolores de después de jugar eran muy fuertes, el fútbol me fue dejando y mi cabeza fue perdiendo fuerza porque era algo insoportable. Nos dejamos mutuamente.

¿Cuál fue el punto de inflexión para parar? ¿Lo hubo?

Esos últimos años que jugaba con dolor, mi cabeza me pedía estar en la cancha, que me reciba la gente, ir a entrenar, compartir con mis compañeros… me llevaba a no pensar tanto en el dolor, que era como algo chiquito del día de toda la felicidad que me daba el futbol. Pasaron los años y mi hijo pequeño quería jugar a la pelota, me pedía ir a jugar al jardín y me mataba cuando me decía papa vamos a jugar a jardín y yo no podía levantarme del sillón del dolor que tenía. Ahí mi cabeza hizo un clic, pensé que por querer yo hacer algo, no estoy haciendo otra cosa con mi hijo, que es lo que más amo en el mundo. Eso me marcó una pauta, me dije termino este año, no vuelvo a jugar, me opero y a ver cómo me siento. Ese fue el punto de inflexión.

¿En tu cabeza has dejado el fútbol?

En mi cabeza no, es mi vida, pero para volver a jugar ya no. Me gustaría, antes de junio del año que viene, anunciar formalmente mi retiro del fútbol. He dejado una puerta abierta para ver cómo me sentía. Tampoco he vuelto a entrenar para volver, el fútbol ha cambiado, es mucho más físico, menos técnico, y no son las mejores condiciones para que yo o mi estilo de juego, para hacer un sacrificio tan grande sin saber si voy a tener la recompensa. En los últimos años no estuve al 100% físicamente y los diálogos con los entrenadores eran de tienes que correr más, saltar más, más rápido… Ya se pensaba tanto en la importancia que tenía o tiene un jugador en el desarrollo de un partido, en dar un buen pase, una asistencia, hacer jugar a los demás, un gol… Como si eso pasara a un tercer plano. Primero correr mucho, ser grandote, y luego si juegas bien y piensas, mejor. Yo atleta no soy, tampoco me voy a poder entrenar para lograr eso, a mí lo que me hace feliz es jugar a la pelota. No correr 20 km por partido.

¿Te quedas con algún entrenador de los que has tenido?

Tuve varios, el primero que me dio el lugar de jugar en primera fue ángel Cappa. Seguimos manteniendo una relación muy linda. Delio Rossi en el Palermo, ponía todas las condiciones del equipo para que mi juego fuera más protagonista, con Ancelotti muy bien en el PSG, pero creo que con Blanc, que amaba mi estilo, me dio mucha libertad y confianza, muchos conceptos que hicieron que mi carrera fuera muy buena esos años.

Pastore en la Roma.  Getty
Pastore en la Roma. Getty

Maradona también confió en ti para el Mundial 2010. ¿Qué pudiste aprender de él?

Del Diego aprendes de todo. Fue una persona que te enseñaba todo el tiempo, te sentaba con él a mirar un entrenamiento y te decía cómo moverte, te explicaba lo que hace este lo hace por esto, la interpretación que tenía del fútbol era tan grande que lo veía todo antes, sabia cuando el defensor iba a fallar, antes de hacer un control o de que te llegara la pelota, ya se daba cuenta de lo que iba a pasar. Lo tienen pocos, igual que Messi, van diez escalones antes que el resto. A veces juego con mis amigos de segunda y me dicen cómo la viste o pensaste antes, pero cuando juegas con Messi, eso marca mucho la diferencia porque marcan el juego muy distinto a la masa. La sensibilidad humana de Maradona también era distinta a todo el mundo, no he encontrado a una perdona que transmita tanto como él, a mí me generaba cosas que nadie en el futbol me ha provocado. Solo con verlo te daban ganas de hacer todo bien. Me hablaba mucho de Italia, lo que se come, cómo tienes que comportarte, cómo ser con la gente del sur, del norte… Me dio tantos consejos.

