LA ENTREVISTA (1ª PARTE)

Ana Muñoz responde por primera vez en ocho años tras su dimisión de la RFEF: "No es sólo Rubiales; conozco cómo suelen reaccionar algunos ahí dentro"

La vicepresidenta de Integridad de la Federación se fue en 2020 tras año y medio en el cargo, después de plantar cara varias veces al presidente suspendido.

Ana Muñoz, exvicepresidenta de Integridad de la Federación. /RELEVO
Ana Muñoz, exvicepresidenta de Integridad de la Federación. RELEVO
Alfredo Matilla

Alfredo Matilla

Si algo caracteriza a Ana Muñoz Merino (Valencia de Don Juan -León-, 1964) es la dulzura y la sensibilidad con la que se comunica y, al mismo tiempo, la asertividad y la concreción con la que dispara sus mensajes. El hecho de ser Licenciada en Derecho y Doctora cum laude por la Universidad de Navarra le hace sabedora de la importancia que tienen en los cargos de responsabilidad la precisión de las palabras. Sobre todo en el tema que vamos a abordar. Cuida el lenguaje como a un niño.

Después de haber sido, entre otras cosas, directora de la Agencia Española de Protección de la Salud en el Deporte -antigua Agencia Antidopaje-, directora general del CSD [con Miguel Cardenal] y vicepresidenta de la Federación y responsable de su Departamento de Integridad con Luis Rubiales durante año y medio hasta que dimitió, hay ansiedad por preguntarle. No concede una entrevista desde hace ocho años [ahora continúa con su puesto en el ayuntamiento de Madrid] y hay mil temas, nombres y situaciones en el tintero. Pero la actualidad manda.

Entra por la puerta de la sede de Vocento con una sonrisa plena. Hace unas semanas fue invitada por Relevo para participar en un foro y ya se sintió como en casa. "He decidido venir y hablar porque habéis demostrado ser un medio serio", sentencia. Esa jovialidad, sin embargo, se transforma por completo con el clic que activa la grabadora. Lo único que mantiene siempre intacta y fija es la mirada. El asunto a tratar, la crisis de Rubiales, no admite bromas. Las opiniones de Ana en Twitter, el único altavoz que hasta ahora había utilizado, es sólo un aperitivo de lo que viene a contar en una conversación de hora y media que se ha dividido en dos partes. Aquí, la primera.

¿Cómo de contenta y cómo de triste se encuentra por todo lo que ha supuesto para el fútbol, la Federación en la que usted trabajó y nuestra sociedad esta crisis protagonizada por Luis Rubiales?

Hace muchos años que no me siento delante de un periodista. Creía que ni era necesario ni tenía nada interesante que decir. Incluso las razones que me llevaron a irme de la Federación eran mías y, por lo tanto, no tenía por qué compartirlas. Pero la verdad es que estos días han sido bochornosos, algo vergonzante, triste. Pensé que lo que estaba pasando se llevaba por delante demasiadas cosas buenas que yo había vivido en primera persona. Me da mucha pena por mi país, por el deporte español, por supuesto por el fútbol, y me pregunto cuántas preguntas tendremos que soportar en el futuro como aquellas que en su día nos hicieron con la candidatura olímpica Madrid 2020 sobre el dopaje. Serán muchas durante mucho tiempo.

Recapitulemos. La Selección femenina ganó el Mundial el pasado 20 de agosto y ese domingo a mediodía [en España] empezamos a observar lo que estaba sucediendo en el palco y en el césped de Sídney. ¿En qué momento empezó usted a darse cuenta de la gravedad de lo que estaba ocurriendo?

Desde las imágenes del palco. No necesité llegar al césped. Lo que sucedía allí era un despropósito absoluto. No sólo era una pérdida de papeles. No sólo el momento de efusividad te lleva a comportarte así en esa situación, sino a creer que no hay nada alrededor tuyo que merezca la pena. Que no hay nadie de los millones de ojos que te están observando que merezca que tu comportamiento sea distinto. De cualquier persona se exige que conozca en primer lugar dónde está. Hay una frase cántabra, una tierra a la que quiero mucho porque he pasado mucho tiempo allí, que dice 'éste no sabe dónde está pinao'. Es muy ilustrativa. Uno tiene que saber dónde está. No sólo tiene que saber quién es, sino dónde está. Porque seas quien seas tu comportamiento tiene que ser distinto precisamente por el lugar donde estás. Y allí había millones de ojos expectantes, viendo a una persona que no sólo perdía los papeles, sino que representaba a nuestro país, representaba al deporte. Y lo más importante...

¿Sí?

Allí había millones de ojos de niños que lo que contemplaban es que, cuando ganas, cuando consigues en el terreno de juego que tu rival humille, tú te encargas de darle la puntilla. ¿Qué es lo que van a hacer los niños cuando ganen los sábados o los domingos en los partidos de fútbol? Se van a ir a la grada del rival y se van a agarrar la entrepierna para demostrar que ellos son más que nadie. Ése fue el momento en el que me empecé a dar cuenta que todo se había ido de madre.

"¿Qué harán los niños cuando ganen? Se van a ir a la grada del rival y se van a agarrar la entrepierna para demostrar que ellos son más que nadie. Es terrible"

Ana Muñoz Exvidepresidenta de Integridad de la Federación

Tiene perfil en Twitter (ahora X) desde 2015. Su actividad era más bien irregular, pero con este caso ha sido muchísimo más activa. El primer tuit que usted publica sobre la Selección en ese momento es de felicitación, y hace una aclaración: "Supieron que el objetivo era mucho más grande que los problemas". ¿Se acordó especialmente ahí de esas 12 jugadoras que denunciaron cosas que ahora están viendo la luz y que se tuvieron que quedar en casa?

Por supuesto, me acordé de ellas y además porque precisamente en esta casa, la última vez que participé en un foro con otras personas para hablar de deporte, me preguntaron cuál era mi opinión sobre lo que estaba pasando en ese momento en el vestuario de la Selección. Dije que tenía que ser muy complicado llegar a la situación de denunciar fuera, cuando la regla en el fútbol y en muchos deportes es que lo que pasa en el vestuario se queda en el vestuario, se soluciona allí. Pero también dije que tenía que ser muy complicado para el seleccionador encontrarse con una situación de ese tipo y saber gestionarla. Entonces todavía se podían arreglar las cosas. Y las cosas no se arreglaron.

