La opacidad de la "sala de operaciones" del árbitro VAR reserva: no cobran, no se graba y no se publican las designaciones

"No existe ninguna sala secreta en el VOR". Con esta contundencia desmintió el pasado mes de octubre Carlos Clos Gómez la existencia de una sala clandestina en Las Rozas, donde se realiza el videoarbitraje de los partidos de LaLiga. Lo cierto es que, más allá del adjetivo que se elija para ponerle apellido, existe una sala paralela a la VOR, conocida dentro del Comité Técnico de Árbitros (CTA) como "sala de operaciones", que no goza de la misma transparencia que la primera.

"Es también pública y conocida por todo el mundo y se utiliza para que haya un árbitro de asistente de vídeo de reserva para cada uno de los partidos. Esto es comprensible, dado que si una persona se pone enferma, además de llamar al médico, tiene que haber alguien preparado para sustituirlo", explicó en su momento Clos Gómez en Onda Cero. El argumento desde el estamento es claro: existe una sala paralela al videoarbitraje donde hay un "sustituto" por si el designado en la sala VOR para ese encuentro se sintiera indispuesto. Es decir, es como si fuera el "cuarto árbitro" del VAR.

La premisa es bastante razonable si no fuera porque esa "sala de operaciones" no recibe el mismo tratamiento que la sala VOR, a pesar de tener comunicación directa entre ellas. Pero, ¿por qué no se hacen públicos los nombramientos de los colegiados que desarrollan esa función como el resto de designaciones? ¿Está contemplado dentro del reglamento? Vamos paso a paso.

Cada semana, un día antes de que comience la jornada, desde el CTA se hacen públicas las designaciones arbitrales de cada uno de los partidos con el colegiado de campo, los asistentes, el cuarto árbitro y el equipo de la sala VOR -con el árbitro VAR y el AVAR, su asistente-. Sin embargo, ¿por qué no se comparte quién es el colegiado que ocupa la llamada "sala de operaciones"?

Los colegiados reciben por mail a inicio de cada semana sus asignaciones, y a través de un grupo de WhatsApp, habitualmente un par de días después, un cuadrante con los elegidos para ocupar la "sala de operaciones"-aunque en esta ocasión los llaman "VAR reservas"-, que también recoge los nombramientos de VAR/AVAR y los TV Observers; es decir, los observadores nombrados por el CTA que siguen el encuentro por televisión y elaboran posteriormente un informe interno sobre la actuación de cada colegiado. Todas las designaciones son públicas excepto las de los "VAR reservas" y los "TV Observer".

Además de no ser nombramientos públicos, los colegiados VAR reserva que ocupan la "sala de operaciones" no cobran por su trabajo. Los árbitros tienen contrato profesional (Primera y Segunda División) desde hace cuatro años y reciben una retribución fija, idéntica para todos en función de la categoría, y una variable, que depende del rol que ejerzan en cada partido. Es decir, a su nómina se le suma la cantidad estipulada, común para todos, en función de si han ejercido como árbitro principal, asistente, VAR o AVAR. Salvo si son VAR reserva, que, en ese caso, no reciben variable alguna.

Según señalan algunos testimonios, como esa función no está recogida en el reglamento general de la RFEF, LaLiga, que es quien abona el coste del arbitraje y videoarbitraje en España, no tiene contemplado en su presupuesto una cantidad dedicada a esa función. Es un rol gestionado desde el CTA, y como la competición no tiene referencias de su necesidad dentro del reglamento, no está incluido en la inversión que se hace durante toda la temporada. Se trata de una figura de refuerzo por parte del Comité presidido por Luis Medina Cantalejo, pero que no se remunera.

La sala VOR se graba durante todos los partidos, tanto el audio como el vídeo, y desde el pasado 10 de enero de 2024, según rezaba el comunicado de la RFEF, comenzaron a "publicar las imágenes y el audio de las conversaciones entre el árbitro de campo y el árbitro VOR cuando se produce una revisión de la jugada en el monitor de campo, a través de los operadores oficiales de las competiciones y una vez finalizado cada día de competición de la jornada".

Sin embargo, la "sala de operaciones", que tiene dos pantallas para seguir el partido y comunicación directa con la sala VOR, no registra su funcionamiento y, por tanto, podría recibir indicaciones externas o entrar en contacto con el árbitro VOR sin que quedara reflejado en las conversaciones que se hacen públicas.

El 28 de junio Relevo adelantó que Carlos Clos Gómez, máximo responsable del videoarbitraje español, se autonombró en el derbi madrileño como árbitro reserva de la "sala de operaciones", a pesar de no poder hacerlo.

En una reciente entrevista en el diario Marca, el responsable del VAR respondió sobre este asunto, alegando que su nombre aparece en el cuadrante cuando falta alguien para no olvidarse que tiene pendiente esa designación: "Cuando llega el jueves, igual el borrador se ha cambiado diecisiete veces y llega el momento de ver si falta alguno. Igual hay alguno que no hay nadie claro para designar, me pongo yo para saber que falta alguien. Por supuesto que todos los partidos de Primera y Segunda tienen adjudicado un VAR y un reserva y en ningún caso soy yo", aseguró.

Sin embargo, Relevo ha podido confirmar que Clos Gómez estuvo en la "sala de operaciones" durante aquel partido. ¿Qué hubiera pasado si Guillermo Cuadra Fernández, árbitro VAR en el derbi madrileño, o Juanjo López Mir, AVAR, se hubieran sentido indispuestos? ¿Hubiera aparecido el jefe del arbitraje español desde la sala VOR para sustituirles cuando no debía hacerlo?

El argumento aportado desde el CTA tras conocer que existe una "sala de operaciones" es la posible sustitución de los árbitros VAR o AVAR en caso de indisposición. Para mayor transparencia del estamento, sería conveniente que los nombramientos fueran públicos, que se registrara su funcionamiento como se hace con la sala VOR con quien tiene comunicación directa y, sobre todo, que los colegiados cobraran por su trabajo. Para que algo no sea secreto, lo mejor es contarlo.