MUNDIAL DE CATAR

Detrás del desastre de Catar y Aspire: canteranos multimillonarios y el modelo de Barça y Madrid

Catar ha sido la primera selección eliminada del Mundial, tras doce años de preparación y la Academia Aspire como lanzadera.

La selección de Catar, antes del partido contra Senegal./GETTY
La selección de Catar, antes del partido contra Senegal. GETTY
Rodra P

Rodra P

Solo han pasado seis días de Mundial y ya hay una selección eliminada: la anfitriona Catar. La derrota contra Senegal y el empate entre Países Bajos y Ecuador condenaron al combinado de Félix Sánchez, que decepcionó en el gran estreno y sucumbió, con más resistencia, ante Senegal. La preparación de doce años para tal evento, el mayor escaparate del mundo, ha sido en vano. Hasta ahora, el Mundial de Catar no ha elevado ni la imagen del país ni de su fútbol: solo ha terminado por confirmar las suspicacias de miles de aficionados contra la FIFA.

Catar marcó en rojo el año 2022. Para la fecha su fútbol tendría que ser competitivo; iban a acoger un Mundial. Y la Academia Aspire fue el instrumento ideado para ello. Aspire nació con ese propósito: que no pasara lo que ha ocurrido. Así lo cuentan algunos de sus trabajadores en estos últimos años. El plan de Catar para decorar su imagen se organizó en tres vertientes: el proyecto en África, la academia en Doha y los clubes satélite.

Aspire Football Dreams

Bamba Dieng, el delantero senegalés que marcó el definitivo 1-3 contra Catar, lo celebró como pidiendo disculpas. Era el tanto que terminaba de condenar a la anfitriona. Xavi Comas, exfutbolista catalán y ahora dedicado al scouting, fue el encargado de la captación de talentos africanos para Aspire, justo en Senegal. Los dirigentes cataríes sentaron allí la base para su proyecto en África. "Nosotros nos encargábamos de seleccionar a los chicos con más talento y potencial, y les dábamos los medios para que desarrollasen su carrera como futbolistas, para luego cuando crecieran pudieran representar a Catar", cuenta Xavi a Relevo.

Aspire Football Dreams, el nombre del proyecto de Catar en África, funcionaba así. Una red de captación por todo el continente con el objetivo de elegir a futuros talentos para su selección. Mohammed Muntari, nacido en Ghana y reclutado de esta manera, ha sido el único goleador de Catar en el Mundial. En la selección nacional también juegan futbolistas naturales de Egipto, Ghana, Argelia y Sudán, nacionalizados por Catar.

La Academia Aspire en Doha

La academia en Doha es el eslabón principal de Aspire. Hoy en día es el mayor centro de rendimiento deportivo del mundo: "Valdebebas a su lado es una broma", aseguran extrabajadores de la academia. Allí además cuentan con los mejores profesionales en la formación del fútbol. Valter Di Salvo, preparador físico del Real Madrid de los galácticos y pieza clave en el Manchester United de Ferguson, es uno de los responsables de la dirección de la escuela de fútbol de Aspire en Doha.

Un español es el director técnico de fútbol en la Academia Aspire en Catar. Edorta Murua, exjugador del Athletic de Bilbao y hombre clave después en la gestión de Lezama, que también dirigió la cantera del Atlético de Madrid. Edorta sucedió a Roberto Olabe en el puesto, ahora director deportivo de la Real Sociedad. La participación vasca no acaba aquí; María Ruiz de Oña, antigua psicóloga del Athletic, es la coordinadora del Departamento de Psicología, Innovación y Aprendizaje en Catar. Los mejores profesionales en las mejores instalaciones.

Barça y Real Madrid han sido el ejemplo de Aspire. Josep Colomer, director de La Masía en la etapa de Sandro Rosell como vicepresidente deportivo del Barça, fue el gran impulsor de Aspire Football Dreams. Dirigió el proyecto con Sandro Rosell como socio, hasta que la Justicia intervino al expresidente blaugrana. Con él entraron varios profesionales muy vinculados a La Masía, como es el caso del jefe de scouting Xavi Comas. Félix Sánchez, seleccionador nacional de Catar, también se cultivó como técnico en la cantera del Barça.

Por la parte del Real Madrid, la figura de Iván Bravo. El más importante de todos. Es el director general de la Academia Aspire. Los que le conocen de cerca hablan de él como "uno de los hombres más influyentes del mundo del fútbol". Fue asesor ejecutivo de Florentino Pérez en el Real Madrid, y también trabaja aconsejando a varios equipos de élite a nivel europeo, como la Fiorentina y el Leeds United, además de ser dueño del Alcorcón.

En la academia de Doha se trabaja para explotar el talento local y el que llega desde Aspire Football Dreams. La preparación de largos años no se ha traducido en resultados para este Mundial. "El problema es cultural. Catar es un país sin tradición de fútbol, y el proceso cuesta", así lo asegura un entrenador español que pasó por Aspire en Doha. "Allí se cuenta con los mejores medios, pero también es difícil. A muchos chicos que vienen a entrenar les falta hambre. Te encuentras con chavales de 16 años que ya son multimillonarios, que ya van a heredar las empresas de sus padres. Y eso se nota en la implicación con el fútbol. Ellos ya son ricos, y esa falta de hambre a veces causa frustración en los entrenadores".

Los clubes satélite: Cultural Leonesa y Kas Eupen

Los clubes satélite constituyen un elemento decisivo en el proyecto de Aspire. Tras el recorrido formativo y el de captación, a sus jugadores les llega la oportunidad de curtirse en el fútbol profesional, en el corazón del fútbol de élite: Europa. Para ello, la inversión catarí se hizo con dos clubes. La Cultural Leonesa, en España, y el Kas Eupen, en Bélgica.

Aspire salvó a la Cultural Leonesa de la desaparición, por sus profundos problemas económicos, y consiguió que el equipo de León volviera a Segunda División con Rubén de la Barrera, aunque solo fuera por un año. Después, la caída y peregrinación por Segunda B, ahora ya Primera RFEF. Trabajadores de la Cultural perciben un cambio de dinámica desde Catar con respecto al club. "Al principio, notábamos cada día la implicación de Aspire en la Cultu, pero la sensación va decayendo. El proyecto estaba muy enfocado a la fecha del Mundial".

El plan con la Cultural Leonesa y el Kas Eupen no ha salido según lo esperado. Los futbolistas que enviaba Catar a crecer en estos equipos, más competitivos, sufrían el efecto inverso: en vez de mejorar sus condiciones para el fútbol de alto nivel, notaban una involución; sus facultades perdían el sentido lejos del ecosistema de la Academia Aspire de Doha. Un golpe de realidad que la selección nacional de Catar ha sentido en su Mundial, ante equipos más correosos como Ecuador y Senegal. El proyecto continúa con la Cultural en la tercera categoría del fútbol español, y en Bélgica con el Kas Eupen en la máxima división. Pero con un futuro incierto tras la cita mundialista. Catar diseñó Aspire para competir en su Mundial y en la primera semana de torneo quedaron eliminados en dos plumazos. Un proyecto galáctico para revolucionar el fútbol que ahora mismo ya es un sueño fallido. Aunque todavía quedará el último partido de la Selección de Catar contra los Países Bajos.