Al revés.

Llamar a las jugadoras una a una y someterlas, en definitiva, a enfrentarse a situaciones que no son las habituales para ellas. Es un mecanismo de presión psicológica muy efectivo. Porque cuando te sacan de tu entorno natural, cuando te llevan a un lugar donde tú habitualmente no estás, que son los despachos, estás fuera de juego. Y al estar fuera de juego, lo que hagas no tiene el mismo valor que lo que haces en el terreno de juego. De manera que me parecía que en aquel momento había que felicitar a las deportistas, no sólo por lo que habían conseguido, un éxito magnífico, extraordinario, inesperado para muchos, sino que habían conseguido superar la situación.

Lo conseguido quedó en un segundo plano.

Eran capaces de centrarse en el objetivo, que era ganar el Mundial. Uno va a un Mundial para ganarlo, con independencia de cuál sea la posición en la que quede. Pero aquí se quedó en la retaguardia un número de jugadoras, importante, no era un número menor, que tuvieron que renunciar. Se lo he escuchado a muchas de ellas, ¿no? Renunciamos a un sueño. Dios mío, a mí esa frase me pareció terrible, porque los deportistas son dueños de nuestros sueños, porque ellos también los tienen. Te trasladan una capacidad de vivir una situación ajena que es maravillosa. Entonces pensé en cuántas lágrimas estarían derramando de alegría por un lado, porque al fin y al cabo ellas formaban parte de ese equipo, pero a la vez también de una tristeza enorme de no poder compartir con sus compañeras ese éxito por haber sostenido su dignidad. No digo que las demás la perdieran, ni muchísimo menos, porque cada uno tiene que ser consciente también de hasta dónde puede llegar o hasta dónde quiere llegar. Y ellas decidieron que no querían seguir dando pasos en una dirección que la realidad ha acabado demostrando que era mucho mayor de la que ellas denunciaron.

Ana Muñoz:«No es sólo Rubiales»RELEVO

 Ese mismo domingo por la noche ya hace RT a una reflexión entre periodistas de 'El País' criticando el comportamiento del presidente de la RFEF. Pero no es hasta al día siguiente cuando empieza a condenar de verdad con dureza lo ocurrido ("dueños, amos, chulos...", "hay que mojarse", "no bastan las disculpas", "omertá", "inhabilitación a todos"). ¿Qué terminó de animarla a dar el paso para ser tan incisiva públicamente y exigir responsabilidades?

Ver lo que intuía que iba a pasar. Conozco más o menos cómo suelen reaccionar algunos de los personajes que intervinieron. Algunos de los que han intervenido en la gestión de la crisis, porque no fue sólo uno. Imaginaba por dónde iban a ir los tiros. Es necesario encontrar compañeros de viaje para justificar lo que hemos hecho... Es necesario tirar balones fuera. Es necesario relativizar cualquier opinión ajena, porque al fin y al cabo somos campeones del mundo, somos campeonas del mundo. También en esa cuestión hubo algunos matices muy interesantes hechos el día de la Asamblea... Hubo un mensaje de Carlos Arribas, periodista de El País, al que tengo un grandísimo respeto por mi etapa al frente de la Agencia Antidopaje, donde en contestación a una mujer decía algo que me pareció durísimo, pero real. Dijo: 'El fútbol conquistó a las mujeres y no fueron las mujeres las que conquistaron el fútbol. ¿Qué esperabas? Esto es el fútbol'. Y ahí fue donde me rebelé porque no es verdad.

¿Cuál es la verdad?

El fútbol es así cuando hay sujetos que hacen que el fútbol sea así. Pero el fútbol puede ser absolutamente maravilloso, como lo es el deporte, precisamente por eso, porque hace que soñemos con vidas que no tenemos, hace que soñemos con lances que quisiéramos vivir nosotros en primera persona o nuestros hijos o aquellos que disfrutan con el éxito ajeno. Y dije, '¿cómo que no?' No es posible, no es posible que el fútbol, que el barro del fútbol, haya arrastrado aquello a lo que realmente merece la pena ponerle foco, ponerle luz. Y fue precisamente ahí cuando dije 'se acabó, es el momento de no callar'.

¿Y si Rubiales no hubiera hecho lo que hizo en el palco ni hubiera besado sin consentimiento a Jenni, qué situación y que Federación tendríamos ahora mismo? Igual la frase 'a veces lo malo, conviene' tiene más sentido que nunca.

La Federación del día después del Mundial es la misma que la del día antes del Mundial. No cambió nada. Todo lo contrario. Las actitudes que hemos visto posteriormente de personas que forman parte de la RFEF, tanto de su estructura directiva como de la Asamblea, o de quienes forman parte de la Junta Directiva, han agravado lo que se vio en el palco y lo que luego vimos en el césped. Y lo han agravado por falta de valor. O por miedo, no sé. La falta de valor y el miedo no es exactamente igual. O no siempre tienen que ir acompañados. No tuvieron la dignidad suficiente para salir, primero para hablar con el presidente, para decirle que no era posible que España estuviera dando la imagen que se acababa de dar. Y en caso de que él hubiera respondido lo que respondió a la prensa -idiotas, tontos del culo, que me dejen en paz, somos campeones, no saben de lo que hablan, estúpidos al fin y al cabo-, si en ese momento ellos hubieran tomado las riendas de lo que dicen que es la Federación, no estaríamos donde estamos. Pero no sólo no tomaron las riendas, sino que callaron, consintieron y otros jalearon a su manera. Total, si tampoco fue tanto... Si al fin y al cabo era un beso... Pero es que no era sólo el beso. El beso es uno de los árboles de un bosque mucho más frondoso. Y a veces puede ser equivocado que nos fijemos exclusivamente en uno de los árboles, porque entonces no vemos todo el panorama que hay. Y el panorama es desolador.

De eso justo quería hablarle. Mucha gente, intencionadamente en algún caso, se está esforzando por resumir toda esta crisis en un beso. Pero han pasado muchas más cosas en estos diez días. De todo lo que ha visto, ¿qué es lo más grave?

