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Cuando La Masia miraba más al cadete de Xavi Hernández que al Dream Team: "Si lo vieses, alucinarías, con 12 años jugaba como jugó en la final del Mundial"

Luis Cembranos, canterano del Dream Team de Cruyff, repasa su carrera en Relevo y desgrana con especial énfasis la idiosincrasia de las inferiores del Barça.

Luis Cembranos, durante su etapa en La Masia. /FC BARCELONA
Luis Cembranos, durante su etapa en La Masia. FC BARCELONA
Jonathan Ramos

Jonathan Ramos

Hubo una época en la que el Rayo Vallecano jugó competición europea. Lo hizo gracias a su Fair Play, pero llegó hasta cuartos de final de la UEFA. Entre los pocos elegidos de esa plantilla destacó uno: Luis Cembranos. El mediocentro es el último jugador del Rayo Vallecano que ha vestido la camiseta de la Selección (Diego Llorente lo hizo en calidad de cedido en 2016). Nacido en Luzern (Suiza) en 1972, Cembranos es a todos los efectos leonés, tanto por sentimiento, como por crianza.

Creció entre balones en los campos de León y desde bien pequeño llamó la atención de clubes de postín. Antes de ofrecer sus mejores años de fútbol en La Franja, y firmar su correspondiente debut con La Roja, el centrocampista se vio obligado a alejarse de los suyos para crecer en una de las escuelas de fútbol con más renombre de la historia del deporte: La Masia. Lo hizo cuando un tal Johan Cruyff dirigía al Dream Team. Al mismo tiempo, tutelaba las categorías inferiores, donde Cembranos no dejó de escalar hasta llegar al primer equipo.

Alejado del mundo del fútbol, pues ya abandonó su conato con los banquillos, Luis Cembranos atiende a Relevo para repasar su carrera, con especial hincapié en su etapa formativa. El exjugador todavía recuerda el día en que estuvo a pruebas con el Real Madrid. "Fue muy poco tiempo para hacer una valoración, por muchas capacidades que tengas, no eres un robot", dice ahora. En esas 24 horas que pisó el césped de Valdebebas, tanto Camacho como Del Bosque no le quitaron el ojo. Ellos dos tuvieron que ver cómo un mes después vestía la camiseta del Barça. "Yo era el mismo jugador", insiste.

Con 17 años viajas a Madrid para hacer una prueba en el Real Madrid.

Eso es, tenía 17 años y era la primera vez que salía de Castilla y León. Yo jugaba en la liga territorial, donde el viaje más largo era ir a Valladolid, Salamanca, o, como mucho, Zamora. Me llamaron para jugar un partido en la Ciudad Deportiva del Real Madrid. Tenía que ir en coche y volver el mismo día. En esa época se tardaban cinco horas como mínimo en llegar a Madrid en coche. Era llegar a las 14:00 al hotel, comer algo y salir corriendo para entrenar. Fue una prueba peculiar porque, al llegar, tuvimos un entrenamiento y al día siguiente un partido contra el Castilla. Fue muy poco tiempo para hacer una valoración. Camacho y Del Bosque me vieron hacer la prueba. Yo creo que las circunstancias no fueron las idóneas.

"Las circunstancias del viaje, con cinco horas de coche, llegar para comer rápido, hacer una prueba recién comido que, por muchas capacidades que tengas, no eres un robot"

Luis Cembranos Sobre su prueba con el Real Madrid

¿Antes de hacerte la prueba te habían avisado que era un mero trámite, no?

Fui a la prueba con otros dos compañeros del equipo, pero a mí ya me seguían y solo querían verme de cerca para ficharme, pero nunca se supo nada más de ese tema. No había la información que hay ahora, era un convenio entre mi club y el Real Madrid. Había algo hablado entre alguien relacionado con el Madrid y el entrenador de mi equipo, pero nunca se llegó a concretar nada.

¿Llegaste a tener la sensación de ser uno más entre esos miles y miles de niños que hacen unas pruebas a la cantera?

Realmente fue así. Yo en teoría no iba a probar. Iban a aprovechar que viajaban dos compañeros para verme más de cerca. Las circunstancias del viaje, con cinco horas de coche, llegar para comer rápido, hacer una prueba recién comido que, por muchas capacidades que tengas, no eres un robot. Yo siempre lo comparo con la prueba que hice en el Barça, que surgió gracias a Toño de la Cruz.

¿Fue muy distinta?

Cuando llegué a Barcelona me estaban esperando en la estación de tren, me llevaron, llegué a la habitación, cené, descansé y estuve cinco días en la ciudad. Probé con un equipo, con otro más, hice varios entrenamientos y el segundo día ya me ofrecieron quedarme en Barcelona. Todo esto un par de meses después de hacer la prueba con el Real Madrid. Yo era el mismo jugador.

