MÁLAGA CF

El Málaga, un volcán que se asoma al abismo

La delicada situación deportiva arrastra a un club que había logrado cierta estabilidad con la administración judicial. Del sueño del ascenso a pelear por evitar el descenso a Primera RFEF.

La afición del Málaga acompañó al equip en Albacete./SUR
La afición del Málaga acompañó al equip en Albacete. SUR
Samuel Silva

Samuel Silva

El Málaga CF vive instalado en un volcán. A la compleja situación institucional, con un administrador judicial al frente del club desde comienzos de 2020, se une el delicado panorama deportivo. Del sueño del ascenso, que se respiraba en verano después de que el club elevase sus recursos económicos, a la realidad que lo coloca cerca del abismo del descenso a la tercera categoría.

Una crisis de resultados que se ha llevado por delante a dos entrenadores -Pablo Guede y Pepe Mel-, al director deportivo -Manolo Gaspar- y a un histórico como Antonio Tapia, que regresó en verano para ayudar al club pero apenas resistió unas semanas. Ahora al frente del equipo se encuentra Sergio Pellicer, el entrenador milagro de las temporadas 19-20 y 20-21, que suma un empate y dos derrotas en sus tres primeros partidos y que ve cómo sus jugadores caen en los mismos errores del pasado más reciente.

"Ha habido un cúmulo de circunstancias y cada uno tiene que asumir su responsabilidad, en la que me incluyo. La gestión de la plantilla no ha sido la idónea, pero tampoco el rendimiento de algunos jugadores, los errores recurrentes, tanto de jugadores como arbitrales. Se ha caído en una inercia negativa", explica, precisamente, Antonio Tapia, un símbolo del malaguismo que ha vivido diferentes épocas en la entidad y que también acabó devorado en esta campaña. Su amistad con Pablo Guede lo hizo colaborar con el cuerpo técnico que comenzó la temporada, pero los malos resultados -una victoria y cinco derrotas- aceleraron su adiós.

e este domingo en Albacete, que acabó con un cruce dialéctico entre algunos jugadores y los casi 500 aficionados desplazados, fue el reflejo de la temporada. El Málaga logró remontar el tanto inicial del conjunto local, pero la expulsión de Luis Muñoz, que vio dos tarjetas seguidas por protestar al árbitro, lo dejó en inferioridad antes del intermedio y facilitó la remontada posterior del Albacete. "No es normal acumular tanto errores disciplinarios, en partidos clave hemos tenido expulsados. Pero tampoco es lógico que seamos uno de los equipos con menos goles a favor con el potencial que tenemos en ataque y, además, uno de los que más goles lleva en contra", señala Tapia. "La situación de inestabilidad del club es evidente, pero yo estuve en Primera con administradores y quedamos octavos. Esta temporada el equipo es para estar como poco en la mitad de la tabla. Hay una inercia negativa y no se ha sido capaz ni de encadenar dos victorias", añade el exentrenador sobre la situación del club.

La situación institucional

Al frente de la entidad se encuentra José María Muñoz Jiménez, el administrador judicial nombrado por la jueza María Ángeles Ruiz González en febrero de 2020 para un periodo de seis meses que ya va camino de los tres años. Tras una primera etapa de austeridad que estabilizó económicamente a la entidad, el club se marcó el objetivo del playoff de ascenso para esta campaña. La ayuda económica de las instituciones y el buen número de abonados le permitieron colocarse con el sexto límite salarial de la categoría e incluso apostar por fichajes de renombre como los de Rubén Castro o Fran Sol.

"Se ha pasado a una plantilla de veteranos casi jubilados", critica Antonio Aguilera, presidente de la Asociación de Pequeños Accionistas del Málaga (APA), el germen que provocó la intervención judicial de la entidad. "Asusta la posibilidad del descenso después de que la economía se haya logrado estabilizar", admite Aguilera. Aunque desde la administración judicial se asegura la supervivencia de la entidad incluso en el caso de bajar a Primera RFEF, los ajustes serían drásticos en un club que la pasada semana presentó a Kike Pérez como su nuevo director general en busca de un nuevo modelo de gestión que ayude al administrador judicial.

Tras 27 partidos disputados, el Málaga es antepenúltimo con 22 puntos, a seis de la salvación que marca la Ponferradina -a la espera de lo que el Racing consiga este lunes-, una situación inesperada pero agónica que tiene a la entidad asomada al abismo. Del mensaje de ilusión del ascenso que se enviaba en verano a la caótica realidad actual que tiene a la administración judicial en vilo y al malaguismo viviendo una pesadilla. "Lo único seguro es que el Málaga con esta afición que tiene va a resurgir de nuevo. Siempre va a estar ahí, ya lo demostró otras veces. Es el principal patrimonio del club", señala Tapia, el único al que no asusta un posible descenso pese a que aún confía en una reacción del equipo: "Si se encadenan dos victorias se cambiaría la tendencia. Hay que apoyar al equipo y todos los profesionales que estamos o hemos estado tenemos que estar a la altura de ese sentimiento malaguista". El deseo de Tapia frente al volcán de este Málaga que ha perdido el rumbo deportivo.