El palco, las imágenes del palco. Porque en el palco se estaba resumiendo lo que de verdad se sentía. El presidente sintió que él era el campeón del mundo; femenino, masculino y de cualquier tipo. Él había ganado el Mundial. Y de hecho, algunas de las explicaciones que dio son absolutamente innecesarias. Cuando uno mete la pata, por llamarlo de una manera muy sutil, la imagen que estás ofreciendo al mundo es que tú eres dueño y señor de lo que allí sucede y que, por lo tanto, haces lo que realmente te viene en gana porque eres dueño, amo, chulo. Efectivamente, son los comportamientos de aquellos hombres que se atribuyen el derecho a decirle a las mujeres qué es lo mejor para ellas, cuál es el camino que deben elegir y que no se preocupen porque, al fin y al cabo, su futuro está garantizado con ellos. A esos yo les llamaba chulos, amos, dueños. Es el estereotipo típico. Y cualquiera de esos tres calificativos se los estaba dirigiendo al presidente de la Federación a la vista de lo que yo estaba viendo. Igual que lo estaba viendo yo, lo estaban viendo millones de niños. Y eso me parece terrible.

"Lo más grave de estos días día son las imágenes del palco, que es donde de verdad el presidente sentía que él era el campeón del mundo, que hace lo que le da la gana porque es dueño, amo, chulo"

Ana Muñoz Exvidepresidenta de Integridad de la Federación

¿Qué le sugiere que la Federación todavía no se haya pronunciado sobre la información que publicó 'Relevo' de que Rubiales rogó y presionó a Jenni para salir en un vídeo de disculpas junto a él y que, además, inventó y difundió palabras suyas para exculparle?

Ya no sólo a desmentir, sino a hablar sobre eso. No sé qué le sucedió. Hombre, Relevo publicó una información muy relevante. Estoy convencida de que es absolutamente contrastada. Ustedes son un medio muy serio. Y por lo tanto son denuncias muy graves las que allí se dicen. No me sorprenden. Cuando alguien no hace las cosas bien, tiene dos opciones. Por un lado, sentarse cinco minutos a pensar, o si no es capaz de hacerlo por el estado de excitación en el que se encuentra, escuchar a aquellas personas que están a tu alrededor que precisamente tienen que tener la sangre fría y el valor para decirte lo que no está bien. O, por el contrario, dar una patada para adelante y dejar seguir la bola. Y seguir haciendo creer que si tú tapas lo que ya has hecho, si no se conoce, si conseguimos el contubernio de otros para que no parezca lo que todo el mundo ha visto, quizás con eso consigamos que la mirada se dirija hacia otro lugar. Pero las mentiras tienen las patas muy cortas. Muy, muy cortas. Y siempre acaba apareciendo alguien que o estuvo y aceptó, pero luego deja de hacerlo; o por el contrario, nunca consintió aquello y en algún momento determinado lo dirá.

¿Lo analiza como un cúmulo de torpezas, a cada cuál peor que la anterior, o como una estrategia que intentaron llevar a cabo desde el primer error y que no tuvo éxito?

Quiero pensar que es un cúmulo de torpezas. Porque si es una estrategia, estamos hablando de cosas muy serias. Mucho más serias de las que estamos hablando ahora, que ya de por sí lo son. Prefiero pensar que no fueron conscientes de la relevancia que estaba teniendo, y empiezan a recibir llamadas de quienes son las personas que están pidiendo explicaciones y disculpas. El ministro Iceta ya se había pronunciado porque veía el tsunami que se les venía encima. Yo creo que no eran conscientes todavía de la dimensión. Pero se empiezan a dar cuenta de que las autoridades deportivas españolas están pidiendo un comportamiento distinto e intentan arreglarlo. Intentan arreglarlo dando pasos erróneos, equivocados, en una dirección que no conduce más que al desastre como el que hay en este momento.

Vamos a intentar hablar de política lo menos posible, porque todo se ha politizado mucho, pero me surge una pregunta recordando aquel tuit de Echenique con el que también prendió la mecha, la palabras tan tajantes de Iceta, el momento en el que Yolanda Díaz entra en tromba.... ¿Con un Gobierno de otro color se hubieran denunciado tan pronto y con tanta contundencia los hechos que todos vimos?

Lo desconozco y, además, es un terreno que me da exactamente igual. No es necesario llegar al terreno de la política para analizar los hechos que han sucedido. Es cierto que se ha dicho por parte de algunos que se ha sobredimensionado y que hemos llegado a una situación absolutamente insostenible donde la política ha entrado en juego. Hay que analizar previamente qué es eso de sobredimensionar.

¿Qué es?

¿Alguien cree que no tenía dimensión suficiente un campeonato del mundo femenino ganado por España? Ésa era la dimensión. El lugar donde estábamos. La dimensión no se produce después. Por eso los actos que se producen en un lugar con una dimensión como la que tenía es previsible que tengan una reacción de las mismas dimensiones. Desconozco cuáles son las razones por las que unos partidos u otros hacen afirmaciones, las desmienten, se desdicen, utilizan más o menos intensidad. Me da exactamente igual. No he hecho ningún comentario ni lo haré con ninguna connotación política. Soy una mujer libre que dice lo que piensa al margen de sus convicciones políticas. No comparto ni dejo de compartir ninguna de las opiniones que se han vertido porque tengo las mías propias. La política entra en el deporte para gestionar todo aquello que el deporte por sí mismo no es capaz de hacer, porque debiera ser capaz de autogestionarse. Y aquí hemos tenido la prueba de todo lo contrario.

Usted ha trabajado mano a mano con Rubiales durante un año y medio en la Federación (mayo 2018-diciembre 2020). ¿Intuía que esto que ha pasado podía suceder en algún momento e incluso que después iba a morir matando?

Me sorprendió enormemente su comportamiento en el palco y en el césped. Completamente. En la Asamblea, no. Es una persona que sabe bien lo que dice y que cuando prepara una intervención es plenamente consciente de lo que dice porque la tiene muy bien preparada. Está muy bien asesorado jurídicamente y nada de lo que dijo estaba dicho al azar. Nada. Ninguna de sus explicaciones eran casuales, sino causales.

Los que seguimos las Asambleas de la RFEF desde hace mucho tiempo, sabemos que el presidente de COE, Alejandro Blanco, acude invitado con asiduidad e incluso interviene con un discurso. Nuestro compañero, el polideportivo y olímpico periodista Andrés García Armero, desveló que en privado le pidió que dimitiera antes de esa cita. Pero luego a la Asamblea no acudió. ¿Qué le pareció?