"Era mucho más exagerado que ahora. Allí éramos un número. Cada uno sabía la posición por el número con el que se jugaba o decía el entrenador. Siempre se jugaba con un '3-4-3', desde los más pequeños hasta el filial. Era sagrada esa combinación"

Luis Cembranos Sobre el estilo de La Masia

Apostaron sin dudarlo.

Sí. Entre medias estuvo el Valladolid, que ya me conocía por los partidos a nivel territorial. Hubo un cambio de directiva ese año y se generó un vacío en la toma de decisiones. Todo se demoró y salió la prueba del Barça, que era el único equipo que me ofreció formar parte del equipo Sub-19.

¿Y cómo fue la llegada a La Masia?

Complicada, porque echas de menos a tu gente, tienes nostalgia de tu tierra, de tus amigos. Quería un reto para mí y era una posibilidad de abrirme camino en un mundo muy complicado. Todos estábamos en el mismo barco. Éramos gente joven, que tenían las mismas inquietudes, todos echaban de menos a alguien. Nos arropamos entre nosotros. El primer año tuve la suerte de que Toño era mi entrenador, se dio esa circunstancia para que pudiera demostrar todas las posibilidades que tenía como futbolista.

¿Cómo fue la adaptación a una escuela de fútbol tan marcada?

Era mucho más exagerado que ahora. Allí éramos un número. Jugabas de '2' o lo hacías de '7'. Cada uno sabía la posición por el número con el que se jugaba o decía el entrenador. Todos los equipos jugaban con línea de tres atrás. Siempre se jugaba con un '3-4-3', desde los más pequeños hasta el filial. Era sagrada esa combinación. Lo bueno que tenía es que los diferentes años que jugabas siempre tenías la capacidad de jugar en diferentes posiciones. Sabías cómo jugaba el '2', cómo lo hacía el '7', o qué hacía el '8'. Era un aprendizaje continuo. Si vieses equipos como el cadete de Xavi Hernández, alucinarías. Era una maravilla ver cómo niños de 12 años jugaban de memoria.

"Tenía tanta proyección… con 12 años jugaba como jugó la final del Mundial de 2010. Tenía la misma capacidad, la misma soltura y ese desparpajo con 12 años que cuando nos hizo campeones del mundo con 30"

Luis Cembranos Sobre Xavi Hernández

Con un estilo tan marcado era muy sencillo dar el salto de categoría dentro de la cantera.

Sí, porque subías de categoría y no notabas los cambios. La temporada que subías a entrenar con equipos de arriba no notabas diferencia gracias al estilo. Al final todos entrenábamos con un modelo muy definido. Los entrenamientos eran prácticamente calcados. Veías a cualquier equipo entrenar, porque nosotros estábamos en La Masia y vivíamos pegados a la Ciudad Deportiva. Veías toda la tarde los entrenamientos y todos los equipos entrenaban igual.

¿Has hablado del cadete de Xavi, pero había algún jugador del que no pudieses despegar la mirada en los entrenamientos?

Digo lo de Xavi porque lo vi crecer, lo vi jugar con 12 años y le vi evolucionar hasta llegar al primer equipo para luego enfrentarme con él cuando yo estaba en el Rayo Vallecano. Tenía tanta proyección… con 12 años jugaba como jugó la final del Mundial de 2010. Tenía la misma capacidad, la misma soltura y ese desparpajo con 12 años que cuando nos hizo campeones del mundo con 30. Luego, cuando yo llegué al primer equipo, entrenar con jugadores del nivel de Laudrup, Stoichkov, Romário, Koeman, Eusebio, Txiki, pues era, vamos… Verte en alineaciones rodeado de jugadores de ese perfil era un regalo.

¿Cómo vas a tu primer entrenamiento rodeado de tantas leyendas del fútbol mundial?

El estilo de juego lo facilitaba todo. El salto del filial al primer equipo era el único salto real que dabas, eso era un mundo. Incluso el filial, que estaba en Segunda División, parecía que eras un equipo más dentro del organigrama de la cantera. Aunque estuvieses jugando en Segunda División, no dejaba de ser un equipo de andar por casa. La estructura era la misma, la única diferencia era la categoría en la que jugabas. Llegar al primer equipo era un escalón extra, todo era bastante progresivo. Una vez entras en la primera plantilla ya tienes la capacidad de crecer y evolucionar internamente. Antes de eso estuve en el Figueres cedido tres meses, por temas de la Mili. Jugué varios partidos en Segunda y al año siguiente volví al filial. Estuve cerca del primer equipo, pero tuve una tríada en la rodilla y me quedé muchos meses fuera. Al volver, debuté en el primer equipo y me fui adaptando poco a poco. Los pasos no fueron fáciles, pero sí asumibles. La estructura del organigrama facilitaba la posibilidad de asentarse en el primer equipo, allí estaban Guillermo Amor, Sergi Barjuan, Carlos Busquets, Chapi Ferrer, todos ellos eran un espejo. Cuando alguien llegaba de la cantera le facilitaban la adaptación.