¿Por qué te apodó 'El maleducado del fútbol?

(Se ríe). Me hizo jugar el primer partido en el Mundial, entro 20 minutos e hice varias jugadas lindas con 19 años y me lo dijo porque hago lo que quiero con quien quiera. Cualquier italiano me llama el irrespetuoso del fútbol, 'il maleducato dil calcio'. Lo que decía el Diego era ley.

¿Cómo eran aquellos años en la Selección argentina?

El paso por la Selección cuando yo iba no fueron buenos años, no tanto por los resultados, sino por no tener el postre de salir campeón. Fue una selección muy maltratada, yo no lo fui tanto porque era muy joven, pero tuve compañeros a los que la prensa y la gente les maltrató y lo sufrí más por ellos que por mí. Yo tampoco leía la prensa pero por el entorno te llega, lo que te grita la gente cuando te subes al bus, en la cancha, te mandan artículos… Pero todo eso va de la mano de ser un futbolista de élite.

¿Cuál fue la gran diferencia entre aquella Selección y la que ganó el último Mundial?

Fueron muchas cosas juntas, ganar la Copa América fue fundamental para que la gente empezara a aceptar a Messi. Siempre era el mejor del mundo pero en Argentina no se le reconocía así, le decían de todo. Ganando esa Copa se sacaron un peso, los compañeros también fue de "por fin pudimos darle esto a Leo". Después de eso se creó otra aura alrededor de la selección, fui al mundial de Qatar caminaba por la calle y sabía que íbamos a ser campeones. Yo con 13 años me decía que iba a jugar en Europa y luego se dio, es decir, no es casualidad que el Madrid gane en el último minuto es porque la gente cree en que van a hacer un gol, los otros se creen que se lo van a hacer y pasa. La mente es lo más fuerte, más que un arma.

¿Recuerdas ver sufrir mucho a Leo?

Mucho. En los vestuarios pasábamos días, no sólo él, ninguno estaba feliz en la Selección. Estaba con él cuando salió a decir que no iba a jugar más en la selección, lo dijo de verdad poque lo sentía, se sentía como un peso para la selección creyendo que por él no ganaba, nos lo decía a nosotros internamente. Le decíamos que, si se iba él, que era el mejor, nos teníamos que ir todos. Es un chico muy humilde, buena gente, por eso nos dolía más. Él perdía y estaba semanas sin hablar con nadie. Hace 20 años que va a la Selección, sin lograr cosas en 12 años y siguió… Hasta que tuvo la recompensa.

Has estado en vestuarios plagados de estrellas, como Beckham. ¿De quién dirías que parece estar en otra dimensión, y sin embargo es un tipo especialmente cercano y normal?

Ibrahimovic, es uno de los mejores compañeros que he tenido, siempre está al lado, te ayuda, a mí me hablaba todo el tiempo, me marcaba todo lo que no hacía bien, etc. Fuera del campo le veían como malo y arrogante, pero es su personaje profesional, hablando así se sentía mejor que los demás y lo demostraba en la cancha. Es super humano, hacer grupo, con grandes gestos como que el que menos gane, luego tenga más bonus a final de temporada. Nos hemos ido de vacaciones juntos. Mis amigos me preguntan que cómo me junto con él, pero como persona es deliciosa.

¿Y Neymar? ¿Por qué crees que nunca consigue darle continuidad a su talento?

