París 2024, la bala a la que se agarran tres 'piratas' de la Selección
Sólo tres de la generación 2000 de esta Sub-21 podrán acudir a los Juegos Olímpicos.

La Selección española Sub-21 todavía digiere a estas horas el duro revés sufrido ante Inglaterra en la final del Europeo. No sólo fue el qué, sino el cómo: Jones marcó el 1-0 de rebote, que además debió ser anulado, y el capitán Abel Ruiz falló un penalti en el minuto 99. La derrota cerró el ciclo con las categorías inferiores de los integrantes de la memorable generación del 2000, pero a tres de ellos todavía puede quedarles una bala extra: los Juegos Olímpicos de 2024.
La Rojita certificó su presencia en París con la victoria ante Suiza en cuartos. Era el primer objetivo y se celebró por todo lo alto en la concentración... a pesar de que una injusta norma excluirá del torneo a muchos de los protagonistas de la clasificación. A todos les hace especial ilusión disputar unos JJ. OO., una experiencia prácticamente irrepetible en la carrera de un futbolista, pero las reglas FIFA sólo admiten la participación de jugadores nacidos a partir del 1 de enero del 2001 en la próxima edición.
Los 14 del 2000 que han compuesto esta Sub-21, por tanto, estarían obligados a quedarse fuera a pesar de haber sido los artífices del pase de España. Las grandes selecciones llevan años reclamando un cambio de normativa y que los Juegos pasen a ser una competición sub-24, pero por el momento el máximo organismo del fútbol mundial no da su brazo a torcer. A pesar de que España puede llevar un equipazo (los Pedri, Gavi, Nico Williams y compañía entran en esa franja), suena a cierta sinrazón que no se permita acabar el ciclo con los Juegos a aquellos jugadores que lo empezaron en 2021. Denia, de todas formas, se guarda un as bajo la manga para consolar a sus 'piratas', como él llama cariñosamente a la generación del 2000: hay tres excepciones para mayores de 23 y la RFEF suele utilizarlas para premiar a los que han conseguido la clasificación.
En Tokio 2021, por ejemplo, los afortunados fueron Dani Ceballos, Marco Asensio y Mikel Merino, claves para De la Fuente durante todo el proceso. Otros combinados usan esas plazas para llevar a estrellas veteranas (un ejemplo en los pasados Juegos fue Brasil, que convocó a Dani Alves), pero España siempre ha seguido la misma política en los últimos años. Es la línea que podría beneficiar a jugadores como Abel Ruiz o Sergio Gómez, fundamentales para Santi Denia desde la Sub-17 y que dispondrían de una última oportunidad con una selección no absoluta.

Ambos lo agradecerían, pero sobre todo Abel, muy afectado tras marrar la pena máxima que pudo haber llevado el duelo contra Inglaterra a la prórroga. El valenciano es el jugador con más internacionalidades en la historia de las inferiores y en este Europeo Sub-21 ha compartido el Pichichi con Gómez. Ellos son dos de los que quedarían relegados de París por la reglamentación, pero hay 12 más: Agirrezabala, Leo Román, Mario Gila, Paredes, Manu Sánchez, Miranda, Víctor Gómez, Guillamón, Antonio Blanco, Sancet, Rodri y Riquelme. Entre ellos, el técnico manchego sólo podría elegir a tres.
A expensas del permiso de los clubes
Hay otro condicionante a tener en cuenta: los equipos españoles están obligados a ceder a sus futbolistas, pero los extranjeros no. Fabián Ruiz (PSG), Ferran Torres y Mayoral (entonces en City y Roma, respectivamente) no pudieron asistir a los últimos Juegos al no recibir el OK de sus clubes, temerosos ante una posible lesión. El único que consiguió permiso fue Dani Olmo, que insistió al Leipzig hasta que recibió la autorización para cumplir uno de sus sueños.
Es un factor que podría poner en jaque a los propios Abel Ruiz (con contrato en el Braga hasta 2025) y Sergio Gómez (vinculado al City hasta 2027), que quedarían a expensas de obtener el visto bueno de sus equipos en caso de ser llamados. Lo mismo, hoy por hoy, afectaría a Víctor Gómez (Braga) y Mario Gila (Lazio). La medalla de oro en los Juegos se ha convertido en una especie de obsesión para la RFEF (no se logra desde 1992)... y tres de los que hoy lloran podrían tener una oportunidad perfecta para redimirse el próximo verano.