Mendilibar es un brujo: adivinó que "Mbappé solo necesita sus dos jugadas..."
'Mendi', Onésimo, Vivar Dorado, Portugal y De la Barrera vivieron la final del Mundial en Relevo y el desenlace les dejó sin palabras.
"Francia no ha ido por detrás del marcador ninguna vez. A ver qué hacen ahora", espetaba Rubén de la Barrera después del penalti transformado por Messi que suponía el 1-0. Una pregunta compartida en una sala repleta de conocedores de este deporte. Mendilibar, Onésimo, Miguel Ángel Portugal y Ángel Vivar Dorado compartieron con Relevo la final del Mundial junto al exentrenador de la Real, Cultural y Albacete, comentando el partido y analizando lo que iba dejando.
Hay muchas veces que el fútbol deja pistas en forma de avisos. Que entreabre puertas y permite adivinar tendencias. Esta final del Mundial no ha sido distinto, y Argentina, que es un equipo muy listo, ha ido abriendo de par en par todas las puertas que Francia, dejando entreabiertas, había logrado que nadie abriese. Una vez se abrió, Francia ya no pudo volver a cerrarla. Hasta que Mbappé la cerró de un portazo. Ahí, la final entró en un terreno desconocido.
El encuentro ha pasado por tantas fases emocionales que sería imposible describirlas en un texto. Sería como tratar de explicar toda una vida en unos párrafos. Lo que se puede hacer, es navegar por lo que ha ido dejando, tratando de encauzar un encuentro que ha golpeado a todos los aficionados del fútbol. Si alguien nunca vio un partido, pónganle este.
Empezó el encuentro con una Argentina dominante, encontrando cada pase que quería a espaldas de Tchouaméni, juntándose a través de la pelota y haciendo parecer a la intratable Francia un equipo muy pequeño. Con la inclusión de Di María como extremo, Scaloni le ganó la partida a Deschamps. Encontrándole cada vez en superioridad tras filtrar dentro, el 1x1 ante Koundé y un Dembélé que andaba perdido le dio a Argentina la ventaja en banda que necesitaba. Onésimo, que fue un fino gambeteador y ahora es entrenador: "Yo es que no he visto nada de Francia que me haya gustado mucho, proponen muy poquito." El 2-0 en el primer tiempo fue más que nunca consecuencia de un plan de partido y una ejecución muy buenas.
La grandeza de Di María y la movilidad de Julián, al que Onésimo, gran detector del talento puro, no paró de alabar durante el partido: "Este jugador tiene una gran movilidad, es un delantero muy pesado para el rival", sentenciaba Vivar Dorado, que ahora empieza su carrera en los banquillos tras haber sido un fino centrocampista. Desde ahí, Scaloni iba construyendo superioridades que le hacían estar mucho más cómodo. Messi fluyendo, tocándola más que nunca en la zona que puede ser decisivo, con Mac Allister siendo su mejor socio y Enzo ordenando, Argentina parecía un equipo inabordable. De hecho, Rubén de la Barrera apuntó algo que contiene la simpleza de este deporte: "Enzo y Mac Allister. Scaloni los puso y Argentina empezó a funcionar."
"No esperaba que este jugador llegase a hacer carrera con Argentina", dijo Onésimo del futbolista con el que coincidió en el Murcia. Gran parte del partido de los de Scaloni se explica desde su banda izquierda, con un Tagliafico que le ganó cada disputa a Ousmane Dembélé y se hizo fuerte desde la asociación con Di María.
Deschamps cambió, en el 42' a Dembélé y Giroud, dos piezas indiscutibles que no estaban pudiendo entrar en juego y que, además, el del Barça había cometido un penalti muy impropio del escenario en el que se encontraba. Unos cambios que Mendilibar, columnista de cabecera en Relevo, definió de la siguiente forma: "No buscas cambiar a los peores, sino cambiar la dinámica sacudiendo a tu equipo". Y Francia, en cierta forma, lo logró. Kolo Muani y Thuram sumaron mucho y, con el paso de los minutos, se tornaron en decisivos en este partido.
"Mbappé no está apareciendo, pero necesita dos para ser decisivo. Sus dos jugadas". Mendilibar lo predijo y Mbappé se encargó de completar uno de los finales de Mundial más vibrantes de todos los tiempos, con dos zarpazos de pura raza y talento para llevar el partido a un escenario que ni los expertos que estaban en la sala se atrevían a discutir. Era un terreno pantanoso, desconocido y lleno de trabas en el que uno se acercaba con dudas. Y cuando Francia tenía el partido donde quería, con un físico que le permitía ser optimista, se deshizo. Y apareció Argentina de nuevo.
"¿Cómo vas a quitar a Julián con lo que está trabajando? Aunque esté cansado, te da cosas que Lautaro no", apuntó Miguel Ángel Portugal cuando un servidor señalaba ese cambio. Suerte que Scaloni se mantuvo firme, porque los minutos de Lautaro, pese a la jugada decisiva, no fueron los mejores en un partido que ratifica a Scaloni como un elegido para el pueblo argentino. "Tuvo la fortuna de equivocarse en su primera jornada. Los cambios que ha ido haciendo le han dado la razón", apuntó Mendilibar.
Los tardíos cambios de Scaloni, con Lautaro y Paredes, le dieron mayor control en primeros pases y amenaza al espacio. Aparecieron de nuevo puertas abiertas y Argentina encontró el gol con una gran jugada. No sin que antes el Dibu Martínez dejase una parada estratosférica. La mejor del torneo. "Me encanta este portero, tiene mucho carácter, esa forma de competir... es de mi tipo", remató De la Barrera. Ya no había reclamos tácticos, no existía más que ojos mirando la pantalla, disfrutando de un partido que va directo al corazón de los futboleros. Onésimo acertó una vez más. Francia empatará. Y empató. El ganador de la tanda también lo acertó. Os dejo a vosotros que adivinéis cuál fue.