Premio para Lunin en mitad de la caída
El Real Madrid renueva al portero hasta 2030 cuando parece haber regresado a la casilla de salida: vive a la sombra de Courtois y ha vuelto a la suplencia con Ucrania.
El Real Madrid ha confirmado este mediodía lo que adelantó Relevo allá por el mes de mayo: que Andriy Lunin (25 años) renueva con el club blanco hasta 2030. La ampliación, pactada desde marzo, lleva aparejada una notable mejora económica y refuerza el estatus que se ganó el portero con sus actuaciones decisivas en la pasada Champions. El ucraniano terminaba contrato en 2025 y en Valdebebas temían que pudiese salir libre este verano, algo que, ahora, se garantizan que no ocurrirá.
Comunicado Oficial: renovación de Andriy Lunin.#Lunin2030 | #RealMadrid
Real Madrid C.F. (@realmadrid) September 13, 2024
El club aceleró la maquinaria para alcanzar un acuerdo cuando Lunin se destapó en la segunda parte de la temporada pasada. Con Courtois en el dique seco, el '13' le ganó el puesto a Kepa y ocupó la meta hasta que regresó el belga, el elegido para rodarse en los últimos encuentros de Liga y para disputar la final de la Copa de Europa. Antes, las paradas del ucraniano en las eliminatorias de octavos (Leipzig), cuartos (Manchester City) y semifinales (Bayern) resultaron decisivas para optar luego a levantar la Decimoquinta en Wembley.
A lo largo del curso gozó de un mayor protagonismo que nunca (acabó con 30 partidos) y el Madrid, encantado con su profesionalidad y su nivel, se decidió a proponerle una renovación que premia su rendimiento y le sube de escalón en la escala salarial. Sus heroicidades en Leipzig (nueve intervenciones) y Mánchester (paró los penaltis de Kovacic y Bernardo Silva después de un encuentro casi perfecto) no se olvidan.
Vuelta al punto de partida
Sin embargo, ahora Lunin parece haber retrocedido y regresado al punto de partida. No hay ninguna posibilidad de que le arrebate el puesto a Courtois si este no se lesiona y con Ucrania, con la que había saltado a la titularidad gracias a sus paradas en el Madrid, también es suplente desde que la pifió en la primera jornada de la Eurocopa (cometió dos errores groseros que propiciaron la derrota contra Rumanía). El joven Trubin le ganó la partida y a Andriy le toca esperar de nuevo.
El reto que se le presenta en los próximos meses es mayúsculo, con previsibles oportunidades en la Copa del Rey (el Madrid comienza su participación el 5 de enero) y el deber de no decaer y mantener el mismo rigor en los entrenamientos. Este medio ya informó de que su actitud en la final de la Champions dejó que desear, al no felicitar a Courtois y evidenciar su frialdad con su compañero, y lo único que no aceptará Ancelotti será que el ambiente se enturbie. En cualquier caso, Lunin ha aceptado competir con Tibú para renovar porque se ve preparado para ponerse la camiseta de titular.
El acuerdo se cerró entre José Ángel Sánchez, director general, y Jorge Mendes, agente del jugador desde mayo. Y, como son muchos los clubes europeos y españoles que han llamado a la puerta del ex de Oviedo o Valladolid en los últimos meses, ninguna de las dos partes se cierra en banda a que no se produzca un traspaso el próximo verano si Lunin ve frenada su progresión. El Arsenal le quiso para competir con Raya. Aunque no es algo en lo que se piense en este momento, el entorno del futbolista ha abogado en varias ocasiones más por su salida que por que permaneciese en Madrid y un curso en blanco puede hacer cambiar al meta de opinión.
Un cambio radical
En cualquier caso, Lunin valora este movimiento porque hace exactamente un año, en el inicio de la 23-24, Ancelotti insistió en sustituir al ucraniano y pidió un esfuerzo para incorporar a alguno de los guardametas a los que se espiaba. Había cuatro candidatos marcados en rojo: Robert Sánchez, Bono, Gazzaniga y David Soria. Y le ofrecieron a Mamardashvili. Los choques que había disputado Lunin hasta esa fecha habían dejado algunas dudas, sobre todo alguno de Liga y el del Cacereño en Copa. Luego, los del Mundial de Clubes de 2023 tampoco ayudaron a cambiar la opinión del cuerpo técnico, que trató de convencer a la cúpula que reemplazar al de Krasnohrad debía ser un movimiento casi obligatorio. Aquellos fantasmas han desaparecido con una progresión espectacular.
El club primó en ese momento la política de contención de gastos que rige desde hace tiempo (pagar un traspaso por un portero suplente se consideró un gasto innecesario) y la apuesta ha salido de maravilla. El ex del Real Oviedo empezó la temporada como suplente de Kepa, con Courtois ya en la enfermería, pero no tiró la toalla y se ganó el puesto después de que el vasco sufriese un problema muscular en el calentamiento de un partido ante el Sporting de Braga. Ahora, con esta renovación, el Madrid pretende trasladarle su apuesta sincera por él aunque sus opciones de jugar sigan siendo mínimas por luchar por un puesto contra "el mejor del mundo" para el entrenador.