Es uno de los jugadores más talentosos, le podía haber peleado tranquilamente Balones de Oro a Messi y Cristiano. Él disfruta del fútbol como un niño, y es algo más que hace en su vida cotidiana. Para Messi el fútbol es su vida. lo ves, entrena, vas a la casa y esta en chanclas descansando Ney vino de una generación mas tarde, más marketing, muchas marcas. En el entrenamiento hacia 3 goles increíbles, pero luego tenía que hacer 3 horas de fotos, y luego otro evento… Sus días eran larguísimos. Es como ser una marca. Lo más grande que he visto ha sido Neymar y Messi, de talento innato, ero Ney empezó a hacer su carrera con todo lo que implica Messi hace 3 años que hace publicidad, de cinc segundos, y los 17 años de antes no aparecía. No digo que 'Ney' no haya estado focalizado en el fútbol, pero ha tenido mucho focus en lo que va más allá de jugar al fútbol que creo que quieras o no, te hace perder constancia y poder mantenerte al mismo nivel siempre.

Pastore, en el Elche.  GETTY
Pastore, en el Elche. GETTY

¿A quiénes más incluirías en ese grupo de futbolistas que viven por y para el fútbol?

A Di María, sí, y Mbappé es una marca muy potente, pero creo que está gestionado de distinta forma. Le da mucho mas tiempo al fútbol que a lo demás, con 17 ya había una empresa familiar detrás, con la madre pendiente, siendo mas rigurosos con los contratos, primero el futbol porque el fútbol te da todo lo otro. En esa gestión la ha hecho muy bien.

¿Hablas con él? ¿Sabes qué tal está aquí?

Tengo relación con él, vivió dos años en mi casa de París, es un chico muy centrado, educado, habla idiomas, se nota que es de otro nivel. Ya con 18 años me di cuenta de que se quería comer el mundo y que quería ser mejor que todos los que estaban ahí (Di María, Cavani, Neymar…), pero lo hacía con humidad y respeto. Y eso me marcó la diferencia para saber que iba a ser distinto, porque pasaron muchos jugadores buenos por París, pero ninguno con el respeto que él tenía por los más mayores, portarse bien, ser educado, hablar cuando tienes que hablar…

¿Cómo les ves en el Madrid?

Puede jugar en la delantera de cualquier equipo, pero tiene su plus cuando juega por la izquierda, donde esta Vinicius, ahí haría muchas cosas mas y le daría más al equipo. Siempre uno tiene que adaptarse, nosotros lo sufrimos cuando Cavani e Ibra jugaban en la misma posición, Cavani se puso de extremo izquierdo e hizo 35 goles. De 9 hubiera hecho 50. Yo lo pondría por la izquierda, sí (a Mbappé).

¿Qué piensas cuando la prensa dice que no se puede encajar bien en un vestuario con tantos egos?

Suele pasar mucho, sí, pero depende de la persona y el grupo humano que haya, y por la gestión de los de arriba. Ancelotti tiene una gestión increíble y además conozco a Mbappé, así que sabía que ese problema no lo iba a tener.

No le afectan las críticas tampoco, es un chico muy preparado. Si eso me pasase, a mí lo sufriría porque yo no me preparé para ser el mejor.

¿Cómo se prepara para ser el mejor?

Lo tienes que tener acá, en la mente, sino no logras irte al Madrid con 25 y no con 23, el Madrid no te perdona una vez, si le vuelven a llamar es porque eres el mejor del mundo, y es lo que él transmite. Messi también se preparó para ser el mejor del mundo. ¿Cómo? No lo sé, es algo interno.

Pastore en una cafetería a las afueras de Madrid. Relevo | L. González
Pastore en una cafetería a las afueras de Madrid. Relevo | L. González

¿Tú has recibido ayuda psicológica?

Hice coaching para disimular el dolor, llevar la tensión a otro lado y me ayudó mucho, es fundamental que a los chicos les dé una formación psicológica. Ahora jugar al fútbol son contratos millonarios, la presión es más grande… Hace falta enseñarles más lo que les va a pasar. Ven la parte bonita en las redes sociales y que todo es fácil.

¿Va a costar más que salgan buenos jugadores como antes?

Decían que nunca habría un Maradona y salió un Messi, y ahora Lamine es lo más parecido a Leo. Si ves ahora los jugadores talentosos son marroquíes, porque vas a Marruecos y están todos los chicos jugando en la calle. El resto está con la computadora en casa y es todo más fácil. Antes teníamos más hambre.

