Sandoval y los secretos de la permanencia: "El jefe de prensa es muy importante"
José Ramón Sandoval salvó en 2018 a un Córdoba que se daba por desahuciado. A esa proeza se agarran muchos conjuntos en situación crítica.
Antepenúltimo, a once puntos de la salvación y con dieciséis jornadas por delante. Ese fue el panorama con el que llegó al Nuevo Arcángel José Ramón Sandoval (Humanes, Madrid, 1968). La reacción iba a ser brutal: 10 victorias en 16 partidos, cuando en todo el tramo anterior solo se habían ganado cinco.
La salvación del equipo califal pasó así a formar parte de esos clavos ardiendo a los que se agarra cualquier escuadra en situación límite. "No me gusta que se le llame 'milagro', porque hay mucho trabajo detrás, prefiero creencia", comenta a Relevo rememorando una reacción que dejó huella para siempre en la categoría de plata.
Entre sus éxitos, también destacan el ascenso a Primera de un Rayo zarandeado por los graves problemas económicos o el rescate del Granada en las últimas cuatro jornadas de la 2014/15, para mantener la máxima categoría. Su experiencia le permite ofrecernos una reflexión sobre qué hacer en la pelea para lograr la salvación… por muy difícil que parezca. Sandoval resume las claves de la permanencia en diez conceptos, que detalla con su experiencia en LaLiga Smartbank.
Convencimiento
"Es primordial. La única manera de transmitir a la gente lo que hay que hacer es estar tú convencido. Cuando fui al Granada o al Córdoba, lo primero que hicimos fue estudiar bien las plantillas, tener una charla de grupo y muchas individuales. Todos esos jugadores habían conseguido logros importantes en sus carreras, por eso estaban en el fútbol profesional. Hay que recordarles esos momentos dulces y mostrarles que son capaces de hacerlo. Tras la charla de los martes, mi segundo, Isma, me decía: "¡Pero si me has dicho antes que lo veías difícil y a ellos les has dicho tal y cual!" Le contesté, claro, es que ellos son los que nos van a sacar, a ti te tengo que tener preocupado para que me busques datos y soluciones. Ellos tienen que lucir en los partidos, nosotros, trabajar a tope".
Prioridad del colectivo
"Al final, el grupo es lo más importante. Hay que hacerles ver que todos van a ser importantes y comprometerte a que lo sean. No a todos les puedes repartir los mismos minutos, pero sí puedes hacer un guiño porque en los entrenamientos y en el día a día van a hacer mucha falta todos. Aunque el papel de un jugador sea secundario, es importante que también crea en la salvación y en que forma parte de ella. Si se consigue el objetivo, él también saldrá beneficiado".
Dividir el reto
"Nosotros marcamos objetivos por bloques. Se trata de hacer un poquito más que el rival que va por delante, no en el de la salvación si está más arriba. Tienes que coger a ese y una vez que lo has pillado, a por el otro. Si te fijas en el rival que marca la salvación, te equivocas. Muchas veces ese rival no es el que luego desciende, sino otro situado más arriba. Hacíamos bloques de cuatro o cinco porque sabíamos que dentro de ese grupo, era lógico perder uno o dos. Así la derrota no penaliza tanto. Si en cada bloque, sacas unos puntos al que llevas por delante, va bien. Se ve diferente porque puedes perder un partido, pero en conjunto ganas. El primer bloque en Córdoba nos salió bien, el segundo regular y el tercero increíble: ganamos los cinco".
Truco del impostor
"Si no han sido capaces de ganar muchos partidos hasta el día que llegas, tampoco hay que decirles que a partir de entonces vas a ganar todo, no se lo creerían. Por eso, tanto a las victorias como a las derrotas, hay que tratarlas como un impostor: no hay que hacerles caso. Hay que fijarse en tener buenas sensaciones en el día a día. Así te verás el día del partido capaz de ganarlo. Recuerdo una anécdota en el Córdoba. A Sergi Guardiola le hicieron una entrevista al tercer partido de nuestra llegada. El primero lo habíamos perdido contra el Granada. El segundo y tercero, ganado. Me quedo con la convicción que ese jugador tenía. Al llegar, lo vimos triste y cabizbajo, mientras que cuando le hacen esa entrevista, se creía lo mismo que yo me creía: podíamos ganar a cualquier equipo. En la entrevista contó que ellos antes marcaban un gol y al llegar el minuto 80, sabían que les iban a remontar, porque si estaban tan abajo era porque cometían muchos errores. Sin embargo, ahora pensaban que podían remontar porque el equipo está mentalizado en el día a día".
