OPINIÓN

Llorente - Giuliano, un ala infernal al servicio del equipo y del gol

Giuliano Simeone, en un lance del encuentro. /REUTERS
Giuliano Simeone, en un lance del encuentro. REUTERS

Pues ahí está. Metido de pleno derecho en la lucha por el título. En tres jornadas, el Atlético ha pasado de estar a 10 puntos del Barcelona, líder inapelable desde la tercera fecha del Campeonato, a tan solo dos. Un partido. Nada que alegar. Todo lo contrario. Después de tocar fondo en la undécima jornada con la derrota ante el Betis en el Benito Villamarín, los rojiblancos han encadenado cuatro victorias consecutivas y han pasado de luchar por el primer puesto de la otra Liga, como vino a decir Simeone en los momentos más bajos, a luchar de pleno derecho por el título de verdad, el del Barça y el Real Madrid.

A base de zafarranchos, de rotaciones masivas, de cambiar sistemas y hombres, de probar arriba y abajo... El técnico argentino parece que está encontrando un bloque competitivo con el que jugarse los cuartos. No se puede escribir de un once más o menos fijo, pero sí de un armazón que se acopla bien a la coraza del 1-4-4-2. La ocupación de los espacios de cabecera de los últimos partidos. La alineación de Pucela sonaba bien desde que salieron las alineaciones. Tan bien como la del miércoles en Praga. Al fin y al cabo, solo tenía una variación. Ante el Spartak jugó Sorloth y contra el Valladolid, Griezmann. Los demás, los mismos. Importante esta cuestión de repetir lo que funciona y marca media docena de goles.

En ese equipo sensato, coherente, con todos los jugadores en su posición idónea, hay que centrar la atención en un foco con mil luces. Posiblemente el más influyente en el rendimiento colectivo, el ala derecha: Llorente-Giuliano. Simeone ha encontrado en este tándem un filón. Dos jugadores de alto nivel físico, profundos, perpendiculares, de los que piensan que el camino más corto para llegar al área rival, es la línea recta. Se entienden bien. Muy bien. Hablan el mismo idioma, el de la velocidad. Se intercambian las posiciones. Están pendientes de las coberturas y de lo que dejan a su espalda cuando se doblan en ataque. Importante este pormenor cuando se posee un talante tan ofensivo como tienen ellos.

Tanto en Praga como en Pucela, ambos se han encontrado con un socio de lujo que entiende a la perfección su juego al espacio y en profundidad. Se trata de De Paul. El argentino, el día que está, está. Y nadie como él para tirar paredes y jugar al primer toque. Es el tercer elemento de una banda derecha que, hoy por hoy, se ha convertido en la mejor arma ofensiva del equipo. El mejor surtidor para los Álvarez, Griezmann... y compañía

El protagonismo que acaparan Giuliano y Llorente no debería eclipsar otras trascendentes particularidades de este renovado Atleti. Que la gran reacción del equipo haya coincidido con la vuelta de Barrios tras su lesión no se debe considerar una casualidad. El canterano ha sido titular en los últimos cuatro partidos de Liga (Las Palmas, Mallorca, Alavés y Valladolid), cuatro victorias y en los dos de Champions, PSG y Sparta de Praga, dos triunfos. Seis de seis. Pleno. Con Barrios en el eje, el equipo tiene más dinamismo, más energía, más juego... en definitiva. Se podrían seguir añadiendo nombres propios a esta mutación que experimenta el equipo partido a partido y que le permite ganar cuando juega bien, mal o regular, pero tampoco es cuestión de escribir un libro.

Eso sí, sería injusto no citar de pasada, al menos, a tres jugadores más: Julián Álvarez, sus goles y su inteligencia en el juego entre líneas hablan por él; Lenglet, que ha dado orden y tranquilidad a la línea defensiva... y Javi Galán, que está demostrando que, a la postre, era el único lateral zurdo de verdad de la plantilla, Reinildo lo era en el fútbol francés, y con confianza y continuidad su rendimiento se ha disparado.