No sé si tiene que ir a la Asamblea. Es un invitado. Un invitado de relevancia que siempre ha asistido. No sólo a la de la Federación de Fútbol, sino que acude habitualmente a las del resto de federaciones y acompaña a los presidentes y deportistas. Es una persona que nunca ha dejado de lado los éxitos del deporte español. Pero yo le he echado de menos. Mucho. Mucho. Y particularmente porque él ha sido muy explícito en algunas ocasiones defendiendo comportamientos de diversos presidentes de la Federación. No sólo de Luis Rubiales, sino también de Ángel María Villar. Le he echado de menos. Yo creo que le han echado de menos las deportistas. El Comité Olímpico Español sí felicitó a las deportistas. Se ha echado de menos que ante una crispación internacional dirigida hacia nuestro país por razones del deporte, el máximo dirigente del deporte olímpico español no salga. Estoy segura que lo ha hecho de manera consciente. Ha convocado para este viernes una rueda de prensa para hablar de los éxitos del verano del deporte español. Seguro que tienen la oportunidad de preguntarle por qué no estaba allí.

"He echado mucho de menos a Alejandro Blanco (COE). Y las deportistas. Particularmente porque él ha sido muy explícito defendiendo comportamientos de Rubiales y de Villar"

Ana Muñoz Exvidepresidenta de Integridad de la Federación

Varios periodistas de nuestro medio, y seguro que muchos otros en otras redacciones, tenemos los teléfonos llenos de asambleístas explicando que les engañaron para estar en esa Asamblea de la discordia. Casi todos, ese viernes, aplaudieron. ¿Hay que comprenderles y exculparles o tienen que asumir responsabilidades y dimitir?

¿Usted cree que con la dimensión que ha adquirido estos lamentables hechos, con el tiempo transcurrido entre el partido y la convocatoria de la Asamblea, una persona mayor de edad, libre, independiente, que es capaz de reflexionar, aún siendo engañado, no tiene la dignidad suficiente para levantarse e irse, para no aplaudir o simplemente para, cuando está observando lo que ve, no participar de ello? A mí me cuesta mucho. Les presumo a todos personas mayores. Les presumo a todos personas que conocen el fútbol perfectamente porque son asambleístas. Supongo que no están allí porque no tengan nada que ver con el fútbol. Seguro que cada uno de ellos representa a uno de los estamentos de los que se compone la Asamblea, por lo tanto representan al colectivo que les eligió y han tenido muchísimo tiempo para informarse de cuál era la situación. Y si creían que el presidente iba a dimitir y estaban allí, como alguno ha dicho, simplemente para agradecerle los éxitos como gestor, pues que le escriban una carta y le digan que sus éxitos como gestor han sido magníficos, pero que el desastre al que ha abocado a la Federación le impide continuar con su presencia. Porque quienes estaban allí, quienes callaron, quienes aplaudieron, quienes se pusieron de pie y quienes jalearon, estaban compartiendo todo lo que se estaba diciendo. Es que...

Diga, diga.

No hubo ni apartados del orden del día donde se dijera vamos a analizar la gestión, ahora vamos a analizar el partido, ahora vamos a analizar mi comportamiento. No, fue en directo y fue lo primero de lo que se habló. No de los éxitos de la selección. No. Se dieron explicaciones de por qué se había comportado uno de una manera o de otra. Yo no aplaudo. Yo no aplaudo para decir no dimito, cuando se supone que, como usted me dice, se sentían engañados y creían que iba a dimitir. Yo no aplaudo. Yo no aplaudo cuando se hace un ataque feroz al feminismo. Que tampoco era casual el modo en que se hacía. Como digo, cada palabra de las que mencionó el presidente estaban muy medidas. Entonces, no me sirve la justificación. ¿Podemos justificar cuando en un estadio de fútbol, fruto de la algarabía que se produce, uno se levanta cuando están insultando a un árbitro? No debería hacerlo. Podría pensar que es que me he visto llevado por la masa. No es verdad. Yo no insulto a nadie. Pues aquello era un insulto.

Parece que a Vilda sí le han bajado el dedo ya y está al caer, pero con De la Fuente no pasa lo mismo y le han ratificado. ¿Qué le parece que unos paguen y otros como él, o como el técnico de fútbol sala que se ha refugiado en su anonimato, vayan a continuar en sus puestos pese a aplaudir?

Es una situación muy complicada, muy complicada. Quienes tienen que gestionar ahora la Federación deben poner en la balanza lo bueno, lo mejor y lo posible. Y a veces lo mejor es enemigo de lo bueno, pero creo que hay una línea roja que no deberían sobrepasar, que es ser conscientes de que cada una de las decisiones que tomen, y sobre todo de las que no tomen, son una manifestación de su opinión sobre lo que ha pasado. Es impresentable que el presidente de una Federación delante de una Asamblea le diga a un seleccionador que le va a renovar él -que es competencia de la Junta Directiva, no del presidente-, que diga lo que va a cobrar y durante cuantos años. ¿Qué buscaba? La complicidad, el silencio por asentimiento, el asentimiento por silencio. Segundo, nos estaba hablando de si Montse Tomé, la segunda de Vilda, iba a ser directora deportiva o si quería ser segunda seleccionadora. Bueno, que eligiera lo que quisiera. Dijo: 'Háblalo con Andreu', el secretario general. Todo poco serio. ¿Quién tiene que irse? Algunos tendrían que irse motu proprio, sin necesidad de que nadie les eche. ¿Y qué decisiones deportivas tienen que tomar? Yo no soy la persona adecuada, aunque hubiera estado dentro de la Federación. Tendrán que valorar cuáles son las circunstancias de las selecciones. Pero hubo otros tiempos donde quitar a un seleccionador solo requería de 10 minutos... En otro Mundial. De manera que no me parece tan grave quitar a un seleccionador en un momento determinado, por mucho que haya que dar una lista ahora. Entonces estábamos en un Mundial y quitaron a un seleccionador.

"Quienes estaban en la Asamblea compartieron todo lo que se estaba diciendo. Hubo otros tiempos donde quitar a un seleccionador sólo requería de 10 minutos... No sería tan grave repetirlo ahora"

Ana Muñoz Exvidepresidenta de Integridad de la Federación

¿Ha sido clave en esa doble vara de medir que las jugadoras se hayan plantado y que los futbolistas internacionales, por contra, no se hayan pronunciado al respecto en su mayoría?

