Así será la 'mini Romareda': el estadio portátil para 20.000 espectadores donde el Zaragoza jugará dos temporadas
Será el primer campo de fútbol 100% modular en España, al estilo del Chase Stadium de Miami y el 974 Stadium de Catar.
El Real Zaragoza y toda su hinchada, la ciudad entera se puede decir, viven desde hace meses pendientes de los dos estadios que se van a levantar en la ciudad. Sí, dos… aunque suene muy loco: por un lado lo que será la nueva Romareda, cuya construcción culminará a tiempo para la temporada 2027/28, si se cumplen los plazos previstos; y por el otro el que será su sustituto temporal: un campo portátil para algo más de 20.000 espectadores, adonde el conjunto zaragocista se trasladará durante las temporadas 2025/26 y 2026/2027.
Un estadio 100% modular y de ese tamaño supone una novedad sin precedentes en el fútbol español. Sí se han usado soluciones de este tipo para ampliar los graderíos en campos como Montilivi en Girona y el Anxo Carro en Lugo; y también en otro tipo de instalaciones deportivas como el propio circuito de Motorland Aragón, en Alcañiz. Pero un recinto completamente modular y de ese tamaño remite a estadios como el 974 Stadium, levantado en Catar para la última Copa del Mundo de fútbol; o el Chase Stadium donde juega el Inter de Miami, el equipo de Messi y Luis Suárez, club propiedad de Jorge Mas: a la sazón, presidente actual del Real Zaragoza.
Precisamente el nombre del estadio mencionado en Doha proviene de los 974 contenedores utilizados para su construcción por la firma Fenwick Iribarren Architects. En principio, su destino tras el Mundial catarí iba a ser el desmantelamiento para su traslado y reconstrucción en otro país. Primero se habló de África y más tarde de Uruguay, pero de momento sigue en el mismo lugar, tal y como reveló el pasado año un reportaje de ESPN, que reflexionaba sobre el legado deportivo, económico, político y social dejado por el certamen futbolístico en el emirato. En Zaragoza no está claro qué ocurrirá con el estadio modular una vez cumpla su cometido de albergar al equipo durante dos campañas. Pero hay un proyecto de Ciudad del Deporte al que la actual corporación municipal pretende darle forma en los próximos años y la mini Romareda formaría parte, o ese es el objetivo, del complejo.
Lo que sí se sabe es que el campo portátil permitirá rebajar los plazos de construcción de la nueva Romareda: tras derribar el pasado verano el graderío sur, las obras en el resto del actual templo zaragocista arrancarán el próximo verano y durarán hasta al menos agosto de 2027. En lugar de las tres fases previstas, se hará de una sola vez. Y en ese tiempo se tirarán las tres gradas que ahora mismo aún siguen en pie, al tiempo que comenzará a levantarse la estructura del futuro estadio. En teoría, los tiempos están marcados para que el Real Zaragoza pueda iniciar ya en su nueva casa la temporada 2027/28.
Mientras, la instalación de un estadio alternativo portátil evitará a la afición del Zaragoza tener que desplazarse a otra ciudad para presenciar cada partido del equipo en casa (en principio se barajaron Huesca y Logroño como sedes temporales). El mini estadio será construido al norte de la ciudad, en terrenos que son propiedad del Gobierno de Aragón y que en 2008 fueron parte de los aparcamientos del recinto de la Exposición Internacional. Su construcción correrá a cargo de Grupo MLN y Nussli Ibérica, aliadas para este proyecto en una Unión Temporal de Empresas: la semana pasada firmaron con la sociedad Nueva Romareda SL (Gobierno de Aragón, Ayuntamiento de Zaragoza y Real Zaragoza) un contrato de 12,7 millones de euros para la instalación, mantenimiento y alquiler del campo.
Nussli es un grupo suizo especializado en la construcción de gradas, estadios e infraestructuras deportivas en cualquier tamaño: "No importa si necesita cien asientos o un estadio para 50.000 espectadores", informa en su página web. Además de estadios, ofrece otro tipo de estructuras como escenarios para espectáculos, pabellones de exposición, estructuras para eventos específicos, museos, etc. Siempre sobre la base de los sistemas de construcción modulares de desarrollo propio, como el que se ha proyectado para el Real Zaragoza.
La mini Romareda, como ya se conoce al proyecto de estadio portátil, tendrá capacidad para 20.130 espectadores y -de acuerdo a la simulación del anteproyecto, publicada por las empresas constructoras en los últimos días- su aspecto recordará a los viejos estadios británicos y centroeuropeos: lo formarán cuatro gradas rectas, sin continuidad en las esquinas, y tendrá una superficie total de 120x80 metros. Además, se levantará un edificio anexo a la grada preferente -que será la única cubierta- para albergar los vestuarios de los equipos y árbitros, enfermería, zona de control antidopaje, salas VIP, espacios de descanso y áreas auxiliares para el desarrollo de los partidos. En los alrededores habrá dos zonas de aparcamiento, con capacidad para cerca de 1.700 vehículos.
