Richarlison, la 'antítesis' de Neymar que enorgullece a medio Brasil

Brasil bailó una vez más en este Mundial. Aunque en esta ocasión fue 'diferente'. A la danza de los jugadores se sumó Tite, el seleccionador de la canarinha. Un gesto que tenía detrás a uno de los nombres propios del torneo: Richarlison de Andrade. El delantero del Tottenham lideró la danza con su técnico tras marcar un gol en el último partido ante Corea del Sur (4-1). Era su tercer tanto, con dos golazos incluidos, en esta Copa del Mundo, siendo el más destacado de su equipo en este registro. Y tras aquel baile, conocido como dança do pombo o baile de la paloma, se escondía la figura de un futbolista atípico en Brasil. Una antítesis de estrellas como Neymar, con el que brilla en el campo y del que se 'desmarca' en sus comportamientos fuera de él.

Y es que el '9' de Brasil se ha convertido en un héroe en las zonas más pobres de su país. También en un símbolo en la izquierda, en la que sentían que el equipo nacional se había posicionado demasiado con el presidente de Brasil y, sobre todo, con la extrema derecha, a la que han apoyado jugadores como Neymar.

Pese a que Richarlison no ha hablado públicamente de su inclinación política (nunca habla de partidos y sí de causas sociales), sus acciones hacen sentir orgullosa a esa otra mitad del país que vuelve a engancharse al equipo de Tite gracias al joven delantero. El vestuario verde-amarelha apoya en su mayoría a Bolsonaro, pero hay excepciones. Y aunque el delantero del Tottenham no ha confirmado en qué postura está, sus acciones le definen ante la afición de la canarinha.

Sería difícil enumerar todos los movimientos sociales a los que se ha sumado Richarlison: está en contra del racismo, lucha contra la pobreza o ante el negacionismo científico que ensalzó Bolsonaro en la pandemia (donó dinero y protagonizó campañas de vacunación), ayudó económicamente a un equipo de estudiantes para una olimpiada matemática, pelea por los derechos LGBTI, el medioambiente o los animales. Sobre todo, en Nova Venécia, su pueblo natal, al que manda dinero para los más pobres y donde ha fundado un club para que los jóvenes puedan jugar al fútbol y se alejen de las drogas y el trapicheo en la zona.

"Richarlison es el personaje más interesante de la selección brasileña. Porque se involucra en temas sociales y toma posiciones muy claras sobre temas que no forman parte de la agenda de los jugadores famosos en Brasil – y no los culpo, nadie esta obligado a posicionarse. Richarson usa la atención que atrae naturalmente y la dirige a temas importantes como medio ambiente, vacunas, la diversidad, etc. Es importante que sus posiciones son siempre sobre temas, nunca en defensa de partidos políticos o candidatos", declara a Relevo el periodista brasileño Martín Fernández.

El reportero de Jornal O Globo, Ge Globo y Spor TV añade: "Al mismo tiempo, Richarlison sigue siendo un joven divertido, que baila cuando anota un gol, se decolora el cabello, hace bromas todo el tiempo. Aunque jugó muy poco tiempo en Brasil (en América Mineiro y Fluminense), es un jugador con el que la afición se identifica, que los niños quieren".

De familia con muy pocos recursos económicos, Richarlison tuvo una infancia muy complicada. Sus padres se separaron y desde muy niño tuvo que trabajar para llevar dinero a casa. Ya fuese limpiando coches o vendiendo helados, aquel joven de 11 años luchaba por mantener a flote una familia de cinco hermanos. Su madre trabajaba mucho y no podía cuidarles y, por ello, terminaron yéndose a casa de su tía, Audiceia, con la que Richarlison ha dejado multitud de detalles en agradecimiento: le compró una casa y le ayudó económicamente cuando pasó a ser un futbolista profesional.

El atacante de la canarinha no olvida su pasado, en el que vivió momentos muy duros debido a la conflictiva zona donde se crio. Delincuencia, droga, asesinatos... La realidad que le tocó vivir le ha hecho valorar aún más su posición actual. El balón se convirtió en una salvación para él. Y no sólo por darle un futuro mejor. Richarlison ha contado en más de una ocasión que el fútbol le salvó la vida en una ocasión en la que le apuntaron con una pistola al pensar que era un traficante de drogas. Él le explicó que iba a jugar y este deporte se convirtió en el mejor de los salvavidas.

Ahora, Richarlison aprovecha su impacto e influencia para hacer lo mismo con personas con dificultades económicas o que pertenecen a minorías o grupos en desigualdad. Porque muchos conocieron su lado más humano cuando conoció tras el último partido a su ídolo, Ronaldo, con el que se mostró muy nervioso. Sin embargo, el crack de la canarinha destaca mucho más allá, siendo todo un ejemplo de conciencia social. Un ídolo que reparte fútbol y valores en un Mundial en el que es uno de los futbolistas a seguir en Brasil. El jogo bonito de Richarlison va más allá del verde.