Cembranos, durante su etapa en Lugo.  ARCHIVO
Cembranos, durante su etapa en Lugo. ARCHIVO

¿Recuerdas tu primera conversación con Johan Cruyff?

Sí. Entrenaba con nosotros siempre. Era un profesor, un entrenador desde dentro del terreno de juego. Estaba en las posesiones con nosotros y te abría un poco la perspectiva. Te enseñaba a colocarte mejor, a cómo perfilarte. En mitad de los ejercicios daba correcciones. Paraba el juego y te decía: '¿Por qué estás en esta posición y no en otra?'. Había miles de posibilidades de las que tú no eras consciente. Él era el profesor. Debutar bajo sus órdenes en Primera División fue un mundo.

"Romario viene de ganar el Mundial el 1994 y Stoichkov es Balón de Oro, pero el ambiente interno no era el más propicio. Había muchas guerras dentro. Creo que había salido Zubizarreta. Había ciertas cosas internamente que habían molestado y no era el clima ideal. Ese año vivirlo desde dentro y siendo un jugador de cantera, pues lo pase un poco al margen, porque esa película no iba conmigo"

Luis Cembranos Sobre la crísis del Dream Team

Alguna vez le he escuchado a Gerard Piqué recordar alguna de las frases que Cruyff le decía cuando era el seleccionador catalán: 'Tirad, que la gente se divierta'. ¿Tú qué frases recuerdas?

Estaba todo muy cuadriculado. Nosotros teníamos un estilo y daba igual contra quién jugásemos. Teníamos que estar subidos, ya no solo en el primer equipo, en todos. Me acuerdo en Segunda o Tercera que íbamos a campos de otras dimensiones, nosotros éramos niños de 18 años y enfrente teníamos equipos hechos y derechos, llenos de veteranos. Teníamos que jugar con ese mismo estilo, con desparpajo, en algunos campos estabas más condicionado, pero no podías perder ese estilo. El primer equipo lo hacía en todos los campos. Daba igual que fuese contra el Eibar o contra el Manchester United. El Barça tenía que ser el perfil de equipo dominador, atrevido, muchas veces con línea de tres y asumiendo muchos riesgos a nivel defensivo.

Te coincidió la gran crisis del Dream Team con tu integración en el primer equipo.

Yo solo estuve en el primer equipo seis partidos. Fueron dos meses muy intensos. Al equipo nos costó clasificarnos a la siguiente fase de la Copa de Europa. En Liga hubo varios resultados complicados. A todos los canteranos nos bajaron al filial y no volvió al primer equipo. En enero, Cruyff me dijo que había un par de equipos interesados en mí: el Oviedo y el Racing de Santander. Me salió la opción de un traspaso al Espanyol, y yo hablé con Cruyff para que me dejase salir.

Desde fuera, esa crisis del Barça recuerda a la actual del Manchester City. ¿Cómo se vivió el inicio del fin del Dream Team desde dentro?

Al final, fue un año muy peculiar. Después de cuatro Ligas consecutivas y la primera Copa de Europa ese año, pues lógicamente el varapalo de la segunda final contra el Milan, con ese resultado tan abultado de la segunda final en Copa Europa, nos pasó factura. Romario viene de ganar el Mundial el 1994 y Stoichkov es Balón de Oro, pero el ambiente interno no era el más propicio. Había muchas guerras dentro. Creo que había salido Zubizarreta. Había ciertas cosas internamente que habían molestado y no era el clima ideal. Ese año, vivirlo desde dentro y siendo un jugador de cantera, pues lo pasé un poco al margen, porque esa película no iba conmigo.

Cuando en el Barça se las daban maduras con Xavi en el banquillo se sacó petróleo a la cantera.

Nosotros lo hicimos al revés. Cruyff nos quitó. Ya habíamos tocado el primer equipo, yo estuve seis partidos, y bajamos al filial. En octubre, noviembre y diciembre no tocamos más el primer equipo. Entrenábamos algún día, pero estuvimos en el filial. A mí bajar me condicionó porque jugaba de lateral derecho, me veían con más proyección ahí, pero mi posición era en otro perfil. Marqué siete goles en 11 partidos. Me veía muy capacitado, por eso tomé la decisión de salir al Espanyol. El Espanyol de Camacho estaba en Primera División y me ofrecía cinco años de contrato.