Para su construcción será necesario antes llevar a cabo los trabajos de acondicionamiento y pavimentación de la parcela que ocupará el recinto, así como un vallado perimetral donde se ordenará el acceso de los aficionados a través de los correspondientes tornos. Hasta ahora toda esa zona de la ciudad estaba urbanizada a nivel de superficie, pero sí hará falta ejecutar las redes de saneamiento, abastecimiento de agua, canalizaciones, alumbrado público, etc. Así como la instalación precisa para la iluminación del propio campo, que se llevará a cabo con las torres de focos que actualmente alumbran los encuentros en la actual Romareda.
En las últimas semanas se han ido conociendo tanto las primeras simulaciones por ordenador del aspecto que tendrá el campo, como diversos detalles acerca de los servicios y condiciones que ofrecerá a los aficionados del Real Zaragoza. Dentro del recinto se instalarán taquillas, una tienda con toda la mercadotecnia del club, diferentes puntos de venta de comida y bebida, así como las zonas de cabinas para radio, televisión y medios de comunicación en general. El objetivo es proporcionar al seguidor zaragocista una experiencia equiparable a las de cualquier estadio moderno. Tal y como reveló el Periódico de Aragón, habrá butacas fijas en las gradas norte, sur y oeste, así como en la parte baja de la tribuna principal. En la más alta se instalarán asientos reclinables, para las localidades más caras del campo.
Otra cosa será la reubicación de la masa social del Real Zaragoza. Las algo más de 20.000 localidades no dan para acoger a todos los abonados que ha tenido el club en las últimas temporadas. Cerca de 29.000 el año pasado y más de 24.000 ahora mismo para esta campaña, con La Romareda mutilada sin uno de sus fondos. La asistencia habitual en La Romareda suele superar los 20.000 aficionados, de forma que todo el mundo tiene asumido que el club deberá establecer criterios de preferencia. Y estos procesos, se hagan como se hagan, dejan el lógico mal sabor de boca a quienes se quedan sin plaza.
Protección contra el cierzo
Volviendo al diseño del estadio portátil, su perfil lo marcan por supuesto las gradas, que le confieren un cierto aire retro, sin continuidad en las esquinas. Las tribunas estarán divididas en dos alturas, con mayor inclinación en la bandeja superior. Así se mejorará la visión de los espectadores situados en las tribunas más elevadas, además de ofrecer una mayor sensación de bombonera. Todas las gradas serán modulares, diseñadas para facilitar su montaje y desmontaje. La grada preferente contará con cubierta resistente y los suelos estarán fabricados con material hidrófugo para soportar un uso intenso. El terreno de juego será de césped natural, con sistemas de riego y drenaje para asegurar su mejor estado.
El diseño de esquinas abiertas plantea un problema muy característico de Zaragoza: proteger en la medida de lo posible el terreno de juego y las gradas del azote del viento del noroeste propio de la ciudad. Para ello se levantarán en esos ángulos muros que mitiguen un tanto la fuerza y el impacto del cierzo, que a menudo sopla en la capital aragonesa y puede generar una rebaja de hasta cinco grados en la sensación térmica.
La zona en la que se va a construir el mini estadio no cuenta con bloques de viviendas ni edificios cercanos, de manera que su exposición será todavía mayor. Sirve como ejemplo el efecto que ya se percibe en la actual Romareda tras el derribo de la grada sur. Con el campo abierto por ese fondo, el terreno de juego y las gradas quedan más desprotegidos los días en que soplan rachas fuertes. Además, antes de los partidos se riega toda la zona de obras a la espalda de la portería sur, para evitar que el aire levante demasiado polvo, por el movimiento de tierras que llevan a cabo las máquinas.
El coste total del proyecto de construcción del nuevo estadio de La Romareda se elevará finalmente por encima de los 156 millones de euros, sin IVA. A esa cifra aún habrá que sumarle la instalación de los asientos, tecnología y el propio césped del campo, que irán aparte y cuya licitación se hará en la primavera de 2026. Las obras, que dieron comienzo el pasado mes de julio con la demolición del gol sur y dos edificios colindantes, tienen una duración prevista de 132 semanas. Si los plazos se cumplen, está previsto que el club reciba las llaves de su nuevo campo durante el mes de agosto de 2027. Entonces arrancará un nuevo capítulo de la historia del Real Zaragoza, con la nueva Romareda como escenario.