El Osasuna-Barça de este año estuvo a punto de reprogramarse por un problema con el VAR
A diferencia de la semifinal de la Supercopa femenina entre Atlético y Barcelona que no tuvo videoarbitraje ,en el partido de Liga se planteó la posibilidad de comenzar más tarde, hasta que estuviera habilitado.

Este miércoles Atlético de Madrid y FC Barcelona se veían las caras en la primera semifinal de la Supercopa femenina que se celebra estos días en Butarque. Después del encuentro, que ganó el equipo culé con solvencia por 3-0, el Comité Técnico de Árbitros (CTA) emitió un comunicado en el que informaba de que el partido no había podido "contar con la tecnología del videoarbitraje hasta el minuto 70 debido a problemas técnicos de Mediapro, empresa proveedora de este servicio, con el procesado de las imágenes".
La escueta nota publicada por el CTA derivaba toda la responsabilidad en Mediapro, más allá de que el organismo arbitral depende de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), organizadora de la competición. La empresa audiovisual, por su parte, señaló a Relevo que se trataba de un problema con el proveedor del hardware y aunque apuntó inicialmente que emitirían un comunicado para aclarar lo ocurrido, dos días después no hay explicación oficial.
Aunque la colegiada del encuentro, Gil Soriano, avisó a las capitanas al inicio del partido para que supieran que la semifinal no tendría tecnología VAR como estaba proyectado para esta competición, en ningún momento desde el CTA se plantearon suspender o reprogramar el encuentro a diferencia de lo que sucedió esta temporada en un partido de LaLiga masculina en uno de los grandes sainetes del curso.
El pasado 28 de septiembre Osasuna recibía en el Sadar al FC Barcelona. Poco antes del partido, que comenzaba a las 21:00 horas, la unidad móvil que conectaba con la sala VAR de las Rozas no había llegado. Según ha podido saber Relevo, un fallo en la logística de Mediapro destapó que el último partido del día no contaba con la tecnología del videoarbitraje y como consecuencia, tampoco del fuera de juego semiautomático (SAOT) . Fue entonces cuando se activaron las alarmas y redirigieron la unidad que estaba haciendo el VAR en el partido entre el Mirandés y Huesca, para que fuera hacia Pamplona.
El problema fue que el partido de Anduva no terminaba hasta las 18:30 horas y el equipo tenía por delante hora y media de camino para desplazarse hasta El Sadar, por lo que alertaron a la policía, que escoltó la unidad móvil para llegar a tiempo al partido. En tiempo récord, desde la unidad móvil responsable de la señal del partido hicieron toda la sincronización de cámaras y calibre de planos con el vehículo del VAR para evitar que hubiera algún desfase temporal entre las cámaras y que el partido comenzara a tiempo. Nadie se enteró, hasta ahora.
Lo que también ha podido confirmar este medio es que el colegiado del encuentro, Guillermo Cuadra Fernández, en contacto con Antonio Rubinos Pérez, adjunto a la presidencia del CTA, informó a los equipos de lo que sucedía y planteó que, en caso de que el VAR no llegara a tiempo para el encuentro, el partido comenzaría con retraso. Lo que estaba claro, según trasladaron a ambos clubes y al director de partido, es que un encuentro de LaLiga no podía disputarse sin la tecnología del videoarbitraje y fuera de juego semiautomático, pues suponía un agravio comparativo respecto al resto de equipos.
La misma cúpula arbitral en España tomó decisiones distintas en un partido de LaLiga masculina y en la semifinal de la Supercopa femenina, que sí empezó sin la tecnología VAR. En Pamplona no se contempló otra opción que esperar a que estuviera habilitado mientras que con el fútbol femenino, y en una competición organizada por la propia RFEF, el CTA decidió que el partido comenzara sin videoarbitraje, que pudo recuperarse a falta de 20 minutos del final.