Trasladar a terceros las causas por las que estas dos personas están en situaciones diferentes me parece un poquito injusto. Tienen que asumir sus responsabilidades con independencia de lo que digan los terceros. Si se considera que deben continuar o no deben continuar, no debe ser porque los futbolistas no hablen - aunque ha habido futbolistas que sí lo han hecho - o porque las futbolistas lo reclamen. Recuerde lo que dijeron las futbolistas: 'No queremos ir, no queremos ser convocadas, no iremos, no acudiremos a la llamada de la Selección mientras sigan los dirigentes actuales'. Dijeron mucho más, no hablaron de su seleccionador, dijeron mucho más. Se están refiriendo a la estructura de la Federación y de esa estructura evidentemente forman parte de ella también los seleccionadores. No es una cuestión de ser mejor o peor desde el punto de vista deportivo, sino de ser capaz de defender o no la esencia y los valores del deporte. Y lo que hay que preguntarse es si quienes aplaudían y jaleaban un discurso, que a mi juicio me parece impresentable, tienen que hacer algo o no. A lo mejor a ellos no les pareció exactamente igual ese discurso y por eso lo jaleaban, por muchas disculpas posteriores que hayan pedido que, sinceramente, no me las creo.

Ana Muñoz: «Quitar al seleccionador no es tan difícil. Sólo necesitas 10 minutos.RELEVO

Fue curioso lo que pasó en esa Asamblea. Igual hasta un 90% de los periodistas que allí estábamos presentes creyó que Rubiales había cambiado de opinión de golpe y porrazo. Todos los medios habían anunciado su dimisión en portada el día anterior. Usted que conoce bien la casa, ¿qué cree que pasó realmente?

Es una opinión puramente personal, que no está basada en ningún dato que yo tenga de esas circunstancias. Pienso que era pura estrategia. Una táctica interesante es la de utilizar a terceros que puedan ser creíbles ante otros para comunicar lo que quieres que los demás escuchen. Es estrategia de guerra. Tú conviertes a tu enemigo en destinatario de un mensaje que quiere oír. Tú sabes lo que él quiere oír. Y entonces utilizas el medio adecuado, levantas la bandera blanca, pero en realidad estás yendo por la retaguardia y pillas a las filas enemigas desprevenidas. Estrategia. Para mí era toda una estrategia diseñada después de ver la dimensión que estaba adquiriendo la situación. No creo que el presidente pensara nunca en dimitir, porque en ningún momento ha pensado que haya hecho nada malo. Él cree que lo que ha hecho es simplemente fruto de la efusividad, nada más, y que es justificable.

¿Y esa estrategia ha acabado ya o continúa en forma de vídeos filtrados en redes sociales, la huelga de hambre de la madre de Luis, declaraciones con portavocías únicamente femeninas...?

Cuando yo hablo de estrategia me refiero a las actuaciones que se han producido dentro de la Federación. En cuanto a la estrategia que se pueda diseñar o no, en el ámbito de los medios de comunicación, en el ámbito de referentes femeninos o en el comportamiento de su familia, lo desconozco por completo y no tengo ninguna opinión.

"Lo que se hizo antes de la Asamblea fue una estrategia de guerra. No creo que el presidente pensara nunca en dimitir, porque en ningún momento ha pensado que haya hecho nada malo"

Ana Muñoz Exvidepresidenta de Integridad de la Federación

Por cierto, como estamos hablando tanto de Rubiales... ¿Desde cuándo le conoce?

Le conocí, me refiero a haber hablado con él, en dos sesiones que tuvimos en el CSD con ocasión de la huelga del fútbol. Él estaba en AFE. Creo que era a principios de 2015.

¿Y...?

En aquella ocasión yo no había participado en ninguna de las conversaciones que se habían tenido ni con los futbolistas ni con LaLiga, porque el deporte profesional, tanto el fútbol como el baloncesto, eran competencias que yo no tenía como directora general, sino que recaían directamente en el secretario de Estado [Miguel Cardenal]. De manera que yo no participaba en la gestión cotidiana con esas federaciones. Pero en dos ocasiones el secretario de Estado no podía acudir a las reuniones con AFE y fui yo. Tuve dos reuniones con él y no volví a tener más relación con él, salvo coincidir en algún evento público. Hasta que él me propuso ser secretaria general de la Federación, en primer lugar, y posteriormente miembro de la Junta Directiva y después vicepresidenta de Integridad. No he tenido una relación con él cotidiana o habitual durante el tiempo en que he tenido responsabilidades en el ámbito deportivo.

Por muy buena que sea usted, que no lo pongo en duda, ¿cómo se pasa de dos conversaciones en 2015 a ofrecerle un cargo de la máxima responsabilidad y confianza en 2018? ¿La propuesta le llegó por otra vía o a través de terceros?

No, coge el teléfono y me llama.

...

La primera llamada que recibí, me acuerdo perfectamente que estaba en Valencia, en un acto con los premios Jaume I. Yo formaba parte del jurado. Me sorprendió su llamada y su propuesta. Yo le pregunté exactamente lo mismo que usted me dice. Miento: antes de esa propuesta él me había preguntado desde AFE que si podía encargarme un informe jurídico. Yo dejé el CSD y ejercía como abogada. Me dijo que si quería hacer un informe jurídico sobre determinados aspectos, y le contesté que yo tenía dos años de incompatibilidad por haber ocupado un cargo público y que por lo tanto no podía hacer ningún trabajo para AFE, ni relacionado con el ámbito deportivo con el que hubiera tenido ningún contacto antes. Y cuando le pregunté por qué me lo ofrecía, él me dio dos razones y se refirió a aquellas jornadas, a aquellas dos sesiones de trabajo. Me dijo que en aquella ocasión él creyó que yo tenía verdadera voluntad de buscar una solución al problema que había. Me dijo que había visto que era independiente y capaz de expresar mi opinión con independencia de que no coincidiera con la del secretario de Estado. Y que, además, creía que era una persona que por mi trayectoria en la Agencia Antidopaje iba a ser capaz de poner orden en una Federación en la que se presumía que había desorden, teniendo en cuenta cuáles habían sido las circunstancias que habían llevado a la inhabilitación del presidente Villar. Él no había ganado todavía las elecciones y que creía que era la persona adecuada para hacerlo.

