El vestuario del Athletic, la gran barrera de Nico Williams para dar el paso

El futuro de Nico Williams está en sus manos y de nadie más. Eso es lógico, teniendo en cuenta que en su contrato figura una cláusula de rescisión de 58 millones y que en caso de que un club esté dispuesto y en capacidad de pagarla, su decisión será la definitiva. Eso no impide que el Athletic, con Jon Uriarte a la cabeza, vaya a intentar por todos los medios su continuidad, así como un vestuario rojiblanco que le arropó desde antes de subir al primer equipo y que durante más de un año viene hablando con él, siempre respetándole, para conseguir mantener a un futbolista de primer nivel entre ellos.

Lo hicieron el curso pasado, cuando su renovación estaba siendo negociada. El día en que se lo comunicó al vestuario, Nico abrazó a todos uno por uno. "Te hice caso, eh. Te hice caso", le dijo al oído a Unai Simón, mientras el portero le daba la enhorabuena por su nuevo contrato hasta 2027. Recientemente, el portero también hizo de representante rojiblanco en una entrevista con Radio Nacional: "Puede jugar en cualquier equipo del mundo, pero tiene contrato en el Athletic hasta 2027. Le veo muy feliz y con las ideas muy claras", dejó claro.

Su familia, presente en Alemania durante toda la Eurocopa, también tiene mucho peso. Con María, su madre, a la cabeza, también le recomendaron ampliar su vinculación y, por supuesto, Iñaki. Su hermano mayor tiene una gran ascendencia sobre él y fue importante en la decisión, como lo demostró que incluso en el anuncio oficial posasen juntos con una camiseta con su nuevo vínculo.

Aquellas 'negociaciones' en privado fueron clave para que Nico diese un paso muy importante y que pocos tienen en cuenta. La realidad es que de no haber renovado en diciembre, hoy sería un jugador libre, pudiendo llegar a un acuerdo con cualquier club -tenía varias ofertas- e ingresando una prima de fichaje por estampar su firma con cualquiera de ellos. Por su cabeza nunca pasó ese escenario, convencido de que si en algún momento abandona el club de su vida será dejando dinero en caja, con buenas relaciones y sin hacer movimientos a las espaldas.

A nadie se le escapa, de cualquier forma, que su nuevo vínculo dejaba abierta una puerta a una posible salida futura por tener una cláusula que hoy está por debajo de su valor de mercado. Por ello, hace ya meses que en el vestuario se viene haciendo el mismo trabajo que hizo Unai Simón en la renovación. El grupo está más unido que nunca tras el éxito copero y el quinto puesto liguero, convencidos de que están ante una oportunidad única de brillar por Europa con el escudo rojiblanco.

Y para ello es clave que Nico Williams siga en el club vasco. Es parte fundamental de esa ilusión desatada que hay en Bilbao y también en el grupo. Ya eran conscientes antes de la Eurocopa de que sería un verano complicado por todas las ofertas que podrían llegar por el pequeño de los hermanos y esa unión del vestuario, escenificada en momentos como el viaje grupal a Londres tras acabar LaLiga, es uno de los argumentos más fuertes para convencerle. Como en Bilbao no estará en ningún sitio.

Sorprende, tanto en el entorno como en el club, que se ponga el foco en la buena relación de Nico con jugadores del Barça para decantar la balanza cuando en el rojiblanco está su hermano (de sangre), además de toda una plantilla con la que tiene una gran relación y mucho respeto, sobre todo por los veteranos, a quienes conoce desde que jugaba en la cantera y visitaba el vestuario de la mano de Iñaki. Más aún con futbolistas como Adu Ares -es parte de su cuadrilla más íntima-, Álvaro Djaló -a quien ya conoce desde hace tiempo- o Unai Gómez, por mencionar algunos.

Con otro buen amigo como es Imanol García de Albéniz no coincidirá, ya que el lateral ha firmado recientemente con el Sparta de Praga. Una pena para el internacional, que le despidió con un emoticono con lágrimas y un corazón como respuesta a la carta de agradecimiento del jugador de Gallarta. Una prueba más de esa buena relación que mantiene con todos.

Más allá del ruido mediático que hay en torno al futuro de Nico Williams, el jugador rojiblanco descansa tras el título de la Eurocopa con su círculo más íntimo. Es tiempo de desconexión, aprovechando las cuatro semanas que les han dado desde el club bilbaíno a los campeones europeos. Durante este tiempo, según su entorno, la intención es la de olvidarse de todo lo sucedido en este intenso mes y recuperarse de la mejor forma para afrontar una nueva temporada ilusionante.

Nadie se atreve a decir tajantemente lo que sucederá, pero en Bilbao se confía en que se reincorpore a Lezama, siguiendo el plan de trabajo que desde los servicios médicos le han adaptado para él. Allí le esperará su hermano y un vestuario que le mima para disfrutar de él en el regreso a competiciones continentales.