¿Te has imaginado cómo hubiera sido tu vida sin fútbol?

Nunca me imaginé porque siempre fue muy claro para mí, desde los seis años que juego al fútbol y era mi vida, en mi mochila estaban los libros y la pelota.

¿Entonces crees que vas a poder ser feliz sin ello?

Ya soy feliz sin eso. Ha sido mi vida pero siempre tuve caro que el fútbol son 15- 20 años, más que eso es ir en contra de la naturaleza. Ahora ya no te conocen tanto por la calle, aquí estoy muy tranquilo. Elegí Madrid por eso, el italiano te conoce, y el francés desde haberles ganado el Mundial, le conocen mucho más. Fui la primera transferencia más cara de la historia de Francia, fui como el pionero y el parisino lo tomó como algo personal, se identificaban mucho conmigo. Fui a Italia y me convertí en un italiano más.

¿Nunca has estado cerca de fichar por un grande de España?

Hubo años que sí, en los años de Palermo se habló mucho con el Barça pero no tenía lugar para jugar ahí. Nunca fui una decisión del club. El Atlético, dos años seguidos me vino a buscar a París, en 2013-1015. Tuvimos conversaciones, pero yo estaba muy cómodo en París. El cholo me iba a poner a correr, he tenido luego esa charla con el Cholo. "Mira si hubiese venido aquí", le digo. "Te hubiese hecho mejor jugador, no, me hubieras puesto a defender", me responde, ja ja ja.

¿Alguna vez vio enfadado a Carlo Ancelotti?

Sí, dentro del vestuario sí, pero transmite mucha tranquilidad, además públicamente es alguien muy preparado. Le hemos visto enojado por no estar haciendo lo que él pedía, fueron muy pocas, pero sí.

¿Recuerda alguna anécdota en especial para definir el carácter del técnico italiano?

Eran casi las dos de la mañana de una noche en el medio del campeonato. Nos juntábamos siempre a comer después de entrenador, nos quedábamos de sobremesa, el restaurante cerraba y seguíamos dentro y cenábamos. Estábamos a cien metros del apartamento de Ancelotti. El 'Pocho 'Lavezzi le dijo que le iba a llamar, le dijimos que no lo hiciera, pero le llamó. Atendió: "¿Te pasó algo, Pocho?". "No, no, estamos aquí los jugadores que te hacemos ganar y queremos que vengas". A los pocos minutos apareció en pijama, pidió "los mejores vinos para sus jugadores" y se quedó ahí contándonos mil anécdotas de cuando jugaba. Yo alucinaba, era el técnico, y a las diez de la mañana entrenábamos. Tiene eso que hacía que después salías a la cancha diciendo "yo muero por él". Si me trata como un hijo. O un día estaba mal o me había peleado con alguien, me llamaba y me decía no vengas, quédate tranquilo, soluciónalo y mañana entrenas bien. Después si juegas bien y haces ganar al equipo, te permitía hacer lo que vos quieras. Si no querías entrenar cinco días, no entrenabas, pero el fin de semana tenías que jugar bien. Si lo hacías mal, no jugabas más. Generó un gran ambiente que perduró una vez se fue.

Háblame de tu hijo...

Santiago. Es un loco del fútbol, sigue a Mbappé, Messi, Varela… Tiene un ídolo por selección. Ahora es muy del Atleti porque tiene compañeros en el cole que sus padres juegan en el Atleti, y por Julián Álvarez. No le hago ver vídeos míos.

¿Por qué?

Prefiero que imagine y no se ponga a copiar a nadie, menos a su papá. Luego lo puede sentir más como una presión si el día de mañana quiere jugar al fútbol. Una sola vez puso Youtube a sus amigos que vinieron a casa. "Mi papá también juega", les decía.