Incidencia en lo positivo
"Se trata de minimizar errores y potenciar virtudes. En las charlas postpartido no metíamos tanto video contando 'mira, te has equivocado aquí y has hecho esto mal'. Todo lo contrario, cogíamos lo bueno y lo potenciábamos. Recuerdo el partido contra el Huesca, que perdimos 2 a 4 en Córdoba. Era el momento en el cual, si ganábamos, casi sacábamos la cabeza. Escuché a Rubi, entrenador del Huesca, decir en rueda de prensa que habíamos sido mejores, aunque nos había faltado ser eficaces. Fui y le dije a mi scouting que tirase el vídeo postpartido a la papelera. Íbamos a meter ese mensaje de Rubi. En Vallecas ganamos 1 a 2. Ese partido nos dio la vida para jugárnosla en los últimos dos partidos. No se trata de mentir al jugador ni de engañarse. Es obvio, que luego tienes que hablar con el jugador y corregir ciertas cosas, pero en momentos de debilidad es mejor no incidir en los defectos".
Entrenamientos lúdicos
"En el Córdoba tuve algo más de tiempo, pero cuando llegué al Granada, quedaban cuatro partidos, así que buscamos entrenamientos lúdicos donde sacar mejor rendimiento físico al jugador quitándole peso mental. Nacho, el preparador físico, e Ismael, ayudaron a que los entrenamientos fueran más entretenidos. Metimos la táctica dentro de juegos: ser atrevidos sacando el balón jugado, presión tras pérdida... En el primer entrenamiento recuerdo que el equipo perdió el balón y se fue hacia atrás. '¡Pero si os estoy pidiendo presión tras pérdida!', les dije. Por eso, era mejor hacerlo con juegos para cambiar la mentalidad. Eran entrenamientos lúdicos, con reglas y puntuaciones".
Pesos pesados
"Es muy importante involucrar a la columna vertebral, a la gente importante. Tu mensaje puede llegar a ciertos jugadores, pero los pesos pesados te tienen que ayudar a transmitirlo en el campo. El entrenador en la banda deja de existir. Hay que dar jerarquía a ciertos jugadores y responsabilidad para que ellos lo trasmitan dentro del campo. Recuerdo que el Granada encajaba goles a balón parado y dimos responsabilidades al portero, al que iba a la corta y al que iba al balón: "Vosotros tres sois los responsables de activar a vuestros compañeros. No empecéis a pegar voces porque al final no se escucha a nadie, cada uno su obligación. Por bloques de jugadores, tú te haces responsable de que este y este cojan la marca. Tú de que este y este, estén posicionados..." En esa estrategia la gente estaba muy concentrada, cada uno sabía sus tareas".
Afición
"Es el generador que hace que los jugadores asuman responsabilidad. En Córdoba, el martes se habían acabado las entradas. El estadio se llenaba y el jugador se sentía responsable. En Granada recuerdo que habían ganado tres partidos en toda la Liga y, cuando me fichan, había un cortejo de casi dos kilómetros de gente tirándose al autocar gritando: '¡Vamos que lo conseguimos!'. Vi a dos jugadores con cascos escuchando música y les dije: "¿Estáis locos?, No veis que no les habéis dado nada en toda la temporada y todavía os quieren. Quitaos los cascos y dar en el cristal, transmitir a esa gente". Cuando el rival llega, como ahora, a una Rosaleda llena, sabe que enfrente habrá un equipo que va a salir a morir".
Complicidad del entorno
"Si hay alguien dentro del club que no cree en ello, estamos muertos. El jefe de prensa es muy importante, yo cogí mucha amistad en estas salvaciones con ellos. Me exponía en todos los medios. Yo también les decía que eligiesen a tal jugador, que su mensaje iba a llegar, hay que acertar en quién tienes que poner y a quién no. El trabajo del campo se hace mejor o peor, por ejemplo, con el post partido. No hay nada mejor que dar a una persona desesperada algo en lo que creer, va a hacer lo que haga falta".
Efecto Banderas
"Puedes planificar todo, pero no juegas contra ti, sino contra un rival con variantes que tú no dominas. Como no te tires a tumba abierta, no lo vas a conseguir. Por muy metódico que seas, lo tengas programado tácticamente, etc., entran otras variables. Hay que llegar y jugar con el corazón. Una vez escuché decir a Antonio Banderas, al que admiro como triunfador que se lo ha currado, que hay gente que hace todo en la vida cerebralmente, metódicamente, pues él no, él había conseguido las cosas de corazón. Muchas veces en la vida eso es necesario. Hay que trabajar antes, por ejemplo, para preparar los penaltis y que los buenos no se escondan. Hay que hacerles ver su calidad para que cuando llegue el momento se vean capaces de lanzar. Eso es preparación, pero luego, en el césped, hay que ponerle siempre al fútbol corazón".
Así consiguió Sandoval salvar a un Córdoba en situación límite y a un Granada que lo tenía muy complicado. Sobre la pugna que mantienen Málaga y Racing, esta es su opinión: "Yo veo al Málaga en una dinámica muy buena. Lo que pasa es que enfrente tiene a un Racing que es lo mismo, el Sardinero también se llena, es una afición que no va a dejar que caiga el equipo. Veo otros equipos, que no están tan cerca del Málaga, con más preocupación. Ya hemos visto ocasiones en las que no cae el que está más cerca". Quedan cinco jornadas y todo puede pasar, el aviso de la experiencia.