Zakharyan aterriza en la Real: un niño de la guerra que le debe su carrera a su abuela
La Real ha oficializado el fichaje del joven futbolista ruso, que firma un contrato de seis años a cambio de unos 12 millones.
Arsen Zakharyan es nuevo jugador de la Real Sociedad. El club donostiarra ha llegado a un acuerdo con el Dinamo de Moscú para la compra de esta perla del fútbol ruso, que ha acaparado los focos del torneo local y que llega a Donostia para hacer olvidar a David Silva. Firma un contrato de seis años, a cambio de cerca de 12 millones de euros. Así llega el último fichaje de la dirección deportiva txuri-urdin. Un futbolista genial, mágico, de equipo grande. Y con una historia detrás que le ha curtido y le ha convertido en un referente para su país.
Zakharyan está preparado. O así lo aseguran desde Rusia, donde hablan de un jugador maduro y que desde su debut con el Dinamo de Moscú en 2020 ha ido dando pasos adelantados para un joven de su edad. Suma 89 partidos en el primer equipo, anotando 19 goles, lo que valió para ser elegido el año pasado como uno de los 60 mejores jugadores jóvenes del mundo en la edición británica de The Guardian. Un logro que le convirtió en estrella y que le puso mucha presión sobre sus hombros como la gran promesa rusa de esta década, comparado siempre con Arshavin.
Arsen tiene mucha personalidad. Nacido en Samara (Rusia) en el año 2003, sus orígenes son armenios. Su familia proviene de Mardakert, una ciudad en Alto-Karabaj, donde la guerra ha estado muy presente en los últimos 30 años. Los conflictos armados obligaron a sus padres a mudarse a Samara a comienzos de los 90. "La guerra tuvo un fuerte impacto en nuestra región", reconoció su padre, Norayr, en una entrevista a Sport24 hace unos años. "Mardakert siempre estaba bajo fuego, era terrible y aterrador... Mi tío y mi tía todavía viven allí y vamos allí todos los años. Por supuesto, después de la guerra fue difícil, pero salimos y gradualmente comenzamos a construir nuestras vidas de nuevo".
Criado en una familia humilde y trabajadora, su padre y su madre estuvieron muy presentes en toda su formación, sin perderse un solo entrenamiento o torneo de su hijo, pero quien realmente potenció sus habilidades fue su abuela. Nelly Stepanyan, como se llama, emigró también a Samara y estuvo siempre encima de la pasión de sus nietos, que acostumbraban a jugar en un patio de la casa, utilizando los árboles de porterías y un césped "horrible", según explicó una vez el propio Zakharyan.
Su abuela quiso mejorar las condiciones. "Mañana por la mañana ordenaré un tractor para traer la tierra". Y así fue. Llegó una amiga, limpió todo, puso la tierra y sembró la hierba, que fue creciendo poco a poco. Simplemente mejoró todo", contó el futbolista. "Ella está conmigo desde pequeño, incluso salía al patio a jugar conmigo. La llevé a los entrenamientos, venía a los partidos... Tanto emocional como físicamente me ayudó mucho en la infancia".
"Yo era muy estricta con mis nietos. Los niños no pueden decir que los mimé porque no era así. Trabajé con ellos porque quería que fueran jugadores de fútbol, pero sobre todo quería niños que sean educados. ¡Quiero que mis nietos se conviertan en futbolistas, pero no en estrellas!", explicó en un artículo de Sport24 hace unos meses sobre la nueva perla txuri-urdin.
Con Cristiano como ídolo y una leyenda local como 'padre'
Si su abuela y su padre fueron claves en los comienzos de su carrera, también Vladimir Korolev, una leyenda del fútbol ruso que le apadrinó futbolísticamente y le entrenó durante una década. Primero en el modesto club Wings of Soviets y después en la Academia Korolev, donde destacó tanto que a los 13 años los principales clubes del país se pegaban por sus servicios. Probó en el Zenit, pero acabó fichando por el Dinamo de Moscú un año después.
En la capital, alejado de su abuela y de su familia, llegó su última etapa de maduración. La de los últimos pasos antes del profesionalismo, que llegó en 2020, cuando empezó a jugar en el filial. Debutó con gol y su nivel fue tan alto que solo dos meses después disputó su primer encuentro en la Premier League rusa. A partir de febrero de 2021, con solo 17 años, se convirtió en un fijo de las alineaciones del Dinamo y habitual de la sub-21, hasta que en septiembre del mismo año debutó con la absoluta, donde hoy es uno de sus referentes.
Su gran ídolo fue siempre Cristiano Ronaldo y su ambición, la de poder convertirse en un gran futbolista en LaLiga española. Ahora tendrá la oportunidad de hacerlo y de volver a enamorar a la afición txuri-urdin como hicieron Valeri Karpin o Dmitriy Khokhlov, presentes en aquella Real Sociedad que rozó el título en la temporada 2002-03. Asier, como ya le llaman en tono irónico varios aficionados en redes sociales, está listo para triunfar.