¿Hoy sigue pensando que la reclutó por eso?

Yo creo que sí. Lo que pasa es que se encontró con lo que era, una mujer autónoma e independiente que es capaz de decir lo que piensa con independencia de que coincida o no con su jefe.

Circula por ahí otra hipótesis. Yo se la comparto.... Que Rubiales empezó a fichar gente de instituciones que no controlaba y que a él le pudieran aportar cierta información que no tenía. Además de usted, llevó a la RFEF a gente que estuvo en AFE, otros de LaLiga como Alfredo Lorenzo, García Caba, Fernando Sanz...

A Alfredo Lorenzo lo ficho yo. Y me costó que aceptaran que fuera a la Federación. Sobre la evolución posterior no puedo dar respuesta, pero como hay que ser justos, ese matiz creo que es importante. Bueno, supongo que uno trata de rodearse de personas que estén cualificadas en todos los sentidos que tú consideres que son importantes, no únicamente desde tus conocimientos, sino desde la personalidad que tengas y también de la información que le puedas dar. Cuestión distinta es que esas personas estén dispuestas a vulnerar los deberes de confidencialidad que tuvieran. O algo mucho más simple, como ser consciente de que si tú has desempeñado un cargo público, los datos que tú has conocido con ocasión del ejercicio de ese cargo público, tú sabrás si debes mantenerlos en discreto segundo plano, porque al fin y al cabo era la función la que te permitía conocerlos y no tu cara bonita ni tu nombre. Eso a veces se olvida, a veces se olvida que uno está en los sitios por el cargo que desempeña, no por creer que tú eres mucho mejor que nadie. Desconozco cuáles pueden ser las razones que le llevaron a llamarme. Él en alguna ocasión me dedicó palabras muy generosas sobre mi capacidad para hacer la misión que tenía encomendada. Estoy segura de que desde el 16 de diciembre de 2019 no pensaba lo mismo.

¿Alguien le echó en cara que aceptara fichar por la Federación o le advirtió y alertó de lo que podía suceder en el futuro?

Consulté a algunas personas teniendo en cuenta que el fútbol era un terreno delicado, complicado. Personas relevantes del mundo del deporte. Nadie me dijo 'ni se te ocurra'. Nadie. Y le puedo asegurar que las personas a las que consulté esperaba de ellas una respuesta que me hiciera tomar una decisión en contra. Porque cuando consultas no es para que te reafirmen, en realidad es porque estás buscando que alguien te diga que hay algo que no sabes, que hay algo que no ves. Quizás no pregunté lo suficiente o no pregunté a las personas adecuadas.

De hecho, el día que usted presentó en Las Rozas el nuevo Departamento de Integridad y presentó el Código Ético junto a la FIFA, Tebas felicitó a la Federación por los fichajes... ¿De esa primera reunión en el CSD que tuvo con Rubiales, la imagen que usted se hizo de él entonces coincide con la de ahora?

No tenía entonces una imagen de él. Era una persona que me dijo que quería cambiar la Federación, que quería cambiar los procedimientos, que quería llevarla a cotas de transparencia que no tenía, que quería hacer una Federación moderna, que quería que quien estuviera detrás pudiera presumir ante los organismos internacionales de llevar la gestión al lugar donde los deportistas habían llevado al deporte español, que era ser los campeones del mundo. Sinceramente me lo creí. Creí que podía participar en ese proyecto, si no no lo hubiera aceptado.

Ana Muñoz, en el centro, tras la firma del acuerdo con UEFA para realizar el Código Ético.  RFEF
Ana Muñoz, en el centro, tras la firma del acuerdo con UEFA para realizar el Código Ético. RFEF

Y usted que debate, que opina con libertad, que dice cosas de peso sin cortarse, supongo que habrá tenido reuniones de todo tipo con él en la Federación. ¿Ha vivido con él algún episodio en el que el comportamiento del presidente ahora suspendido no haya sido el adecuado con su persona y haya destilado machismo, acoso, faltas de respeto, presión o intimidación?

Los he vivido, pero me los guardo para mí porque yo formaba parte de esas reuniones. Nunca me he sentido, nunca, intimidada. Nunca me he sentido acosada. Nunca me he sentido ofendida. Nunca me he sentido insultada. Y en todas las ocasiones en que creía que no estaba actuando correctamente, he ido personalmente y se lo he dicho. Era otro de mis papeles. Cuando trabajas con alguien, con quien sea, no estás allí para darle palmadas en la espalda. Para eso ya están los que no te conocen. Estás allí también para opinar, para decirle 'creo que esto no es así', 'piénsalo', 'quizás no deberías actuar así'. Y lo hice en muchas ocasiones. Y además creo que eso es lealtad institucional y lealtad personal. Y no me arrepiento en absoluto.

"He vivido algún episodio con Rubiales... que me guardo para mí. Nunca me he sentido intimidada, acosada, ofendida o insultada. Y si no obraba bien se lo decía personalmente"

Ana Muñoz Exvidepresidenta de Integridad de la Federación

¿Cuánta gente hay en la Federación que le diga así las cosas a Rubiales?

No lo sé porque hace mucho tiempo que no estoy en la Federación. El tiempo que estuve, no demasiadas.

Tengo apuntados algunos momentos, pero me gustaría que me dijera usted por qué empieza a cambiar su relación con Rubiales.

No te das cuenta de las cosas normalmente hasta que no pones suficiente distancia y vuelves sobre ellas. Yo no había vuelto sobre mí y la Federación en todo este tiempo. Cuando decido irme, cierro la puerta, me voy y se acabó. Y de hecho, es la primera vez que hablo sobre mi salida de la Federación. Me doy cuenta de que las cosas cambian. Ni siquiera cuando se produce la primera crisis con el vicepresidente primero de la Federación, Andreu Subíes [acusado de desviar fondos para uso personal]. Me quedo sola en una votación de la Junta Directiva al decir que el Señor Subíes no debía continuar en la Junta Directiva. Todos los demás votaron que sí. Todos. Y había presidentes de equipos de Primera División, responsables federativos, asesores, abogados de la Federación y de fuera de la Federación. Y, por supuesto, el afectado. Todos votaron que sí continuara [así lo hizo en un principio hasta que le obligaron a echarse a un lado]. Según ellos, tenía que quedarse. Yo fui la única en oponerme. Ni siquiera en ese momento pensé que las cosas habían cambiado. Al fin y al cabo, yo le expresé a mi presidente, al afectado, a su abogado, al señor Caravaca, que también estaba allí y al señor Tomás González-Cueto, por qué mi opinión era la que era. Y por qué creía que el Señor Subíes tenía que dejar la Junta Directiva.

