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¿Quién fue Oleg Salenko? Logroñés, Valencia... y récord de goles en un partido de Mundial

El ariete jugó en LaLiga de 1992 a 1995. En el Mundial de 1994 marcó cinco goles ante Camerún y fue Bota de Oro.

Oleg Salenko (derecha), /AFP
Oleg Salenko (derecha), AFP
Sergio Gómez

Sergio Gómez

Cuando en 1992 Oleg Salenko  llegó a España, no lo hizo como un desconocido a nivel internacional. Jugador más joven entonces en debutar con el Zenit (16 años), su nombre pronto comenzó a protagonizar titulares. En 1989, fichó por el Dinamo de Kiev convirtiéndose en el primer futbolista en ser traspasado a cambio de dinero dentro de la Unión Soviética. Y ese mismo año, fue el jugador más destacado del Mundial Sub-20 celebrado en Arabia. Con la URSS marcó cinco goles en cuatro partidos y ganó su primera Bota de Oro.

Salenko recuerda su récord en el Mundial de 1994.EDICIÓN: ÁLEX CORRAL

Era 1992 y, tras la desmembración soviética, el ariete ya tenía decidido jugar fuera de su país. Un intermediario compró sus derechos y lo llevó al Tottenham. Pero la imposibilidad de conseguir el permiso de trabajo truncó la operación y se quedó en el limbo. En ese momento apareció Marcos Eguizábal, un bodeguero que presidió el Logroñés y lo llevó a lo más alto con fichajes como los de Polster, Setién, Sarabia o el propio Salenko. El dirigente consiguió el acuerdo. Una especie de cesión durante seis meses: le pagaría 400.000 pesetas al mes y las otras 700.000 las pondría el Dinamo como amortización de la cantidad recibida por el intermediario, según se informó entonces.

"¿Tú te acuerdas de cómo era yo?", reta a Relevo durante la entrevista que tuvo lugar en Kiev. Para aquellos que no le vieron jugar, no hay mejor atajo para regresar al pasado que contactar con uno de sus compañeros en Logroño, el Tato Abadía, una institución del club y del fútbol español que estaba en aquella plantilla cuando el ruso-ucraniano llegó.

Salenko, en un partido con el Logroñés.
Salenko, en un partido con el Logroñés.

"Era un chico introvertido y eso que tenía la suerte de que uno de los masajistas era ruso, Igor. Encontró esa ayuda, pero recuerdo que se cogía unos cabreos… Se enfadaba con él mismo y no lo expresaba; no sabías bien lo que estaba pensando, qué era lo que quería", reconstruye Abadía. Era un 9 de los de antes y vivía sobre el césped como un 9 de los de antes: "Nos vino muy bien, era un chico que solo veía puerta, solo estaba pensando en portería, portería. El juego le importaba bien poco. Era un delantero muy potente, de arrancar en pocos metros. Era muy difícil tirarle. Una vez encaraba a la portería rival…".

"Salenko era introvertido, se cogía unos cabreos... Sólo veía puerta y puerta, nos vino muy bien"

EL 'TATO' ABADÍA Excompañero de Salenko en el Logroñés

Con esas cualidades se convirtió en un acontecimiento en LaLiga. En esos seis meses logró siete goles en 16 partidos y mantuvo al Logroñés en Primera. Marcos Eguizábal se remangó y utilizó todas sus artes para convencer a Salenko y firmar un contrato de tres años. El delantero evoca la escena: "Era como un magnate de vinos. Antes de volver a Kiev me invitó a su casa. Es complicado calificarla de casa, era como el palacio del rey de España, cerca de Madrid. Estuvimos ahí tres días y decidí quedarme. Jugué otro año ahí y les volví a mantener en Primera".

Esa segunda temporada (1993-94) marcó 16 goles en 31 encuentros ligueros, apalabró su fichaje por el Valencia por 250 millones de pesetas y logró su convocatoria para un Mundial de Estados Unidos donde su nombre aún se mantiene grabado. Fue la primera participación de Rusia como país en una Copa del Mundo de Fútbol tras la desintegración de la URSS y él fijo el récord de goles en un partido de Mundial.

