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La "dura infancia" de Omar, la revelación del Espanyol: "Siempre tuve en mente hacer algo para que mis padres vivieran bien"

El talento hispanomarroquí del Espanyol habla del "sueño" de poder ascender y jugar un Mundial y de su familia.

Ramon Guerrero, director de la Residencia, junto a Omar El Hilali, en su renovación. /RCD ESPANYOL
Ramon Guerrero, director de la Residencia, junto a Omar El Hilali, en su renovación. RCD ESPANYOL
Alberto Martínez

Alberto Martínez

El Espanyol es una fábrica de sacar jugadores de su fútbol base en la tan fértil Cataluña. Hay épocas de bonanza y otras de barbecho, como la de ahora en Segunda División, aunque la irrupción de Omar El Hilali (L'Hospitalet, 2001) rompe con esos estereotipos. Debutó en 2021 pero es ahora cuando se ha hecho con el lateral derecho. Internacional marroquí sub-23, sueña con el ascenso y con los Juegos Olímpicos, un premio a una vida con la que se podría identificar cualquier familia inmigrante que debe labrarse un futuro empezando de cero, con todas las dificultades que eso conlleva. De fútbol y de la vida habla el jugador con Relevo en un momento convulso del Espanyol, con Ramis criticado y pendiendo de un hilo, aunque prefiero pasarlo por alto.

¿Cómo digirió el equipo las críticas de Ramis tras perder ante el Eldense?

No pensamos en eso. Estamos focalizados en el objetivo y en mejorar. Solo pensamos en lo que hacemos en el día a día, en hacernos fuertes en casa y también fuera y en ganar este domingo. No puedo decir más, nosotros pensamos en eso.

¿Pero entendéis que haya nervios y que la afición critique?

Es normal porque quieren que el equipo gane siempre, pero nosotros nos tenemos que centrar en trabajar. Les pedimos que estén con nosotros, que nos apoyen más que nunca y que iremos a muerte, seguro.

¿Tanto cuesta cambiar de una manera de jugar a otra opuesta?

Es un proceso. Si cuesta o no depende de cada uno. Somos profesionales y tenemos que adaptarnos a lo que nos piden. Lo que más destaco de Ramis es que vive mucho el día a día, es exigente y te hace sacar lo mejor. Eso nos va bien, nos exprimimos al máximo en el día a día.

¿Y tú te imaginabas todo esto? Titular, renovación, el cariño de la gente...

No me lo esperaba. Al comienzo de la pretemporada pensaba en irme, y ahora la gente me quiere, me han renovado y estoy asentado. El club confía y mi familia y yo estamos orgullosos de eso. El pasado invierno quería salir, tenía opciones, pero finalmente no se dio. Y bajé al filial, que me lo tomé bien, fue positivo, ayudé a mis compañeros y fui uno más. Demostré que podía estar en el primer equipo.

Llevas ya tres años y medio a caballo entre el filial y el primer equipo. ¿Has tenido que ser fuerte mentalmente para salir adelante?

Me costó mucho. Con Vicente Moreno me veía a punto de dar el salto y luego bajé al filial. La primera vez me lo tomé como algo normal, luego me costó, me tiraron para atrás. Di lo mejor de mí, trabajé y ahora tengo la oportunidad.

"Mis hermanos se tenían que buscar la vida con cosas de la calle. Era joven y quería hacer algo para vivir mejor"

¿Cómo recuerda su infancia en L'Hospitalet?

Me pasaba todo el día en el parque jugando con mi primo y mis hermanos. Empecé en el Hospitalet Atlètic y luego en Santa Eulàlia. Tuve una infancia dura. Éramos seis hermanos y al comienzo mi padre no trabajaba y tenía que mantener a la familia. Y mis hermanos se tenían que buscar la vida con cosas en la calle. Era joven y tenía en la mente que mis hermanos o yo teníamos que hacer algo para que mis padres vivieran bien. Les estoy dando lo que se merecen. Y esto es poco, se merecen el mundo entero.

¿Cómo vivían ellos en Marruecos?

Me intereso por su historia, les pregunto a menudo. Era una vida en una aldea en la que todos se conocen. Un día mi padre cogió el visado y vino solo a Barcelona. Mi madre se quedó en casa con mis hermanos. Mi padre logró ahorrar dinero y se pudieron trasladar todos aquí. Y luego nací yo.

¿Qué me puedes decir de tus hermanos?

Con mi hermano grande me llevo 13 años, y luego hay otros pequeños, el que más tiene ahora 14. Mis hermanos mayores tuvieron que trabajar porque mi padre no podía sacar a seis niños adelante sin ayuda. Estaban estudiando y con 16 años lo dejaron para trabajar. Los sueldos no eran muy altos. Trabajaron mis tres hermanos mayores. Mi padre dio mucho para mantenernos. Estoy orgulloso de mí y quiero seguir sintiendo ese cariño por parte de mi padre. En los momentos difíciles está conmigo siempre.

¿Vivió capítulos de racismo en su infancia?

No he vivido muchos, solo algunos. En mi barrio hay mucha gente que no somos de España, por lo menos la mitad de los vecinos, y eso me ha llevado a hacer amigos y socializar con gente de todos los sitios. Los de mi barrio ya saben que hay mucha gente de fuera y lo han normalizado.

Curiosamente sí te pasó en Primera, en el campo del Cartagena...

Sí, pero no le di bola. No hay que darle bola. Hay que erradicar estos comportamientos del deporte y de la vida en general. Hay que pararlo.

Se armó con Vinicius y con lo tuyo apenas... ¿Cuál crees que es la mejor reacción?

Lo veo de la manera en la que si le das bola es que te afecta. Lo mejor es no contestar, seguir a lo tuyo. Si la gente ve que te afecta lo seguirá haciendo porque verá que rindes menos y que son capaces de sacarte del partido. Hay que pararlo, no hay que dejarlo, pero con un toque de atención es suficiente.

Tu país, que fue semifinalista en el Mundial de Qatar, es una de las sensaciones ahora mismo. ¿Cuándo empezaste a formar parte de las inferiores?

Todos los partidos del Mundial los vi en casa. Los vimos todos juntos. Creo que ni yo ni nadie se lo esperaba. Antes de Qatar no era tan conocido, ahora ha crecido de una manera espectacular. Los marroquíes se están dando a conocer al mundo. Eso es bueno. A nivel personal, empecé con 13 años en la Sub-15 y ahora tenemos los Juegos en julio con la Sub-23, espero hacer algo importante para mi país.

¿Qué os hace diferentes?

Al marroquí le caracteriza la personalidad. Lo vivimos todo con intensidad, estamos a tope cada momento. Y eso te lleva a ganar. Eso nos hace tener siempre hambre en todas las circunstancias.

¿Se visualiza jugando el Mundial 2030 en Marruecos con su país?

Sería un sueño, ya sea en 2030 o cuando sea. Quiero estar en la elite de la selección. Cuando vas a Marruecos se respira fútbol en el día a día. Los campos en la calle están llenos. El rey promueve el deporte, especialmente el fútbol, que se sigue en todo el país. Estoy orgulloso de la gente de mi tierra. Pero ahora estoy centrado en el ascenso del Espanyol. Es el primer sueño junto con poder jugar en Primera. Y si tengo la opción de la selección, sería un plus. Pero solo pienso en el Espanyol.