Francia despliega el mayor efectivo policial para recibir a Israel entre el miedo y la polémica: "Estoy demasiado asustado"
Más de 4.000 agentes velarán en Saint Dennis y sus alrededores por la seguridad de un partido que los grupos de izquierda han pedido anular
Francia se blinda para uno de los partidos más tensos que se recuerdan en suelo galo. Mañana el equipo nacional dirigido por Didier Deschamps y sin Kylian Mbappé en sus filas, se enfrenta a Israel en busca de un billete para la Liga de Naciones. Un partido que ha pasado a ser mucho más que un encuentro de fútbol, convirtiéndose casi en una cuestión de estado que ha llevado al Ministerio del Interior a desplegar un efectivo de seguridad sin parangón.
"No existe ninguna amenaza particular, pero el riesgo cero no existe", afirmó el martes por la tarde el ministro del Interior, Bruno Retailleau, en TF1, elogiando las "medidas excepcionales". "Habrá doble control, un perímetro de seguridad alrededor del estadio antiterrorista. Tendremos un total de 4.000 personas en el sistema", dijo el domingo Laurent Nuñez, prefecto de policía de París. Se desplegarán 2.500 policías y gendarmes en los alrededores del estadio, 1.500 en París y sus vías de acceso.
Un dispositivo policial enorme para evitar cualquier tipo de altercado que ha nacido envuelto en la polémica. Hasta el punto de que los grupos de izquierda han pedido su suspensión. La Francia Insumisa (LFI), principal partido de izquierda del país, pidió este martes que se anule el encuentro de fútbol Francia-Israel del jueves por riesgos de seguridad por el conflicto en Oriente Medio.
La presidenta del grupo de LFI en la Asamblea Nacional, Mathilde Panot, justificó esta solicitud porque "el riesgo de incidentes es muy alto", apenas cinco días más tarde de los incidentes con algunos hinchas israelíes del Maccabi Haifa que se habían desplazado a Ámsterdam para un partido europeo ante el Ajax. El LFI, el tercer partido en número de diputados en la Asamblea Nacional y que atrae buena parte del voto musulmán en Francia, ha sido especialmente crítico con Israel desde los ataques de la milicia islamista de Hamás, del 7 de octubre de 2023, y la respuesta israelí a los mismos.
De momento la suspensión del choque no es una opción, aunque el clima en torno al partido sigue cargándose cada vez más. De hecho se ha convocado una manifestación tres horas antes del partido en las inmediaciones de Saint-Dennis para protestar por la celebración del choque y mostrar su apoyo a la causa palestina, continuando con el ambiente que ya se vivió en el Parque de los Príncipes en el choque de Champions ante el Celtic de Glasgow, en el que la afición del PSG desplegó pancartas con lemas como 'No jugamos con el genocidio' o 'Libertad para Palestina'.
"Es un período muy complejo para nosotros", ha asegurado Shino Moshe Zuares, presidente de la Federación Israelí en una entrevista concedida a Ouest France. Sabemos lo que representamos y estamos orgullosos de representar a nuestro país. Los acontecimientos de Ámsterdam no hacen más que fortalecernos y no dejaremos que el odio y la ignorancia nos derroten".
"Los acontecimientos de Ámsterdam no hacen más que fortalecernos y no dejaremos que el odio y la ignorancia nos derroten"
Presidente de la Federación IsraelíTodo este clima de tensión que rodea al encuentro se ve en cada desplazamiento de la selección por el perímetro de seguridad que va desde su hotel hasta el estadio. Un trayecto en el que le acompañan coches de policía y un helicóptero, aumentando la seguridad en torno al equipo hebreo, pero también la desconfianza y el miedo entre los habitantes de París, que apenas acudirán al estadio.
"Hay más seguridad casi que en los Juegos", aseguraban los vecinos de la zona en declaraciones recogidas por L'Equipe. Es el caso de Stéphane Brousse, que ha estado valorando hasta el final la posibilidad de ver el partido en el estadio, aunque finalmente lo ha descartado: "Finalmente decidí que no iría al Stade de France. Estoy demasiado asustado, sobre todo después de lo que pasó en Ámsterdam".
Como Brousse, muchos aficionados han declinado la opción de ver el partido en el estadio. De hecho habrá muchas 'calvas' en la grada. Se esperan unos 20.000 espectadores, en un recinto con capacidad para más de 80.000 personas. Pero no por ello el sistema de seguridad será menos estricto en el recinto y a sus alrededores, donde ya se ha pedido a los comercios y restaurantes que echen el cierre a sus negocios a las 15:45, cinco horas antes del comienzo de un partido nacido entre la tensión y la polémica.