¿Hubo más episodios que hicieron cambiar la relación entre ustedes?

Dije lo mismo después con otros vicepresidentes que también fueron investigados en procedimientos penales. Y se lo dije a él, al presidente. Creía que eso no era lo más adecuado precisamente para conseguir un cambio. Con independencia de que todo eso no tenía nada que ver con la presunción de inocencia. La distancia que hay entre la presunción de inocencia y el comportamiento ético en las organizaciones a veces es muy grande. No es necesario llegar a una situación que tenga una trascendencia penal, la ética está mucho antes. Los comportamientos inapropiados no tienen por qué ser comportamientos delictivos. Por supuesto que todos los comportamientos delictivos son inapropiados. Cuando alguien te detiene, no te detiene por casualidad. Hay indicios. Serán suficientes o no. Hay que dejar que el proceso penal se desarrolle, pero yo creía que no era bueno ni para la imagen de la Federación ni para la imagen del presidente. Y se lo dije con la libertad con la que he hablado siempre. Fue duro, eh. Fue una reunión muy dura. Las cosas para mí no cambiaron ahí. No sé si para él sí. De hecho no hubo ningún cambio en el comportamiento habitual. Las cosas quizás sí se empiezan a complicar cuando se produce idéntica situación con otros dos presidentes territoriales y yo vuelvo a repetir lo mismo. Pensaba lo mismo. Las cosas allí ya no se tomaron de la misma manera. Me di cuenta ese día. Lo que pasa es que todas estas reflexiones las tenía con el secretario general porque necesitaba compartirlas. Necesitaba un frontón al que trasladar mis sorpresas e inquietudes. Lo que no me gustaba. A lo mejor me estaban dando información equivocada, o lo que yo estaba opinando no era lo adecuado, pero tampoco era así. Y me reafirmaba. Hubo más situaciones posteriores.

¿Cuáles?

El tema de Arabia Saudí fue definitivo. Pero definitivo con anterioridad a que yo me fuera. Pedí ver los contratos y pedí ver cualquier otro contrato de cualquier otro patrocinador en el que pudiera haber cualquier persona que tuviera participación por haber conseguido esos patrocinadores. La respuesta fue durísima. Delante del secretario general y sin móvil. Las cosas habían cambiado. Habían cambiado de verdad.

¿Qué sintió en esa situación que describe?

No sentí nada contra ellos. Nada. Sentí que yo tenía que reflexionar sobre dónde estaba. Porque uno siempre tiene que saber dónde está. Fue lo que hice.

Dimitió sólo un año y medio después de su fichaje con cierta polémica porque fue justo antes de la Supercopa de España en Arabia Saudí. Usted dio el paso en noviembre de 2019, pero 'El Confidencial' desveló entonces que Rubiales retrasó interesadamente el anunció a enero para que no coincidiera con el torneo y, además, explicó los motivos. Esos días, Tebas denunció "presiones". Usted, mientras todos daban una versión de lo sucedido, vino a decir "que nadie hablara por usted y que era la única dueña de sus silencios".

Yo contesté al señor Tebas con un mensaje: 'Que nadie arrimara el ascua a su sardina'. ¿Por qué? Porque no he necesitado nunca su respaldo, no lo he tenido nunca, ni lo he pedido nunca, ni él tampoco me lo ha ofrecido Y al señor Rubiales con otro: 'Que nadie hablara por mí y que yo era la única dueña de mis silencios'. Y también por el mensaje que se publicó, por su actual director de comunicación, diciendo que yo emprendía un nuevo proyecto profesional. En noviembre de ese año coincidí en la Facultad de Ciencias de la Información de la Complutense con Vero Boquete, en unas jornadas donde se hablaba de ética y deporte. Me sorprendió porque yo no suelo ir acompañada por nadie y voy sola donde tenga que ir. Agradezco si me acompañan, sobre todo si no conozco el entorno. Pero la universidad es un entorno conocido. Curiosamente acudió allí una persona del departamento de comunicación de la Federación para ver lo que decía porque sabían que me iban a preguntar por Arabia. Por mi opinión sobre Arabia. Escuché a Vero Boquete y me hizo pensar muchísimo, porque es una mujer que lo ha dado todo en el terreno de juego y lo sigue dando, tiene una mente preclara y una valentía absolutamente envidiable. Escuchaba cosas que yo me podía aplicar. Estaba aprendiendo. Me dio una lección de vida importante. Y llegó la pregunta. '¿Cuál es su opinión sobre sobre que la Supercopa se celebre en un país que...?'. Recuerdo que respondí por lealtad a la institución y dije 'déjenme que mi opinión la muestre ante la Junta Directiva en primer lugar, pero también déjenme decirles que hay muchas maneras de conseguir avances sociales, muchas; unos pensarán que es yendo allí y otros que es no yendo'. Cuando salí de allí, nada más llegar a la Federación, me di cuenta de que el staff más cercano al presidente conocía mis palabras sin que hubieran aparecido en ningún lugar y recibí el mensaje de que no había sido clara respecto a que era positivo ir, que era bueno ir. Me di cuenta de que ya no podía ser. Esto era noviembre.

¿Y después?

Se celebra una Junta Directiva previa a una Asamblea y se llevaba una versión distinta del Código Ético que habían elaborado personas absolutamente relevantes, independientes y autónomas. Además, se me prohibió que el informe sobre Arabia que habían elaborado se pusiera en conocimiento de la Junta Directiva. Después de la Asamblea me llamaron a capítulo por otro asunto. Esto también es propio de la universidad: llamar a capítulo. Cuando alguien va a defender su tesis doctoral, le llaman a capítulo.

¿Para qué le convocaron?