Luis Cembranos, en un partido con el Rayo. ABC
Luis Cembranos, en un partido con el Rayo. ABC

¿Por qué crees que en un momento tan complicado Cruyff opta por cerrar filas y bajar a todos los jugadores que eran del filial?

Pues no tengo ni idea. Al igual que cuando nos subió no preguntamos, cuando nos bajó tampoco. Son decisiones que toman los entrenadores y están condicionados por las circunstancias que atraviesa el club.

Tengo entendido que en el momento en el cual tú decides fichar por el Espanyol, Cruyff te deja ir, pero luego vino Núñez a intentar frenarlo.

Es Cruyff el que me ofrece salir cedido. Entrenaba con el primer equipo e iba convocado con ellos, pero también jugaba con el filial. Al terminar un entrenamiento con el primer equipo, Cruyff me pidió que no me marchara. Me lleva a su despacho y ahí me explica que hay la posibilidad de salir al Oviedo o al Racing de Santander. Le dije que a mí me habían comentado la opción del Espanyol. 'Qué es lo que quieres hacer', me preguntó. Yo le dije que la apuesta del Espanyol era firme y la quería. Al final, se hace el traspaso, pero Núñez añade una cláusula de recompra, porque no quiere que sea limpio todo el movimiento. Los dos primeros años hubo esa cláusula. Había más cosas, pero no iban conmigo, antes de mi salida ya tuvieron problemas con jugadores como Zubizarreta o Laudrup.

¿Cómo influyó Camacho en tu carrera?

De muchas maneras. En sus dos etapas en el Espanyol y en la Selección fue muy importante para mí. Él vuelve al club después de destruir Sarriá y de que tuviéramos que ir a Montjuïc a jugar. El Espanyol decide traer a Camacho como reclamo para apaciguar las aguas. En su segunda etapa volvió a apostar por mí, porque había ciertas dudas a nivel interno, que no querían que siguiera en el club a pesar de haber firmado un contrato de cinco años. La culminación de todo eso fue que pude tener mi explosión a nivel futbolístico en el Rayo Vallecano. En ese momento, Camacho era el seleccionador y decide llamarme para hacerme debutar en la Selección. Fue como cerrar el círculo. Desde el inicio de su apuesta por mí en 1994 hasta el 2000, cuando debuté en La Roja.

Luis Cembranos celebra un tanto con el Rayo. ABC
Luis Cembranos celebra un tanto con el Rayo. ABC

¿Y por qué consideras que llegó esa explosión en el Rayo?

Bueno, en el Espanyol, como dice el refrán, tenía el enemigo en casa. Jugué cuatro temporadas en Primera División a buen nivel, en un sistema completamente diferente al que me formé en el Barça. Mi etapa en el Espanyol era prácticamente la de un debutante porque en el Barça solo había jugado seis partidos. En ese Espanyol había jugadores de nivel altísimo, internacionales la mayoría, fue difícil adaptarme, pero luego desde la entidad vi que había gente que no apostó por mí. Dependiendo del entrenador, pasaba de jugar a no ir convocado y estar en la lista de transferibles. Al pasar los años me canso y busco un movimiento.

¿Ahí es cuando comienza la etapa del Rayo?

Primero es una cesión que firmamos en enero y, luego, como me quedaba un año de contrato, se firma un traspaso donde el Espanyol recupera todo lo invertido en mí. Me voy al Rayo, haciendo un esfuerzo por mi parte y la del club. Era el año después del ascenso a Primera. Llegué la temporada pasada en enero, cuando el Rayo estaba en Segunda. Ese año conseguimos el ascenso y, tras volver al Espanyol para hacer la pretemporada, cerramos el traspaso.

Vallecas vivió tu mejor fútbol.

Se juntaron muchas cosas, los años en Primera con el Espanyol, el haber competido varias temporadas con muchos estilos de juego diferentes… todo suma. La plantilla era muy competitiva y el entrenador [Juande Ramos] nos sabía sacar el máximo rendimiento. Fuimos líderes durante varias jornadas y hasta jugamos UEFA, aunque fue por el Fair Play. Llegamos a cuartos de final en esa primera competición europea y casi a cuartos en la Copa del Rey. Para mí, el premio individual fue debutar en la Selección. Había ciertos rumores que podría entrar en una convocatoria, pero no terminaba de hacerlo. Pasaron varias hasta que Camacho me llamó. El hecho de debut con la Selección no se me olvidará jamás.