¡Ya te vale, Kroos!

Han pasado casi 24 horas de la retirada de Kroos y la catarata de opiniones sobre su decisión, sobre su persona, sobre su personalidad, sobre su oportunismo, sobre su sentido de la valentía o de la cobardía han invadido los medios de comunicación. En los clásicos de toda la vida y en los más modernos. En las redes futbolísticas y en las redes sociales. He echado en falta que mi nieta de tres años que ya identifica el fútbol con la imagen de su abuelo no me llamara desde la guardería para decirme que quería escribir un artículo sobre este alemán voladizo.
Uffff... Después de leer una treintena de cátedras y escuchar un centenar de opiniones sobre el alemán que ha optado por el camino más sencillo, el de la retirada en la plenitud, es complicado aportar algo que ya no se haya anunciado al mundo. Insisto. Cada vez es más complicado decir o escribir algo original. O simplemente defender lo que llevas un tiempo escribiendo (Relevo) o proclamando (Onda Cero). Me da la sensación de que ya no hay nada propio. Nada por añadir. Que todo es de todos. Afortunada, o desafortunadamente, una década de Kroos, de los 24 a los 33 años, es mucho Kroos. Es surfear o bichear, palabras de moda en la nueva etimología periodística/futbolística, sobre su constante evolución.
Del Toni que llegaba como campeón del mundo con Alemania en Brasil 2014 (¡vaya binomio!) y prefería estar más cerca del área contraria que de la suya; el del último pase y del remate desde la media distancia antes de erigirse en el organizador del juego; del hombre del primer pase entre centrales nunca se supo la verdad cierta. Nadie, ni el Ancelotti de la primera época (2014.15), ni el de la segunda, sin concluir; ni Rafa Benítez; ni Zidane; ni Lopetegui; ni Solari... han sabido realmente explicar dónde este rubio alemán del este alcanzaba la plenitud futbolística. Dónde se chutaba de verdad. Tampoco él nunca se ha expresado públicamente hasta que su hermano abrió el podcast. Que no se expresara públicamente no significaba que no supiera, tan bien o mejor que el entrenador de turno, lo que el equipo tácticamente necesitaba de su enorme talento técnico.
Él, teutón taciturno. Callado. Lo aceptó todo. Volante, ya fuera diestro o zurdo; medio centro puro con la responsabilidad de sacar el balón jugado en solitario o con un compañero al lado... Al final, con el tiempo, de donde sacó su mejor versión fue cuando le dijeron que tenía que ser el escudero de Marcelo. Proteger a un brasileño que conocía el verbo subir, pero no el verbo retroceder. O lo que es lo mismo, proteger tácticamente las subidas de un '3' que siempre soñó con ser un '11'. Guardar su posición... ¿Cómo se puede pedir a un tío tan bueno como Kroos que tiene que escoltar al prójimo de turno de forma desinteresada?
Él lo hizo. Su predisposición fue muy alemana: me compro una parcela de 10 x10 en la zona izquierda de mi terreno de juego y desde ahí me pongo a jugar al fútbol. Como si estuviera en Mallorca o en las Islas Canarias. Para qué voy a alquilar. Para qué me voy a limitar simplemente a mi parcela en el Bernabéu... Soy alemán. Mis euros valen más que los de los demás europeos, soy pudiente... Pienso en marcos. Compro en todos los estadios de Primera y de la Champions y ya son mi zona de influencia, de referencia. Desde mi parcela puedo dirigir y dirijo el juego del Real Madrid y de cualquier equipo que se precie... Y el mundo sí es menester.
Soy Toni, el del podcast de mi hermano, el que elegirá personalmente el día que me tenga que retirar. El mismo que dejó a la selección alemana para volver a ella cuando le ha venido en gana porque hay una Eurocopa en casa. El mismo que abandona el Real Madrid porque piensa que la temporada próxima puede acabar a mediados de julio, cuando acabe el primer Mundial de clubes que se parece a un Mundial de selecciones. Estos son sus razonamientos internos o en diferido. ¡Qué fatiga! Once meses más con la camiseta del Real Madrid, la que más pesa del mundo-mundial. Mejor digo auf wiederwsehen.
Evidentemente puede hacer lo que le dé la gana. Se va como campeón de Liga, puede que de Champions, puede que de la Eurocopa... No sería de extrañar que si el Madrid juega la Intercontinental la eche de menos. No creo que se inmute sobre la Supercopa de Arabia, que puede que no sea en Arabia y que le diga a su hermano que el nuevo Mundial de clubes tiene su retranca... Todo cabe en Toni Kroos. Con el escudo de ser alemán, de hablar lo justo, de experimentar sus sentimientos a gotas... vale todo. Incluso celebrar un título de Liga medio a escondidas y sin mostrar los dientes de la alegría.
Una pena. El Real Madrid, la Liga y el juego del fútbol en general pierden un jugador mayor. De los pocos que ejecuta en el mismo momento que piensa. O un segundo antes. Puede que dos. De los pocos que juega de primera con la derecha y con la izquierda; o que de un control orientado hace medio gol, por no decir un gol entero. El mismo que saca idéntico valor de un pase de tres metros en apoyo, que de uno de 40 que cambia el juego de poniente a oriente. Es Kroos, el alemán que ni siente ni padece, pero juega al fútbol como nunca pudo imaginar la madre que le parió. Birgit Kammer, jugadora de bádmiton y profesora de biología deportiva, para más señas.
¡Ya te vale Toni! Nos dejas con unos cuantos miles de pases dentro de tu cuerpo... Que seas alemán, que nacieras dos años después de caer el muro; que hayas ganado 33 títulos, entre ellos un Mundial con la 'Mannschaft'; cuatro Champions con el Real Madrid y una con el Bayern... y todo lo demás, no te da derecho a que no sigamos poder disfrutando de tu talento, de tu pausa, de tus apoyos, de tus coberturas, de tus cambios de orientación... incluso de tu tranco premioso que te hacía parecer más lento de lo que en realidad eres en los espacios reducidos. No te digo yo que la temporada próxima, en un momento determinado, no queramos plastificar a Camavinga porque precipita el juego a demasiada velocidad o maldecir a Tchouameni porque no es capaz de mandar al pie ninguno de sus pases teledirigidos... Entonces, si lo hacemos, este humilde 'juntaletras' llamará al podcast de tu hermano Félix e intentará acusarte de que nos has dejado tirados de mala manera.