Me llamaron a capítulo, con un plantel numeroso de hombres -creo que eran todo hombres, aunque no es un elemento que aporte nada-, para que diera explicaciones de por qué mi departamento pretendía trasladar al Comité de Competición una posible comisión de una infracción por parte de un jugador que había hecho comentarios que podían ser despectivos respecto del árbitro. Algo absolutamente cotidiano, habitual, que se producía todas las semanas. Y dije, 'porque lo ha dicho'. Lo había dicho en público y, por lo tanto, nosotros, como en tantas ocasiones, actuamos de oficio cuando veíamos declaraciones contrarias a las normas deportivas y no habían sido reflejadas por el árbitro, bien porque no las había conocido o no se habían producido en el terreno de juego; o bien porque no las había considerado relevantes. Entonces tuve que escuchar que desde cuándo éramos nosotros quienes denunciábamos a los deportistas. Le dije que era habitual, que lo habíamos hecho con presidentes de otros equipos y con personas que realizaban comentarios de ese tipo. Comentarios sobre los que esperábamos que la Comisión Antiviolencia o LaLiga nos remitiera la denuncia. La respuesta fue muy interesante: había un partido de fútbol que se celebraba a los pocos días y a ese jugador le podían caer cuatro partidos. Y yo dije: 'como a cualquier otro jugador'. A raíz de eso y tras decir 'no lo entiendo, explícamelo, dónde está la diferencia con lo que hicimos la semana pasada', todo estalló y supe que me tenía que ir.

"Había un partido y a ese jugador para el que pedía sanción [de oficio] le podían caer cuatro partidos.... Me dijeron 'desde cuándo nosotros denunciábamos a los deportistas'. Ahí supe que me tenía que ir"

Ana Muñoz Exvidepresidenta de Integridad de la Federación

¿Cómo dio el paso?

Se lo comuniqué al secretario general [Andreu Camps] porque le había dicho en muchas ocasiones que si alguna vez me iba, él iba a ser el primero en saberlo. Y se lo dije. Pero también le dije al presidente, le escribí, que yo no pretendía armar ningún revuelo, que se iba a celebrar la Supercopa dentro de poco tiempo, que mi manera de irme era sin hacer daño a nadie, que lo había valorado y creía que no tenía que estar allí, que le deseaba todo el éxito del mundo, y que quería que las cosas fueran magníficamente bien para la Federación. Quería que lo conociera por mí. Se lo dije por escrito.

Ana Muñoz: «Supe que me tenía que ir».RELEVO

 ¿Y?

No recibí ninguna contestación. Bueno, pasaron las Navidades, y el secretario general me dijo que alguien más lo sabía porque yo se lo había dicho. Y yo no había dicho absolutamente nada a nadie. La mejor prueba de ello es que no apareció ninguna noticia en los medios durante ese tiempo. Me pidieron que retrasara mi salida, dije que no, que tenía un contrato con la Federación, que yo ya había preavisado lo que ese contrato exigía y que me iba. Y se acabó. Así fue.

Rubiales, según 'El Confidencial', dijo en esas supuestas conversaciones que tuvo con Andreu Camps, y a las que tuvo acceso este medio, que usted era "mala persona". ¿Se lo llegó a decir con esa claridad personalmente?

No. No, jamás. Jamás.

¿Ha vuelto a hablar con él desde entonces?

No.

También dimitieron en esa época los miembros del Comité de Ética.

Sí. Dimitieron dos. Y la otra persona, la tercera, se fue porque el Comité de Ética se tenía que disolver.  

¿Y qué pasó con el dichoso informe?

No existió nunca un informe del Comité de Ética sobre el contrato de Arabia. El Comité de Ética había elaborado un informe, bajo su propia voluntad y sin que nadie se lo pidiera, cuando en noviembre -por eso me he referido a esa fecha concreta desde el inicio-, aparecen las primeras noticias sobre la celebración de la Supercopa en Arabia. Informe que se prohibió que se llevara a la Junta Directiva en los términos en los que se había redactado. Yo nunca vi el contrato porque lo que me enseñó el secretario general no fue el contrato. Evidentemente, lo he sabido después. En ese documento no había ningún detalle, no podía ser un contrato de esa envergadura. El Comité de Ética hizo un informe porque consideraban que, a la vista de las noticias que estaban apareciendo en la prensa, no les parecía que el lugar más adecuado para celebrar la Supercopa fuera Arabia Saudí. Pero no fue un informe hecho ad hoc para validar o no el contrato de Arabia, ni muchísimo menos. Quien pone en tela de juicio por primera vez que puede haber un conflicto de intereses por quienes son las personas que, según la prensa [apuntaron a Piqué], están participando, soy yo. Lo hice en una Junta.

Ana Muñoz: «Yo sé lo que habría hecho».RELEVO

Si hubiera firmado ese informe, ¿qué responsabilidad tendría ahora usted en todo lo que pueda ocurrir alrededor de todos esos contratos de la Supercopa?

Yo sería una persona que, como responsable del Departamento de Integridad, de haberlo firmado habría dicho que no había ningún conflicto. Pero yo lo que veía ahí era que podía haber un conflicto. Por eso quise poder estudiarlo previamente. Nunca pude hacerlo.

Hablando de ese Departamento de Integridad en el que usted ya no está. ¿Cómo tenía que haber actuado el órgano actual, dirigido por Miguel García Caba, con todo lo que ha sucedido en estos 10 días?

Yo sé lo que yo hubiera hecho, no lo que los demás no han hecho.

¿Y lo puede resumir con cuatro pinceladas para que cualquiera que no entienda de toda esta burocracia institucional pueda comprender mejor el caso de lo que se ha hecho y lo que no se ha hecho en esta crisis de Rubiales?

Le hubiera pedido al presidente que me explicara o justificara sus actos, le hubiera dicho que creía que era un acto contrario al Código Ético de la FIFA, de la UEFA, y a las normas deportivas del Consejo Superior de Deportes, y que me veía en la obligación de comunicárselo a los tres. Eso es lo que yo hubiera hecho.

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*En la segunda parte de esta entrevista, Ana Muñoz analiza el futuro que le espera a Jenni Hermoso y a Rubiales, da su opinión sobre los trabajadores que siguen en la Federación y no se atrevieron a dar el mismo paso que ella, se pronuncia sobre las actuaciones del Gobierno, FIFA, UEFA y las Territoriales. Y además... responde a la pregunta sobre una hipotética candidatura a las elecciones de la Federación en 2024.