Sudamérica quiere más partidos para el Mundial 2030: "La idea es una fase de grupos"
"Queremos tener más participación en el Mundial", dijo a Relevo el ministro de Turismo y Deportes de Argentina, Matías Lammens.
Buenos Aires.- Pasaron los días y una idea se instaló en Argentina, Uruguay y Paraguay: tres de 104 es muy poco. Y como tantas cosas están aún abiertas, los presidentes de los tres países y el presidente de la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol) se reunieron con un objetivo clarísimo y compartido, sumar más partidos, ser más dueños del Mundial 2030.
"Queremos tener más participación en el Mundial", dijo a Relevo el ministro de Turismo y Deportes de Argentina, Matías Lammens.
¿Más participación quiere decir más partidos? "Sí".
Tres partidos de 104, eso es lo que la FIFA le dio a la candidatura sudamericana, que incluía a Chile como cuarta pata, ante la evidencia de que la alianza entre Europa y África era imbatible. "De 211 votos ellos partían con 107", graficó Sebastián Bauza, el secretario de Deportes del gobierno uruguayo.
Fue así que, la semana pasada, el presidente de Uruguay, Luis Lacalle Pou, convocó a Montevideo a sus homólogos argentino, Alberto Fernández, y paraguayo, Santiago Peña. Toda una demostración de lo que el fútbol puede lograr, porque Fernández ha evitado verse con Lacalle Pou y con Peña para resolver varios problemas en la relación bilateral, pero no tuvo ningún problema en cruzar el Río de la Plata para hablar de la Copa del Mundo.
Según Lammens, ex presidente de San Lorenzo, uno de los cinco grandes del fútbol argentino, en la reunión en Suárez y Reyes, la residencia oficial de los presidentes uruguayos, se acordó que Domínguez sea el hombre que mueva dentro de la FIFA la propuesta sudamericana con un mensaje claro: tres de 104 es poco, Sudamérica merece y puede hacer más.
"Estamos a la espera de pautas y especificaciones de la FIFA sobre estos tres partidos, en principio, y digo en principio porque vamos a tratar, esto se habló con el presidente Domínguez de la Conmebol, de que sean más, de poder tener más participación en el Mundial", añadió Lammens.
"En principio, la FIFA determinó estos tres partidos y la posibilidad de un Fan Fest, que tiene un gran impacto económico. Es nuestra intención, y también del presidente Dominguez, trabajar para que haya más partidos. Y trabajar en que haya algún otro evento, aunque eso está en una instancia muy preliminar, porque primero tenemos que cerrar estos tres partidos, esperar los requisitos que nos va a plantear la FIFA, establecer en el marco de la Conmebol una unidad de trabajo que dependa de Conmebol, y, en el marco de esa unidad especial de trabajo, trabajar para tener más partidos".
El uruguayo Bauzá coincidió y habló de "la posibilidad de otros eventos, el sorteo y otras cosas".
"La idea inicial era tener todo el Mundial", admitió Lammens. "Pero esta nos parece una gran noticia. Veníamos trabajando para albergar el Mundial completo, pero dado el escenario de la votación de la FIFA creemos que fue una muy buena resolución. Tenemos una muy buena oportunidad. El partido inaugural tiene prácticamente la misma trascendencia que una final, tendremos la posibilidad de darle mucha visibilidad a la región".
El ministro argentino dio por hecho que la inauguración del Mundial 2030 será en el Estadio Centenario de Montevideo, sede de la final en 1930, la primera Copa del Mundo.
"Lo más probable es que el primer partido se juegue en Uruguay, es lo que simbólicamente corresponde. Uruguay fue la sede del primer Mundial, seguramente la fiesta inaugural será en Uruguay".
Ante la insistencia de Relevo (¿qué es lo que quieren?), Lammens fue críptico: "La idea es una fase de grupos".
El intento de los tres presidentes tiene muchas probabilidades de fracasar, porque la FIFA ya acordó con las tres confederaciones (Conmebol, UEFA y Confederación Africana) la distribución 3+101. Darle más a la Conmebol implica cesiones de la UEFA y la CAF. ¿Por qué habrían de ceder?
Aunque también es cierto que muchas cosas siguen abiertas y sin precisiones. No se ha dicho aún, por ejemplo, dónde se jugará la final de la Copa del Mundo 2030, aunque todo apunte a Madrid y al estadio Santiago Bernabéu.
Esta semana, la FIFA dijo lo siguiente en el enrevesado lenguaje FIFA: "La administración de la FIFA llevará a cabo un diálogo específico con los licitadores, con el fin de garantizar que se reciban ofertas completas y exhaustivas, y que se evalúen en función de los requisitos mínimos de organización, aprobados también previamente por el Consejo de la FIFA. Este diálogo se centrará en las áreas prioritarias definidas de la visión del evento y las métricas clave, infraestructura, servicios, comercial, sostenibilidad y derechos humanos. A continuación, la FIFA publicará sus informes de evaluación y, en caso de que se cumplan dichos requisitos, las asociaciones miembro reunidas en el Congreso de la FIFA designarán a los anfitriones de las respectivas competiciones".
Es decir, hay un proceso con resquicios abiertos. Y si al final los países sudamericanos no pudieran albergar más que tres partidos, una prenda de negociación, otro "premio consuelo" podría ser el sorteo de diciembre de 2029. No lo ignora Domínguez, hábil negociador dentro del Consejo de la FIFA y hombre con ambiciones que van más allá de los límites sudamericanos. La ecuación podría haber sido 104 partidos para España, Portugal y Marruecos y ninguno para Sudamérica. Fue otra y, sobre esa base, en Buenos Aires, Montevideo y Asunción sueñan con subir otro escalón. Sueño improbable, pero impulsado por cuatro presidentes.