La dura realidad de la selección femenina de Palestina para jugar: "Hay riesgo de que les disparen o les arresten"
Una jugadora, Charlotte Phillips, relata la resiliencia del equipo y cómo el fútbol acabó con un trauma en su familia.

"Soy palestina". Una frase. Un miedo. La familia de Charlotte Phillips ha convivido con el temor de hablar abiertamente sobre su procedencia durante años. Ella misma, nacida en Canadá, lugar al que emigraron tras la Nakba de 1984, desvela cómo normalizó ocultar sus raíces hasta que el fútbol apareció en su vida para sanar un doloroso trauma. "Siempre me advertían que tuviera cuidado con las personas a las que le confiaba esa información", recuerda Phillips en una entrevista con Her Football Hub. También denuncia el gran peligro que asumen muchas integrantes de la selección de Palestina cada vez que tienen que viajar para un partido: "Hay riesgo de que les disparen o le arresten".
Con un pasado cruel en su familia -sus abuelos y padres sufrieron ataques de las milicias y vieron morir asesinados a amigos y familiares-, el tiempo y el fútbol le devolvieron el orgullo de ser palestinos. "¿Por qué no debería ser abierta sobre quién soy? ¿Por qué debería ocultarlo? No quiero trabajar para nadie que no me respete como palestina", aseguró la guardameta, que empezó a jugar al fútbol en Canadá y, actualmente, juega en el York Lions.
Phillips inició una profunda reflexión junto a los suyos y dio un paso clave para todos: volver a Palestina y representar a su país. A pesar del temor de su madre. "Mi madre estaba muy nerviosa porque toda su vida le habían dicho que tuviera cuidado. Así que representar al país y la historia de mi familia me hizo pasar por un proceso de desaprenderme de todos los prejuicios. Toda la precaución –no vergüenza, porque no tenían vergüenza– estaba empezando a desaparecer", apunta.
Para comprender mejor la historia hay que situarse en 2023. Phillips recibió una llamada que esperaba que fuera su última convocatoria internacional a la selección sub-20 de Palestina. Sin embargo, fue su primera citación con la Absoluta para dos partidos contra Arabia Saudita.
"Fue la primera vez que fui a Palestina. Fue la experiencia más surrealista de mi vida. Me sentí muy conectada", recuerda con Her Football Hub. "Estaba muy nerviosa. No esperaba ser titular ni siquiera debutar en mi primer campamento, pero sucedió de esa manera y estoy muy agradecida de que así haya sido. A veces todavía no puedo creerlo", añade.
En ese momento, Phillips entendió mucho mejor la situación de sus compañeras. "Fue una experiencia muy importante poder jugar con personas tan apasionadas. Me enseñaron muchísimo sobre Palestina y cómo llevar esa bandera cada vez que jugamos o entrenamos. Esas mujeres son algunas de mis mejores amigas ahora", declara, al tiempo que cuenta la gran admiración por todas ellas.
"Mi plan de viaje era completamente diferente al de algunas de ellas. Solo tuve que tomar tres vuelos para llegar a Jordania y reunirme con el resto del equipo. Las chicas que viven en Palestina ocupada, sin embargo, tienen que pasar por los pasos fronterizos... Si tienes un pasaporte palestino, no puedes utilizar los aeropuertos israelíes", explica.
Y profundiza en los casos de dos de sus compañeras. "Dos de nuestras jugadoras viven en Belén, en Cisjordania, por lo que tienen que viajar durante horas hasta los puestos de control para intentar cruzar la frontera y entrar en Jordania. Les llevó todo el día viajar, primero en coche y luego a pie, con un calor extremo de 40 grados después de que las fuerzas israelíes cerraran repentinamente la frontera. Ambas llevaban enormes maletas con su equipo, ropa y botas para el torneo. Decidieron rodear el puesto de control a pie, subiendo una gran colina. Si perdían el vuelo en Jordania, se perdían los partidos", narra.
En realidad, el viaje desde Belén hasta la frontera jordana debería durar aproximadamente media hora. Existe un grave riesgo de morir al cruzar la frontera, como hicieron Aita y Shatara. De hecho, según informes de Amnistía Internacional, 507 palestinos fueron asesinados en Cisjordania en 2023 al intentar cruzar la frontera. Mientras que, en octubre de 2024, Al Jazeera informó de que 410 deportistas, entrenadores deportivos o funcionarios habían sido asesinados en Palestina. De ellos, 297 eran futbolistas. Un dato que evidencia cómo muchas compañeras de equipo -un 30% vive en la Palestina ocupada- arriesgan su vida cada vez que tienen que viajar para un partido.
"Esto las pone en riesgo de que les disparen o les arresten. Están arriesgando todo por la oportunidad de representar a Palestina. Esto demuestra lo fuerte que es su resiliencia y, a través de eso, me enseñan. Los respeto muchísimo y son las mejores personas, las más genuinas, solidarias y resilientes que conozco", sentencia Charlotte Phillips, quien ahora alza con orgullo la bandera de Palestina y ha logrado que sus padres la miren hacerlo sin miedo. Porque tienen el derecho hacerlo y porque nunca nadie debería sufrir alguna consecuencia por ello.