LIGUE 1

¿De dónde viene el enfado de Mbappé? Lo que le prometió el PSG y no le ha concedido

El francés se siente traicionado por la directiva parisina.

Al Khelaifi y Mbappé. /GETTY
Al Khelaifi y Mbappé. GETTY
Jorge C. Picón

Jorge C. Picón

El conflicto entre el PSG y Kylian Mbappé no ha hecho más que empezar. El entorno del jugador ya ha comenzado una batalla mediática filtrando que quiere marcharse este mismo enero tras sentirse traicionado por el equipo con el que renovó el pasado mayo. Desde el club parisino piensan que se trata de una maniobra de presión de su propio futbolista y están muy enfadados con su forma de actuar. Pero, ¿cuáles han sido los motivos para que Mbappé piense que el PSG no ha cumplido su palabra? Relevo ha podido averiguar algunos de ellos.

Sin Zidane y con Neymar

Para convencerle de seguir (acababa contrato en 2023) Nasser Al Khelaifi le aseguró que habría cambios y que tendría cierto peso en las decisiones deportivas. Para empezar, el presidente aseguraba que Zidane sería el entrenador una vez se cerrase la marcha de Mauricio Pochettino. Este fue el primer 'jarro de agua fría' para el internacional francés, que a los pocos meses se enteró que su técnico no sería el ex del Real Madrid, sino Christophe Galtier.

Mbappé quería ser el líder del proyecto y sabía que para ello debía echar al otro 'gallo' del corral: Neymar. La relación entre ambos está muy lejos de ser la que era y de hecho se han creado dos grupos bien diferenciados en el vestuario, con Messi más cerca del brasileño y Ramos, del francés. Al Khelaifi no solo no ha podido vender a Ney, sino que el ex Santos está siendo claro protagonista en estos primeros meses de temporada. Todavía 'colea' el problema de los penaltis, y es que Mbappé quiere lanzarlos todos y sigue encontrando resistencia en sus compañeros, que también quieren asumir esa responsabilidad.

Luis Campos no manda lo que debería

Luis Campos es otro motivo por el cual el de Bondy no se siente cómodo. Relevo ha podido saber que la relación entre el portugués y el presidente, Al Khelaifi, no es para nada fluida. Campos llegó reclamado por Mbappé con, en teoría, bastante peso en la dirección deportiva. Sin embargo, la sensación del entorno del futbolista es que ese poder que debían tener ha sido, finalmente, mucho menos del que esperaban.

Luis Campos. GETTY
Luis Campos. GETTY

Se le prometió el fichaje de un central y de un delantero de primer nivel. Para este segundo, se llamó a Lewandowski, pero el polaco dijo 'no' porque su prioridad era Barcelona. También tuvieron en el punto de mira a Haaland, aunque este no consideró la opción. Lo único accesible que se encontró en el mercado fue Hugo Ekitike, muy lejos del nivel de atacante que esperaba Kylian.

Respecto al zaguero, el nombre elegido era Milan Skriniar. Luis Campos llegó a un acuerdo con el jugador y la operación estaba a punto de cerrarse. Solo faltaba que el PSG pagase la cantidad que pedía el Inter. Sin embargo, a última hora, Antero Henrique, encargado de manejar el dinero para fichajes en el club, les comunicó que no podían llegar a las cifras que pedían desde Italia y que no se iba a concretar. Una decisión que no gusto nada Mbappé.

A esto se le suma un aspecto puramente deportivo: el de su posición en el terreno de juego. Su lugar ha sido el extremo izquierdo y no está nada cómodo con el plan de Galtier de utilizarlo como delantero centro, como está haciendo en los últimos partidos. Mbappé se ha quejado públicamente asegurando que se siente más cómodo jugando con otro delantero, como hace en la selección francesa con Giroud.

Una situación con demasiadas aristas y con difícil solución. Mbappé, que acaba de firmar un contrato de dos años más uno opcional, está en desventaja. Sin embargo, ha demostrado tener mucha fuera mediática y no dudará en utilizarla. Ahora bien, el PSG no se arruga y sabe que tiene la sartén por el mango. Por tanto, parece que ambas partes están condenadas a entenderse.