Salenko: «Mi vida ya ha pasado. Si cae una bomba, pues cae». EDICIÓN: ÁLEX CORRAL.

Bota de Oro del Mundial de 1994

"Aquello es mi vida, me acuerdo perfectamente de los cinco goles que le marqué a Camerún. Es una marca que sigue apareciendo en los libros de récords. Aunque lamentablemente no nos sirvió para pasar a octavos", se apena. En esa Rusia jugaban Mostovoi, Karpin, Onopko, Radchenko, Lediakhov, Korneev... Un equipazo que tuvo mala suerte en el sorteo de grupos. Quedó encuadrado con Brasil, que fue campeón, y Suecia, que acabó en tercer puesto: "Si nos hubiésemos clasificado para la siguiente fase lo hubiéramos hecho bien. El equipo era casi el mismo que tenía la Unión Soviética. Teníamos rusos, ucranianos y georgianos… Un gran equipo". Rusia perdió el primer encuentro contra los brasileños (2-0) y el segundo cayó ante los suecos (3-1, gol de Salenko). En el último necesitaba una goleada a Camerún para intentar entrar en una repesca como mejor tercero.

Salenko, en un remate contra Camerún en el Mundial de 1994.  AFP
Salenko, en un remate contra Camerún en el Mundial de 1994. AFP

Oleg llegó al duelo con la motivación en máximos. La razón hay que encontrarla más allá del campo futbolístico, en lo onírico: "Soñé la noche anterior que metía muchos goles, pero no sabía cuántos. Cuando te centras en algo te vas a por tu meta. En aquel entonces no teníamos que parar. Todo esto sucede si hay necesidad. Es como comer, necesitas comer y vas". Los rusos entraron con ánimo, sobre todo Salenko, que ya en el primer tiempo marcó tres tantos. En el segundo hizo otros dos. Nadie había hecho cinco tantos en un partido de un Mundial. Nadie lo ha hecho desde entonces. "Me resultó más fácil marcar los cinco goles a Camerún que mear en el control antidopaje", llegó a afirmar.

Salenko, durante su presentación con el Valencia.
Salenko, durante su presentación con el Valencia.

"Podía meter el sexto gol, y más si quería, pero bueno, eso ya... No sabía que aquello era un récord, me lo contaron al día siguiente. Me recuerdan constantemente esos cinco goles y para mí es un motivo de satisfacción que aún esté en la memoria de los aficionados. Acabé el torneo como Bota de Oro, empatado a seis tantos con Stoichkov. Fue genial compartir el trofeo con un futbolista tan grande. Cuando yo jugaba en el Valencia y él en el Barça siempre bromeábamos", explica.

"¿Los cinco goles ante Camerún? Si hay necesidad de marcar... Es como comer, necesitas comer y vas"

OLEG SALENKO

Aquel hito anunciaba un impulso en la trayectoria de Salenko. Nada de eso sucedió. No cuajó en el Valencia por sus continuos enfrentamientos con el técnico, Carlos Alberto Parreira (le calificó de "maldición"), sus desavenencias con el nuevo seleccionador ruso, Oleg Romantsev, dieron la puntilla a su carrera internacional y las lesiones le condenaron a dar tumbos: Glasgow, Istanbulspor turco, unos meses en Córdoba y Pogon Szczecin polaco, donde soltó el ancla.

Desde entonces han pasado 20 años en los que cambió el fútbol por el fútbol playa (jugador y técnico), probó con el micrófono como comentarista y ahora, mientras se disputa el Mundial que para él es un torneo fetiche, sobrevive a una guerra que ya se ha cobrado la vida de más de 240.000 personas. "Para mí es muy triste no poder estar en la Copa del Mundo, tengo mucha frustración con eso porque es una competición que significa mucho para mí".